viernes, 29 de mayo de 2009

tora

por fin hoy olía a verano. ayer era noviembre y esta mañana _sin transición ni aviso_ de pronto agosto.
el calor respirado, los pantalones segados, los jerseys olvidados en el armario y los pies al aire me han recordado aquel cuento.

dicen que existió una tierra en guerra de donde escapó una princesa a descubrir la luz sin sangre ni yelmos. dicen que encontró el sol en tierra de nadie y allí se quedó. el mar era su balsa y nana. la eternidad su contador. dicen que su piel de limoges se nutría de sonrisas y calor. eso dicen.
cuentan que fue una tarde en una siesta cuando el astro reinante la embrujó y entró en un profundo sueño. cuentan que sus ojos no respondieron ante lo que sus oídos sentían. que fue una voz de un caballero la que le mecía la tarde, la que le aguardaba el desperezo, la que ella creyó que nunca querría pero que le hipnotizó. cuentan que al abrir por fin los ojos aquella voz se hizo perro y jugó a robarle el cuello y acabó con ella pegada a su costado. cuentan que la voz calló y ella cayó. es lo que cuentan.
dicen que aquel día la princesa quedó cegada por la luz que no podía ver en su tierra en guerra y se entregó. cuentan que hechizada por la magia del calor del astro renunció a despertar de la siesta.
pero se dice que de la tierra en guerra mil soldados salieron reclamando la vuelta de la princesa y no la encontraron dispuesta. se cuenta que ante los sables al aire donde sólo cabía el sol se firmó el acuerdo. ella enviaría capturadas almas como recompensa por su eterna ausencia y las mil armaduras se marcharon.
dicen y cuentan que desde entonces los días de sol bebido y calor embriagador la princesa viaja hasta los lechos donde quiera que se esté durmiendo la siesta. y repite el embrujo y la entrega que con ella dio fruto. usurpa las almas sedientas y se las lleva.
es por eso que cuando nos despertamos agotados tras horas descontroladas como si viniéramos de una batalla en tierra lejana, cuando hasta la desnudez pesada nos pega a la bajera es que nos visitó la princesa.
es lo que dicen. es lo que cuentan.

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