sábado, 23 de mayo de 2009

cinturón

como en los tiempos que corren hay que apretárselo no tengo tiempo para reservar plaza en el vuelo. como estos días _que para mí derrapan de lo rápido que avanzan_ tenemos que currar y no hay tiempo para el disfrute no he podido escoger entre pasillo o ventana.

esta mañana han descubierto que a los pantalones de mi pequeño sobrino quizá le vengan mejor unos tirantes. será más práctico.
ha sido cuando paseábamos más de dos horas mi pompa y yo. cuando se nos han sumado el niño y su madre. cuando al irnos hemos coincidido con uno de sus amigos luciendo sobre los hombros los elásticos. cuando mirábamos todos al cielo esperando la tromba en cualquier momento.
una pensando en comprar los nuevos enganches. los niños pensando en pequeño. la perra agotada pensando en ir a casa. y yo procurando no pensar como un pantalón bien sujeto despreocupado por saber que no caerá más.

como el sábado que me tocaba era diferente al de recibo no me ha quedado remedio y mirando al cielo lo he cogido en vuelo.
que o corres _aunque veas que ya está en el aire_ o te quedas desnudo sin traje.
es lo que hay.

esta tarde _igual que ocurrió esta mañana_ todos los ojos seguían mirando las nubes por si decidían soltar su carga. pero yo estaba persiguiendo otra cosa.
mis ojos de sábado tramposo buscaban un remanso entre obligación y tarea. mis párpados se cerraban a ratos no encontrando descanso.
y es que asida al fuselaje, al motor, al ala del aeroplano, era imposible el descanso. y si los ojos se cerraban lo hacían para protegerse de la velocidad ellos solos. tal cual sale en la imagen de ffffound.

agotada _deseando colchón y calma_ como estaba no me ha quedado otra que viajar rompiendo la barrera del sonido. que no ha sido volar. no ha sido placer sino deber.
sin reserva. sin billete. sin asiento ni cacahuetes. sin azafata con instrucciones ni bandeja recogida.
ha sido coger un vuelo sin opción al fasten_your_seat_belts.

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