jueves, 27 de mayo de 2010

caballos

lo leyó y costaba creer todo aquello. decían que era un pez pero cabalgaba como los del prado. bajo el agua el ángulo recto de su cabeza con el resto no era más que la confirmación de que era diferente a todo. nada de lo visto. nada de lo que nadó en sus mares tenía lo que aquel ser ofrecía. y aseguraban que él era el gestante y sin aletas comunes nadaba. cosa rara.

en su primera cita las notas nacían del marfil pulsado. y sin darse cuenta se vieron de noche en la playa. era el piano. la imagen nocturna con dos y la pequeña. como en el filme. el piano con lo salvaje de la arena en el rostro. otro modo de vivir su naturaleza. un sumergir los tobillos calzados apostando. las diminutas luces alumbrando confesiones. con el sol compartido que se acostó vigilado y les descubrió algo dibujado en la arena.

el hipocampo nadaba erguido. leyó que tenía anillos y hasta partes óseas. quizá sus movimientos se debían a su aleta dorsal. describían su tamaño mínimo de apenas 15 milímetros pero creyó que el que conocía era menor que eso. casi invisible de puro diminuto. un átomo grandioso. atómico.

naufragaron. o eso entendieron. entre ellos los trastos. las faldas con enaguas y la piel protegida. los pies cubiertos bebiendo la vida que regó su osadía. y las etéreas negras y corcheas flotando entre sus cabellos. el aire que llegaba _la corriente nueva_ era de ellos. tarareó uno lo que sonaba desde hace años en los otros oídos. y giraron por el suelo. y danzaron por el cielo. flotaron. se detuvieron. clavaron sus ojos. las teclas para los dedos. y con su música siguieron.

no era una monogamia impuesta. su índice sostuvo el renglón donde decían que ella depositaba sus huevos en el saco del macho con el tiempo suspirado que aseguraba no dar oportunidad a otras. lo releyó y su cabeza lo negó todo. pudiendo ser cualquier animal él escogió al caballo. a todas horas lo confirmaba. y si no era macho era caballa y nunca yegua que no es marina y sí la primera. y siempre la misma. elegida. retratada con el deseo de los trazos. en un deleite animal. con poco sostenido. no racional. cargado de más pasión que motivos.

lo que surgió de la nada no se iría con la pleamar alterada. la marca en la piel de la costa no sería de la que las olas devoran. seguiría y hasta el piano lo sabía.
las llamas flameaban con tanta timidez como certeza. los brillos encendían en destellos los límites de lo más bello. la silueta de la perfección de aquel ser tendido en la playa. con su hocico y su recogido delicado. se llamaban yolanda y oligario _con i que para algo era su historia_ y supieron que viajarían distinto al trote común por el resto de sus días. como naufragos de fiesta en una isla perdida. desierta. más allá de tanto escrito. él dormido y ella despierta.

lunes, 24 de mayo de 2010

peluquera

... el baile venía de adentro y así se inventaban los modos...
tenerle a su lado. sin separarse. todo el rato. era su deseo. le propuso sentarse frente al espejo con ella cerca. y aceptó gustosa atravesar el reflejo para darle de lleno.

... las mezclas de espuma, colonia y sudor de unos pechos desnudos...
sintió el infinito. supo el para siempre. y cambió el sillón giratorio por ofrecer su melena. quería llevarle. deseaba lucirlo. no hubo más tijeras que las del escritorio. una silla mientras se hacía el pollo y reposaba la espinaca. de espaldas a la ventana. y frente a frente. tan cerca como el eduardo de burton perfilando su obra de arte. con el amor en bucle. con la entrega pelo por pelo. con lo caído por lo pasado. regenerando el lienzo a estreno.

...acabo de verte y ya sé que nací pa' casarme contigo...
empuñado el latido. encogido el interno. entregó a los indios la cabellera por lo que ella era. sin temer a sus arcos. sin miedo a las flechas. avanzó y abrió las puertas del fuerte. sin más vigilancia. con la calma de quien lo sabe. con la confianza de quien no quiere escaparse y deja que pasen. con la punta en el centro. del estómago. del pecho. de la boca. de los ojos. con el hierro de cupido.

... cariño y ternura, colonias y besos...
y tras mil peticiones sin rozar _físicamente_ su cabeza cantó el subconsciente. tras tantas estrofas tan sólo las notas... y luego una frase marcando el paso del tiempo dos veces. dijo que lo haría y asió la herramienta. sus manos hiceron de barro lo que pedía un cambio. y los diez minutos obraron. como oly_aivanova imagina. un mimo con las yemas, con los labios, la palabra, los párpados. y un abrazo.

....el amor es tan grande, tan sincero y sentido... que un día de lluvia matilde acabó por tirarse en el río...
tal era su miedo. tal su vértigo a perdese por perderlo. hizo su esculpido deseo y le dejo irse luciéndolo. le llevaría encima. al verse estaría en sus ojos. y aterrada por el filo de lo que corta se quitó el mandil de peluquera y aparcó el sueño para seguir viviendo el momento.
despejado por despojar sus excesos adivinó él el pavor de ella y rubricó su amor en el bordado del bolsillo de su traje de faena. que llegó hasta dentro. atravesó las capas. todas ellas. cada espesor y textura y tatuó su pecho. pero lo hizo en su blanca bata apostando por lo que las cuatro manos, los dos estómagos, las cuatro pupilas, y tantos pensamientos... deseaban. para otorgarle el futuro. de su cabeza y de lo que resta. serás tú. lo seré yo. para ti. contigo. todo. seré el de la canción de pedro. el escogido que escoge. el esposo. es lo que quiero y queremos. seré todo eso que nos ha dicho hoy cada tijeretazo. el marido de la peluquera.

... y abrázame fuerte que no pueda respirar, tengo miedo de que un día ya no quiera bailar conmigo nunca más...
y que venga lo que quiera... pensó ella.

domingo, 16 de mayo de 2010

zancuda

era un pasillo largo pero las dos piezas que tenían frente a ellos se les antojaban aún de mayor recorrido que lo alfombrado. de mano de una niña rubia llegaron a su casa un par de zancos y no les quedó mucha opción. era o probarlos o no.

del mismo modo que la mujer que marc_pillai retrató así nos hemos visto todos.
el último equilibrista me lo narró y le vi sosteniendo una alzas tan largas como los días que vivía. caminar con aquellas prótesis separándole del suelo hacía que su centro de gravedad variara. y así todo parecía menos liviano. lo más ligero se hacía duda. lo asegurado quedaba bailando. y en el temblor anidaba sus pasos.

el tiempo no espera. se ha de avanzar y llegar al final del trayecto. al otro lado de la galería está la sala donde nos sirven la cena. hay que llegar y salir a escena. llueva o el fuego apriete. con ruedas o arrugada la frente. ir yendo es la manera. no queda otra. y pararse es dejar q lo interesante pase. la misma vida. los ingredientes esenciales. que si no sumamos pasos vemos cómo las oportunidades se contonean y pavonean justo delante y ni las catamos.

miraba al suelo el trapecista sobre palos. para bailar lo advierten, quien mire a los pies pierde. pero no estaba aún hecho a ese medio. su sumada altura le quedaba grande. ande _pensó_ o no ande. y con las decenas de centímetros subidos entendió que era el momento que le tocaba. ahora sus piernas eran maderos. su andar era pirata. y sin parche en el ojo ni oreja con aro se aceptó cojeando de palo.

ni siquiera lo esperado llega cuando se calcula. con lo imprevisto aumenta la sorpresa y el desajuste de horarios. hacerse a la idea, ordenar la cabeza es complicado. casar lo tenido con lo llegado. combinar la música aprendida con la jam improvisada. lo que estaba con lo que surge. lo nacido con lo naciente. lo asumido con lo más fresco.

a un lado sentó a la bombona de oxigeno. a los pulmones que insuflaron sus recientes auxilios. el aire que sopló y se cortó _de modo inesperado_ a ratos.
del otro costado las ventanas de par en par abiertas. la luz brillante. la que ciega e ilumina en un baile incansable. la que baña la playa de otoño con la música más palaciega. el abierto en el muro que deja pasar la brisa que acaricia y seda. la atractiva desconocida. el bienestar en anonimato.
y entre el aire rescatador y el marino contuvo la respiración el elevado. varado en mitad del pasillo. con parte pisado y otra aún por comer a pasos. apretó los puños. recordó los vuelos y el sabor del suelo y fue entonces cuando atravesó su entero el rayo de la valiente fuerza.
derecha e izquierda. sesenta segundos por minuto. otros sesenta para cada hora. y a sesenta centímetros de su anterior posición. esa era su situación.

las manos se estrechan con firmeza de pez vivo y no pescado. los abrazos sinceros son los únicos que deberían ser dados. sobre tacones la entereza subraya la belleza, que lo estropea la torpeza. los trazos de un dibujo ganan si no titubean. se aplaude lo que no oscila en vacilación. la voz rotunda aunque sea aguda. la mirada sostenida y que dicta. la pinza prendida. el salto creyendo en ganar la apuesta es el que puntúa. y la preparada _en convencimiento_ fiesta. la decisión es la que cuenta. la convicción. la certeza.

de renuncias está colmado el cuento. escoger es decir que no a ofertas. se abren unas cuando se cierran puertas. viene la mano y se enlaza. rozan lo callos y uno se suelta a intervalos. pero los cinco aparecidos entraron y no habrá salida. ni se busca ni se deja.
cuando señalizan la incorporación a otra vía es la libertad la que se desvía. o no.
cuando los oídos chirrían son los silencios los que se ansían. y callar las voces que hasta entonces mecían parece la opción más perseguida.

si había de seguir sería sobre su nueva altura. aquella postura que contracturaba su escultura era la que marcaría su retroceso, atore o avance. él me lo dijo. yo le vi caminando. más arriba. en lo alto de las patas de árbol. con la dificultad añadida de lo que se desea y advierten que pidamos con cuidado. con las suelas contra las horizontales cuñas. como si fueran peldaños. y con los dedos convenciendo al timón de los zancos que su fuerza y firmeza no le harían temer ningún paso.
me lo contó aquella noche en que hecho ya a las añadidas prótesis le parecieron de pronto más largas. casi escaleras. y él sin alas. o con ellas pero adheridas _malheridas_ a su espalda. una delante y otra tras él. dos escalas. la de 1_10 y la de 1_500 sin casamiento entre ellas. o tal vez sí. en algún punto, superponiendo líneas coincidían. y en ese encuentro halló el secreto. todo un acierto. que una vez cogido el truco. caminó y anduvo. lo que quiso y lo que pudo. como la duda zancuda que superó el gran reto y atravesó la jungla.

lunes, 10 de mayo de 2010

goulue

exageraba. mientras seguía con su canto la letra caía en la cuenta. no era tan cierto. desde que adquirió aquella manta había tenido más abrigo del esperado. no engañaría a nadie cantando lo que aquella chica rasgaba en el cielo de su cuarto.

la reina de montmartre era apodada como la goulue _la glotona_ por dejar sin líquido de un golpe los vasos de los hombres que llenaban los rincones. bailaba. ella danzaba con el desparpajo de quien quiere devorar los días porque algo le pincha. de las coladas pagadas de su madre escogía en hurto las faldas que movía y luego devolvería. su gracia movió el pincel del artista cartelista parisino de aquella bella época. y la de libres noches cogió su nombre y le dieron un sitio. años más tarde se coló en la tinta de un letrista y ahora se queja de frío.

compró la manta de segunda o quinta. a saber. poco le importaba. fue perseguida durante años. o más bien esperada. no sabía dónde estaba. pero dio con ella. y la adoptó. con algún descosido o punto suelto. con los colores vivos luchando para desmentir su anciano aspecto.

la de las piernas alzadas apretaba los dientes echando en cara a alguien que le prometió que en una semana no habría dolor. lo entonaba la rubia del grupo mientras los chicos la musicaban. y se empeñó en dar con una solución. se enfundaría en sus rojos zapatos de tacón.

hay noches en las que el frío se cuela dentro del pellejo y baña los huesos. noches en las que la soledad no encuentra el arropo de edredones ni mantas. son oscuridades en las que lo helado no es tan fuerte como el miedo al desvelo y ni nos movemos aún sintiendo el frenar del sanguíneo.
el cuerpo se hace ovillo y la piel cacarea bajito. taparse es lo lejano. inalcanzable. de otro mundo.

se supo inmoral. se detuvo. se prometió pecar y abusar de todas las bocas que viera pasar. y el aspado más granado le vio hacerlo sin ese color del rubor.
se supo atrapada y se lanzó a mover sus sacudidas. sintió las cadenas de quien no nació en baja cuna ni logró alta cama _siquiera de prestado_ y giró y pidió el amor enlatado. como el calor que a veces se escapa y otras te tapa. como la ofrecida por la tejida de la foto que tiró solgrim.

a veces unos oídos que no hablan hasta pasadas las horas son más abrigo para el meñique del pie zurdo que la pura y virgen lana. en ocasiones dos brazos, un pecho y un rostro estremecido dan más calor que lo mejor tricotado.
ella dijo que se arrimaría a todo el que se lo pidiera con educación... en una suicida compra de abrigo. líquido.
y en su cama la _maldita, dijo ella_ manta que nunca le tapaba los pies. pero no era tan cierto. y sus dedos queridos por el peso escogido y su interno lo supieron desde que se asomó al precipicio del escenario del molino. aún así... abrazada a su manta soñó con las otras no tejidas y sí ofertadas.
la goulue tenía hambre de lo cálido. ganas de amor hasta el empacho. la glotona del can_can se cubrió con su manta y descubrió que los tobillos ya surgían ateridos. ellos y sus ganas suspiraron por el sol de la mañana. el amor que les calentara.

viernes, 7 de mayo de 2010

pequeño

elaborado como lo que es. un alimento y condimento. así fue tratado y enlatado con el máximo mimo y en una breve secuencia de un plano y algunas letras.
como lo que es _también_ se repitió y repitió para llegar al otro lado.
el ajo es bueno para la circulación. el de sugar_head y de tu plato. ajo.
luego lo es para el corazón.

los detalles conforman el mundo. el global también. pero es el mundo de cada uno el que estructuran y alimentan. el detalle. lo que apenas percibes si vas en quinta. lo mínimo. lo que con la luz tenue se absorbe con los cinco sentidos y asomando el sexto. los regalos ligeros. el hombro almohada. el caramelo.

se lo dijo ella. lo suspiraron otros dientes de la aquella cabeza. no era lo mismo. para nada. era distinto estar superada que serlo con hache intercalada. lo acuñó en su muro y algunos vieron sus alas.

la doble altura de la estancia para subir a la niña a hombros. una sonrisa de dicha que no podía faltar como ingrediente del guiso. era de noche y citaron a lo escogido para el escenario más divino. la luz del patio, la pianista pulsando al de cola, la cámara lenta, y un enlace atravesando costados. de lado a lado. todo un regalo.
el marco. las notas de timidez exquisita y soñada dulzura. y las preguntas _quién se va. quién se queda. cuál es tu camino. cuál es el mío. quién recogerá el perdido_ y las propuestas, que no promesas _ si tú me cuidas, yo me curo. mi tiempo para ti. mis manos para sujetarte. y mi alegría... anda, deja que te acompañe_

sentirse en casa cuando no sabías hasta ayer de su existencia. por las vivencias un perfil tallado. un traje ajustado al momento _muy ajustado_ hasta el ahogo a ratos. las costuras silueteando las circunstancias. y como siempre las apuestas. en todo. un retrato robot de lo que asoma y lo que esconde. un conocerse sin saberse. un aprenderse. un estudio de cada curva adoptada o dicha. una doma de lo más menudo que se hace nudo. un desenredo a base de confianza. de pasos ciegos sin palo. con manos. y tiempo. de nuevo el tiempo.
la unión de tanto detalle formaba lo que realmente era. en ese instante al menos. y a reducida escala le cuidaba para alcanzar la máxima. la más grande y eterna. la de los ancianos del baile. y el ajo laminado acompañando los pasos. siempre. siempre. siempre. siempre. siempre...

en lo que cabe en una palma. ahí está el tesoro. en aquello que no todos ven con tanto ruido. en los ojos que te adentran en la cueva de la verdad latida. en la mirada que busca. en la que habla sin decir sonido. en la que dice se da con quien le atienda. en el sensor óptico de uno. en las pupílas cómplices de una. a tres metros de la nuca de otro.
el premio se esconde para quien lo esquiva. está al alcance pero no lo roza quien lo huye o teme hallarle.
la fortuna del regalo está en encontrarse. a los de la misma camada y a uno mismo. que es igual _o más_ importante. la recompensa inesperada es el baile sin clases. la peonza de esquina hasta arriba girando. enana. rotando la libertad casi olvidada. bebiendo la dicha de lo diminuto que hace un minuto tras otro. y forman la mañana, siguen el mediodía y rematan con el crepuscular astro.

si todos los rincones de mi vida _día_ tienen algo tuyo... pura caricia danzada.
por pequeño que parezca. por minúsculo que se vea es mi mundo. y gira. y lo ilumina la fusión de tanta mota casi invisible. con la lotería premiada en un bolsillo mientras río y fumo. mientras todos _los que somos_ nos miramos. nos encontramos. en lo más infinito. en lo más escondido. pequeño. déjame que te acompañe... que no es momento de andar sola.

martes, 4 de mayo de 2010

tender

le gustaba la ropa tendida. rodeada de percheros con ropa de segunda y de asientos y sillones con gente en gran parte de tercera y alguno de primera hizo que el amor _una vez más_ ganara.

nos asignan cadenas. algunas las inventamos a medida de nuestras muñecas. otras las roban de un tirón delante de decenas de personas. y nadie se inmuta. ni por unas ni por otras.

dejó un bocadillo sin rascar más con la desgana de sus paletas hambrientas de fiesta. se habló de lo uno y lo otro. confesó su camino andado como quien dejara un suspiro callado. y sobre la mesa un aplauso que no osó donar a quien merecía.
a la de la ropa tendida se le encendió la vida y urdió su trama. llamó a la platino e introdujo a un anónimo y ellos solitos hicieron el resto. ya había colada.

nos atamos. nos ponemos trabas y trampas. inventamos zancadillas por motivos peregrinos que no se sustentan. y nos caemos. es lo que queremos. no vale quejarse.

pocos sabían manejar la situación. y es que hace falta valor.
para confesar admiración a un extraño que de vista te suena se necesita.
para contener a un huracán arremolinando tu habitación mientras tú miras se necesita.
para decir lo bonito sin miedo a que te tachen de lo que de costumbre no vistes se necesita.
para abrazar con la mirada a una fiera bajo inventada amenaza se necesita.
para escuchar una espalda y recuperar la cara se necesita.
pocos supieron hacerlo. pocos tendieron lo que el valor reporta.
de un lado a otro la soga que pasa a ser cuerda para ser tendal y que sostenga algo más que la ropa. lo limpio. los trapos no sucios. las miradas nítidas. los blancos pensamientos. las palabras claras. las frases sin mácula. los latidos a bombo y platillo. y los pajaritos.

sabemos lo que nos cierra la senda y nos lo imponemos. el miedo nos latiguea y obedecemos cual corderitos. a pesar de saber que no es camino. aún a sabiendas de que caeremos. no avanzaremos. alcanzaremos la ira de los idos y la ceguera de los perdidos.
por vergüenza. por temor. por prisa. por insatisfacción. por incapacidad. por no haber recibido la lección. por cabezonería. por negación. sin razón.
más sencillo acatar lo que el látigo tirano que inventamos dicta que lo que el amor que supera las barreras que encontramos nos susurra. más sencillo torcernos y esquivar el cuero boa que exigirnos enderezar el pavor _o miedo chiquito_ que nos encoge desde dentro.

pero hay quien lo ve claro. se pone en un extremo y corre al de enfrente estirando el cordel que conectará a los que no saben _por no tener arrestos o por desconocer el modo_ hacerlo.
hay quien sabe que la colada se ha de tender igual que lo amable entre todos. y lo bello. y los premios. y las risas. y las caricias. y los aplausos. y los abrigos. y los brindis. y las mantas. y las brisas.
y saben ellos _y los que luego aprendemos_ que los días son más plenos cuando entre lo tendido se posan a trinar los pajaritos.
tender la ropa _lo más limpio_ es tender la mano con el corazón desnudo. y al final _como en hula_seventy_ el amor es quien siempre gana. o debería.