domingo, 28 de noviembre de 2010

siam

eran de la tía sara. eran de los modernos. pelo corto y tan sólo oscuro donde el riego no subía el mercurio. cabeza triangular con ojos almendrados y oblicuos. eran dos. eran hermanos y llegaron a palacio.

dicen que has de hacer al menos una cosa que temas al día. como la manzana que aleja al doctor. la dosis diaria para fortalecer la autoestima y forjarse por dentro es saltar vallas. y si son altas, mejor.

no me gustaban aquellas fuentes. dos rostros enmascarados con la boca abierta regalaban agua en un rincón sombrío a la salida del parque. era el peaje por el que pasaba mi temor de niña antes de irnos a casa. la piedra fría entre el verdín húmedo con las inertes caras hacían que girara mi vista hacia otro lado y mis piernas corrieran.
para que se haga mozo el abuelo le recetan los paseos. el ejercicio diario hace rodar mejor los engranajes ante imprevistos y pincela de mantequilla los movimientos secos. el caballero libró pequeñas lides y su armadura cogió espesor y defensa con cada una hasta vestir valor en la gran guerra.

quintín de la torre hizo en 1922 lo que tanto tiñera de oscuro mis paseos, lo que colocaron hace pocos años frente al sitio que yo esquivaba. y ahora, que paso a diario frente a su re_sita obra, miro las máscaras sosteniendo los resquicios de lo que trabajé por aplacar durante tanto.

el vagabundo advirtió a la reina de los cambios en su trono. llegado el momento la dama comprendió que su temor era infundado. las novedades no destronaron su puesto y sus días transcurrían con variada normalidad. lo dijo el golfo y no sucedió tal como presagió, tal vez exagerando para prevenir a la de cuna alta.
llegaron de visita y con ellos el bozal. cantaron hasta rodear su regio cuerpo y escoltada por sus sinuosos ronroneos sintió ser celda. el terror se hizo con el reinado. la corona dejó de hacer magia y el calabozo de su esqueleto impidió que diera un paso.
corre reina! corre!

entre mil cachivaches escurrieron su bulto. un euro por saltar el muro más alto. la transacción resolvió el jeroglífico en una de sus posibilidades. entre ropas de tercera y juguetes despiezados, con una moneda se embolsó la solución. dos gatos con los cuellos bailando al unísono como los de what´s_blogging_my_view cantaron su canción y la hazaña se rubricó.

fueron la mordaza para sus ganas. eran el miedo que acorraló a la monarca. el papel del malo que hace al resto bueno. la pareja que maúlla lo incómodo hasta sembrar la angustia. los felinos que se cuelan y para cuando te quieres dar cuenta se instalaron. eran un dúo retorcido. los pandilleros domésticos. los que atracan cuando vistes pijama. los que asaltan antes de que pongas la mesa o en mitad del primer plato. los que nadie quiere. los autosuficientes. los que lamiendo heridas se enquistan y no hay agua que les salpique.

la ecuación se resuelve saliendo de casa, sin buscar las grandes galas. cuando la incógnita parece no despejarse el cuerpo de uno se cuela en el prisionero y siendo equipo se abre la calle.
corrió asustada la dama. escapó de las gatunas garras hasta dar con el vagabundo que le abriría sus propios mundos. de todo hubo. callejeras aventuras, una rata que les lleva a la perrera y un plato de pasta que les alumbró la salida en el beso.
de no ser por el temor al bozal nada habría sido igual. de no ser por la visita de la pareja con la amenaza acicate la reina no habría salido jamás de su dorada jaula. así, los temidos malvados del cuento son de velado modo la salvación de la prisionera acomodada en su sillón cobarde.

un miedo al día. dos gatos en tu vida. lo que por separado no marcha encuentra el cauce al hacerse uno. cuando las cabezas van al tiempo el problema se acuna y la canción se hace lenta.

rechazados _como las fuentes de máscaras frías_ los gatos aparecieron dando razón a la historia y encontraron su sitio. bien entendidos son bienvenidos y _ya no son visita_ ahora se quedan. para ser estímulo vestido de carcelario pavor a veces. para bailar la sanación con la respuesta a cuestas. para eso se quedan. por un simbólico euro pagando lo que no se valora en dinero. por salvar mil vallas. por salir de los miedos.

eran un par que parecía unidad. eran siameses. un nombre si. el otro am.
me los quedo. que ahora comprendo el cuento. vengan los gatos al mundo de perros.

jueves, 25 de noviembre de 2010

augé

ya existían. a pesar de haber sido bautizados estudiando la sobremodernidad estaban ya. no son novedad. el antropólogo francés quiso tal vez saber dónde se hallaban los ojos de la chica que en jesse_tng nos muestran vestida de azul y con cuello impoluto. puede que tocara ya preguntarse por el nombre del sitio donde escapamos los hombres cuando no pisamos el adecuado a lo que aflige nuestro costado.

piensa que debe calzarse. ha escogido la ropa sobre la que primero posó su diestra al abrir la puerta. no sabe si hará frío. duda del agua que caiga. ha de vestir sus pies. lo sabe. el calor lo escupe la máquina atada al enchufe. un calcetín en la mano. sobre su piel apenas la gris luz del día turbio. le esperan. recuerda la hierba y los dedos descalzos. sus manos quietas parecen ciegas.

lo escuché mientras tomaba nota de lo que aquel hombre repartía. los enclaves por los que transitaban seres anónimos, ajenos durante un tiempo a su propio origen o identidad, parecían tener ahora nombre. para explicar como atacar el proyecto puso su silla a estudiar los recorridos, los usos y las demandas. los individuos formando conjuntos y deshaciéndolos al azar pasaban de pronto a ser lo esencial del ejercicio. los anónimos que cogen el número dispensado marcarían el ancho de galerías o el número de habitáculos. unidades que hacen grupo desde sus nulas o reducidas relaciones interpersonales. gente que momentáneamente olvidan sus historias pasan a ser tan sólo usuarios. una visita más a un web site. un taburete libre menos en la barra. clientes, pasajeros, sedentes. los que no lucen nombre. los que a lo sumo se hospedan en un nick escogido. este conjunto variable baila lo mismo sin escuchar música alguna. y con su danza de entra_mira_coge_sale pasaron a ser herramienta para mis noches de arquitecto.

se diría que espera. parece pensar profundo. el rictus habla lo que su boca no afila. algo teje por dentro. se diría que espera.

en un vagón cuatro ojos se cruzan y no volverán a verse. ahí hay uno. en el pasillo de embutidos del hipermercado un carrito gira sus ruedas para que dos cestas pasen. otro. siete adultos rodeados de niños _se mueven tanto que mejor no contarlos_ y el guardia del centro en pleno bullicio. sería uno más.
sitios donde no hay identidad. allá donde los vínculos directos entre el que lo ocupa y lo ocupado no existe.
la soledad de la condición del humano de ahora obligó a dar con un nombre para poder introducirla en conversaciones. el cruce de las relaciones más frías _incluso tecnológicas_ debía dar con una tarjeta de visita con la que presentarse en tantas fiestas en las que aparecía. identidad para lo inasible que cruza las débiles fronteras.
mensajes al muro de los amigos. palabras para todos y ninguno. textos que indican por dónde ir, cómo adentrarse, qué enlace seguir para dar con más. contactos sin roce, fugaces encuentros tal vez con años de distancia entre emisario y receptor. instantes de tránsito, autopistas donde no pararse. un pulgar hacia arriba sumado a los que cientos de gente sin rostro pulsaron antes. la virtual comunicación disfrazándonos de abrigo. la seguridad del rebaño donde los muchos consuelan lo personal.

el enredo de hilos inpracticable de su cabellera habla de guerra. lo que no hace ella. la maraña de su cabeza _se apostaría que también por dentro_ da vida a la inerte estampa. cuerpo sin fuerza con seda en perfecta blusa. cejas marcadas, subrayadas, y oculta botonadura. maquillaje en serenos labios más apagados que prendidos. y los ojos. esos ojos perdidos. ¿estarán recorriendo algún camino?

se pasa por estos espacios _de comunicación, de consumo o de circulación_ sin relacionarse con la carne y piel. son sitios que se solapan, se yuxtaponen y los tan alejados parecen en puntos hacer conjunto intersección de aquella teoría que los pequeños trabajan. como en ejercicio escolar: lo acumulado por compras pasa a ser asiento 23-b de un viaje al caribe.
la globalización conformada por ilocalizados seres que a lo sumo condecen la huella de un digital rastro. las frases regaladas desde el valor que da no estar en casa de nadie y al tiempo de todos. negaciones, sentencias, versiones, apuestas. escudos infinitos lanzando flechados mensajes se hacen la nada y de nuevo el todo en un instante. ameba fluctuante que no tuvo nunca _hasta que llegó marc augé_ nombre.

vuelve a pensar que debe calzarse. el calcetín sigue desparejado a la espera de vestir algo. cuánto habrá pasado. no recuerda si cerró bien su correo. tal vez haría falta comprar leche. tiene que irse. le esperan. no sabe si hará frío. la misma luz. mucha gente en su cabeza. aún tiene tiempo. sus piernas no sabrían correr. eso piensa. está quieta. piensa en eso y en que ha de salir de allí. de donde se encuentra. el no_lugar que ahora le aprieta.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

diligente

las ruedas siguen lo que las bestias pisan. se llame vicente. se llame clemente. da igual cómo se le conozca al que encabeza _usando la misma o no_ que el rebaño le sigue. allá donde él vaya es donde irá la gente.

por tantos frentes venía el azote que decidió sumar su nombre a la lista. junto a su apellido, una cifra. el número a sumar a la larga hilera de hormigas con bultos de vida.
en los mentideros se decía. se susurraba entre encías. los cielos que avecinaban tintaban de oscuro las sendas. estantes hambrientos advertían de los cerrojos sin fecha. ventanales sin qué mostrar más allá de la polvareda. mirones sin intriga por conocer lo que a todos pica. que la peste está entre ellos. que la muerte es la vecina. que caer ya no es noticia y alejarse es medicina.

animales que fichan puntuales balando el cante más alienante. todo igual en lo tan distinto a lo de antes. pacen para que el buche no hable. rumian, aran, obedecen, hacen que crecen cuando sólo renacen. son los del traje con segundero coordinado. son los que tejen y no tosen. son los que esperan turno, los de las celdas. los que piden permiso aunque no exista quién lo conceda por ser el derecho de antemano suyo. aunque no lo sepan. son los que levantan el mapa de cabo a golfo. son los que callan la alarma y los que la programan para echar persiana. son los del corre. son los del sigue cavando. son los de la correa a cambio de apenas tres ceros. los que bendicen la ironía de ganar explotando. aborregados señalados por gozar fortuna. diminutos insectos convertidos en señoritos al lado de los que ni siquiera al pan llegan. engranaje activado por el puerco manso que engrosa chequera al ritmo de su cadera gritando el burlón desmárquese_quien_así_lo_quiera.

de los últimos doscientos tan sólo sesenta quedaban. con su marcha el número se reducía y supuso que aquello pronto se esfumaría. de lo que hizo crecer para los suyos el sol y el frío serían testigos. poblado fantasma sería aquel sitio. calle sin nombre. pasado borrado. camino diario con las huellas sepultadas por la arena sin batida.

al irse la luz ya nadie sale. pesan las tardes y todos lo saben. en la derecha lo que dispone comienza a perder contorno. los números no cuadran. van guillotinando los dedos que cuentan. con el amanecer el cuento es lo mismo. lo reservado para lo fijo pierde equilibrio. nada es seguro. en la mano izquierda ayuna quien no perdona. y en el panal de abejas zumban obreras y zumba la reina.
las cigarras voluntarias se camuflan entre las obligadas. las mineras conserveras resbalan del listado. más mesas sin silla. menos carreras y ruido. de dos años a esta parte el juego dejó de serlo y lo serio parece recreo. nada es creíble. ni las formas, ni los rojos, ni los tiras_y_aflojas. nada es medible. ni lo perdido, ni los caídos, ni lo que queda. los que mataron tan sólo adelantaron en tiempo y susto a los que pasean ahora la vacía cesta. que como niños se aferra cualquiera a un trozo de mimbre sobre la marea. caperucitas... animalitos.

la caravana saldría en semanas. al irse de la sala el resto, las tres cabezas asamblearon sus miedos y acordaron empacar sus arrestos por otra vereda. levantarían su propia carreta. tenían caballos y mucha madera. incomunicadas como estaban sus vías perseguirían noticias. sin cabeza directora habría que buscar la tangente. si menospreciaban sus vidas por ser tres motas perdidas harían de sus negras vestimentas armaduras guerreras. como stella_tennant por la cámara de arthur_elgort. la casa a cuestas. lo hecho a otra parte. no cederían con lo logrado. lo suyo a su costado. como sus hijos. como sus recuerdos. como sus bártulos.
todavía no era más que la mecha de no dejar las patas quietas. aún no podían abandonar su evaporado sitio. ignorado hormiguero planeando con cabeza. los que renuncian a ser aparte _u olvido_ maquinan con tiento la ruta de la diligencia. de eso va el reto. de ser diligente cuando falla el dirigente. que haya suerte!

martes, 23 de noviembre de 2010

reinicio

puede que intentara retenernos. tal vez no se apagaba por evitar que le dejáramos sin posar los dedos. quién sabe si era el motivo de su testaruda desobediencia. cómo saberlo. poco importó una vez apostado por el riesgo. lo apagamos. se acabó. eso fue lo que pasó.

que tan distintos continentes tengan similares contenidos no es muy sencillo de asumir. en principio. que quien te mira posea lo que asegura no se sabrá nunca hasta _si es que llega_ la prueba. en el diario ves si la tecla del intro funciona, si da aire, si resoluciona. trabajándolo de continuo es como se aprecia si el comando ordenado es activo o se atasca en un no_responde irritante. si sus palabras hablan de lo que hizo y busca ser a partir del nuevo diseño no podrás más que creer en que serán sus poderes los que den vida a tus intenciones. en equipo. el escogido y el elector. que son lo otro en interactuado ciclo de ida y regreso.

murió la máquina. con ella nosotros. nuestros retazos en mil formatos se pusieron a nado para la pesca _lenta de caña de palo_ de quien los sacó de ese abismo donde nuestros esfuerzos _ignorantes ellos_ no llegan.

es fuerte. pisa segura y convence con sólo moverse. es la persona sobre la que dejarías caer tu osamenta si en el juego del padre gitano te lo pidieran. a pesar del ni_de_tu_padre. a pesar de las infinitas posibilidades por ser inexplorada era te echas. tus kilos mueren sin ojos esperando ser recogidos por los brazos del otro. lo harías. eso decías.

han sido meses. así como suena. tantos días sin ser instrumento que pasó a ser el aparato un sinsentido aburrido. no podíamos crear con sus tripas y desde que abortamos tareas cada botón quedó enmudecido. pulsar en vacío. teclear para no dictar.
de dos manos pendía el cofre encapsulado al otro lado del pantallazo en bucle. de aquella inesperada muerte nació a fuerza de lo obligado lo que no cabía antes del dardo. lo que marchaba se había parado. frenó en seco aquello en lo que confiamos con un recorrido asumido. con el cuerpo cada vez más frío la historia tuvo que aprender a ser otra. el ordenador nos mostró su lado tarado, su agotamiento o su ausencia de más recursos. sea como viera el monitor enlutado cambiamos de bando. si en un principio la falta nos cegó hasta obviar la ausencia del cuerpo, más tarde alargamos los plazos, dilatamos los tiempos, encontramos momentáneos suplentes y descubrimos que el fallo puede vivir _una vez por error_no más por favor_ en el nido.

las piezas encajan mientras giran en baile los tornillos. en armonía pareja parecen hacer de la tarea fiesta. déjate llevar. fíate de mis vetas. soy un árbol. somos las ramas abiertas. soy las puertas en par sin miedo al vacío, el martillo engomado silenciando lo malo, los cajones más capaces. soy erguido, soy tus piernas para cuando no alcances. soy un árbol. los cajones. soy tus piernas. soy un árbol _me repito_ con ramas para tu calma. soy cajones _esto me suena_ soy un árbol... árbol... cajones... ramas... árbol... árb... el pie se acelera y... ¡¡¡salta por los aires el líquido haciendo rodar cada tuerca!!!

astillas por todas las esquinas. silencio del motor que rumiaba bajo el parlante teclado. lo que creímos nos sorprendió a todos. con las manos en la masa, con las ramas de cama, con los tornillos haciendo salto de página, con el archivo iniciado más que en camino.
maderas y martillo sobre el suelo empapado.

en dos_family nos enseñan la imagen. lo que parece inservible tiene más días. parecía no ser útil y aprendió otra vida. había un botón que le convertía en limpio lienzo. donde posar ideas y planes de colores con garabatos. tan sencillo _basta descubrirlo_ como pulsar reinicio.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

otoño

que lloviera era un motivo a añadir a los cuatros pies acelerados. hacía meses hablaron de ello sus labios. de los mitones y los cuellos altos. de los paraguas y los achuchones combatiendo los pocos grados. la luz robada al día les precipitaba a la cena y al edredón hasta las cejas. eran noviembre y todo aquello era el icono esperado.

las tres habitaciones se besaban en un rincón que endulzaron con pastel rosa y papel pintado.
tres suelos se deslizaban hasta el punto que sore_thumbelina fotografió. cada piso con su historia. cada pavimento con su personalidad marcada. con pétalos y filigranas. de pelo corto y en lana.

pocos se atreven. no todos se lanzan a mezclar dulce y salado. y él lo hizo.

tres moquetas.
primera. pétalos dentados y cáliz con dientes triangulares. flores leñosas y tallos largos extienden sus planas hojas de base envainadora. el clavel es carnoso _de ahí su nombre en otras lenguas_ y luce por faralaes unos volantes gitanos que encienden de rosa, rojo o achinado a quien le revuelve las faldas.
segunda. del tallo la bráctea y de ahí las hojas restantes. ese es el cardo. nada aristócrata y silvestre. flor afrutada con aspecto piñonero. azulada y seca guinda en pleno centro de una corona de amables espinas.
tercera. crucífera de familia le llaman brassica_olearacea, lo que quiere decir col _col común_ pero con matiz. la genética ha logrado en el mediterráneo hacer de esta verdura un ornamental alimento. berza decorativa. repollo florido. redicho lo dicho.

por un motivo _tras juntar los seis contados_ puso a trabajar sus manos. así fue con la nata dulce y los guisantes salpicados. así ocurrió con la motera y los pantalones de lana aseñorados. sin pensar en el después ni en las miradas interrogantes. hacer con ojos valientes y no tanto cerebro cordero. ese era el innato secreto.

la galería, la habitación y el vestidor besan sus bocas. flores para el amor. flores para los que pisan buscando calor. nuevas miradas para los suelos que habitan. nuevas lentes para los focos que atienden. sin temor a ser correcto uno se desmelena y mezcla. heterogeneidad bien casada. multitexturas en coherencia. tres formas. tres aromas. tres colores. tres para los pies que caminan haciendo hogar donde posan. quién dijo que en otoño sólo nos resta esquivar hojas secas.

jueves, 11 de noviembre de 2010

prestado

de las dos imágenes de oh_my_milky en las que retratan esculpidas flores he optado por ésta. más cursi. también menos dura. pero eso uno lo ve cuando conoce su historia.

había conseguido dar con uno de los rifados asientos. llovían todas las nubes inventadas y los pies _a pesar de las botas_ se quejaban. contra el empañado vidrio que tapaba a la noche imaginó a tres receptores. los redujo a dos por poder haber recibido uno de ellos un par del trío. e imaginóse por un instante como continente de un corazón prestado.

aún existe la duda. todavía baraja la idea sin saber cómo dará forma a la ausencia. cuando le falte. cuando no se atiendan. aún se pregunta si hacer o dejarlo quieto. oscilan sus planes entre la vida que siga o correr otras ruedas. si somos más que lo que se enfría al rato de parar el motor o no no entra en la saca. lo que santo tomás pedía era _tal vez_ algo distinto a la falta de fe. quizá su petición era la súplica de un nuevo contacto. el si_me_dieran_un_minuto que tantos suspiran anhelando al que falta. puede que siga tramando cómo actuar siguiendo los miedos y amores que el santo pudo sentir antes de aquel costado al cual invitaron. está la fe. y está el querer por el tacto.

el bus tomó la curva para dejar la rotonda. de ser su órgano heredado sus ojos habrían _sin duda_ cambiado. y como la tromba de agua que caía desde esa tarde, le bañó con más fuerza lo que en ocasiones había visto algo escorzado. nadie es dueño ni de sus pasos. lo que arrastramos. lo que mostramos y bajo la piel nos habita no es nuestro por más que la magia de la vida nos lo diera al nacer. si escuchas, si masticas. si abrazas, si caminas. si fecundas, si dormitas. somos con suerte independientes de caja y alcalinas. pero no siempre. ni por siempre.

vestían pieles para el abrigo y lo horneado era cabrito. sobre la mesa un vaso con rosas secas decoraban la fiesta. a un lado la recogida leña. y la idea de cómo tenerle cerca bullía en su cabeza.

a diario abandonados cuerpos se hacen presente para encender otros pendientes del hilo. luego tierra. otros ceniza. y mientras se esfuman sus huellas físicas ya están estrenando nuevas escenografías. el jardinero es ama de casa. la empresaria es camionero. el abuelo es niño de cinco y médico enfermo.
bajo la cáscara. en silencio para la vista. retumbando dentro de la piel está lo que donaron para que siguiera _quien fuera_ respirando.
llegó su parada. abrió su paraguas. aquello no remitía y con el tambor de las gotas tecleó su renuncia. no soy mía _se dijo_ caminando segura. no más que si cualquiera de mis vísceras trabajara conmigo una segunda vida. no más que si alguno de mis órganos hubiera sido regalado con los ojos cerrados tocándome la lotería.

la duda en la solapa. siete flores cinceladas dando otra forma a lo que fue.
ni su mano ni su entero. ni su polvo ni sus pelos.
cuando la mano toca no busca creer que sigue lo que no ve. cuando los dedos abrochan las flores sienten más cerca parte de lo que ni siquiera era de ella. la tibia se hizo calor para acercar lo que de otra manera es.
un broche heredado. algo prestado. como todo. como estamos.

lunes, 8 de noviembre de 2010

humos

al abrir la maleta la bofetada escapó de la lana. entre la ropa y las botas cuatro días de estufa de leña y chapa. durante unos momentos reprodujo su jaqueca. el olfato era el viajero que le recordó la prisión encamada de aquel día y medio en el pueblo.

contaba con riendas. pero el lomo iba sin silla. los pies descalzos. ni estribos ni cincha. y esa mañana debían salir trotando. les esperaban. hacer lo correcto tronaba de lado a lado. estaban ellos y les cubrían los otros.
las imágenes superpuestas en un collage difuminado variaba por instantes. nada era como lo de antes. o tal vez se equivocara y lo que veía en su retina borroso era la misma historia de siempre. los pesos en veladura le restaban plumas de los brazos cortando su alado. las sugerencias, las peticiones, las frases caídas, las intenciones, los planes ajenos, las miradas dichas. todo de golpe le aparecía y se le retorcía.
había un camino. debían andar y hacer de su día un completo. dónde posar cada herradura, cuánto tirar del cuero en cinta, era la duda. ninguno de la pareja supo de primeras cómo afrontar la ceguera invasiva.

recordó aquel laberinto de esquinas que guardaba un desértico hielo con pulgas. el silencio era más gélido que las superficies pulidas. y los grados bajo cero herían en quemaduras.
sin entrar se diría que la paz blanqueaba aquel sitio. con los pulmones cargados del aire que allí congelaba se apagaba la llama. la estepa rusa encumbrando la más fría. guerra sin balas. armas vacías.

tras tanto vivido en equipo las horas últimas resultaban menos jeroglífico para el equino. ellos, que saben leer de otros caballos y de humanos, distinguen el miedo de la furia, la confianza del ansia, el deseo del dolor.
sin diván de por medio hizo tender el cuerpo de quien veía de más y sin receso. y allí tumbados respiraron la idea de hacer de la leña un árbol más fuerte. permaneciendo todos erguidos frente a multiplicados ecos de aullidos.
de sien a sien una corona espinada de la que manaban lágrimas por no ver nada. para su frente eran ya puntas convertidas de las plumas que habían ido prendiendo de su cabeza los que no daban a comprender _algunos ni pretendían_ lo que su ojos cargados de flashes pedían.

de entre las prendas de abrigo empacadas lo combustido _tras asustar al olfato_ se esquinó en el ring con los cubitos helados del bélico lugar recordado. y en aquel cuadrilátero no se pasó al segundo asalto.
el fuerte aroma a quemado venció sin batalla al falto de olor blanco frío. el hogar desatado a la corrección forzada. la fluidez sin calendario a las medidas tomadas. la carrera embarrada al zapato apretado. lo que el amor clama ganó al bramido del decálogo de conducta. la risa _incluso tonta_ acalló la vergüenza estúpida. el pase_quien_traigas borró a los prejuicios del plano. la buena cara al mal tiempo. la remendada lana al qué_dirán_si_no_me_peino. herencias frente a apariencias lleváronse el gato al agua.

el brazo _aunque parezca raro así llamarlo_ del corcel lucía una palma sellada _loveology lo enseña_ pidiendo auxilio. que posaron la diestra solicitando miras calmadas. los ollares del animal tomaron para sí el revuelo y despidieron el freno.
avanzar no ha de implicar forzosamente ir derecho hacia el frente.
qué dolía a aquellos dedos marcando el blanco pelo moteado. qué irritaba desde el mismo centro a quien veía salpicadas imágenes coincidiendo. las demandas. el día con caramelo. la ayuda servida. ser guía y no centro.
sanar arañazos de un errado camino puede lograrse. por la senda menos directa o más empinada a veces se llega mejor a destino. no siempre la línea recta es lo bueno.
y la zozobra que obra en la cabeza bombardeada encontró cauce en el relincho callado. así se hizo más uno el conjunto. así maclaron las piezas. del menudillo de la mano izquierda a la pospierna sobre el corvejón diestro con cada echado cachito sobre la alfombra del salón.
jinete enfermo hace al caballo cojo. la carretera a ciegas se rechaza al dar con la vereda con lentes puestas. si uno es mitad el par no es unidad perfecta de no hacerse mezcla.

no se escoge el olor a chamuscado. ahumar las prendas hace girar lavadoras. pero supo que lo que por la cremallera en bostezo se colaba era mucho más que madera quemada. que para malos humos los del helado mundo donde el amor va en probetas.

el caballo habló el idioma de quien tacharon de indio. vieron sus cómplices ojos el socorro pedido. supo leer la humareda que la tela hecha tapa dejaba descubierta a trazas. tanta leña amontonada entre las chispas y brasas eran algo más que fuego encendido. eran señales. señales de humo. para quien lo entienda.

viernes, 5 de noviembre de 2010

brotes

eran más. muchas. muchísimas más de las que cabría esperar poco tiempo atrás.
siempre que lucía su brillo al andar comenzaban a encenderse las bombillas.
más. muchas más de las que alcanzaba a abarcar. eran tantas que no podía atenderlas.
sentía que las perdía. más ideas que días. eso tenía.

la sístole del niño que aprieta los puños y labios. contiene el grito que sustituye a las palabras que aún no acierta a colocar en su arranque. el plan atraviesa su frente y sus piernas trotan.
la sístole de la que navega y a ratos bucea. el aliento sostenido entre resignados suspiros. tanto pez ve que hace su particular banco con cada barco lanzado a nado. y para_qué preguntan sus dedos mientras reservan lo que la red capturó para ella. pupilas cubiertas que corren a rincones donde dibujan y construyen mientras los sueños planean. donde ella crea.

guardó para el por_si_algún_día. recortó con la afilada cuchilla los que si tuviera otra vida serían de su autoría. archivó guaridas. protegió de la quema letras y pétalos a punto de hacer cenizas. compró con la apuesta. encontró. esbozó en un cajón posibilidades que en parte ya daba por muertas.
y en la pared de aquella sala el colgador se cargaba. en on_montague aparece el perchero con sus diez garfios entre generosos y anzuelos.

en diástole escucha a su abuelo el niño. que eso no se toca_que te queda grande. en el reposo los oídos se abren y percibe la locura del instante anterior. el cauce riega su prisión y deja a un lado el caballo. silencia los tiros y todo vuelve a su sitio.
en diástole dilata sus ansias y detiene la lista. no acumula cuando se llena las manos de calma. relajada es cuando analiza y se suaviza. bonito que pesca, bello que lo deja. sin retorcer ni un segundo ni la malla ni la pita.

lo de una taza para cada no le bastaba. gozaba de todo cuanto rotaba y de la variedad degustada. los siete pares para cada día no le valía. tampoco en los trapos. nada contado. sumaba según se prendía.
así guardó, recortó, archivó y dio guarida. encontró, esbozó y vistió el colgador.

el motor trabaja por el sube y el baja. se achica para el empuje y se ensancha para la recepción. dos movimientos que encadenados dominan el ritmo de la vida en negro y blanco de dominó. los ejercicios se complementan alejando cualquier intento de dictadura. ni se genera de continuo ni se está siempre a la espera. no todo es trabajo. no todo es siesta.
las arterias ordenan al corazón a seguir sin perder paciencia. sístole para las ganas. diástole para las horas. es el bálsamo justo a punto del reventón. es la bocanada para el viciado enganche.

acababa de sentir otro. era de los delicados. especial y frágil. tanto que no supo bien cómo conservarlo sin que le rozara algo y perdiera el halo.
se detuvo. su pechó se encogió. de nuevo ese peso.
tomo el aire que pudo y colgó el nuevo brote. para más tarde. para otra vida. no halló la ocasión.
latió el corazón.