lunes, 25 de octubre de 2010

entrañas

siempre con flores.

está encamada. y sin mostrar la boca, en una de sus más íntimas fotos, regala su sonrisa. con la vida acostada. con las ganas hechas trizas.
para no estar sola. dicen que era su fuerza y razón. para acompañarse y no enloquecer de dolor. para eso comenzó probando hasta llegar a los autorretratos.

deja que se te suban a la cabeza.

bella. siempre ella. de frente. con los ojos rotundos. dando la cara hasta de espaldas.
con más de treinta intervenciones entre pecho y lecho acorazó su cáscara con colores y guirnaldas. un corsé tras otro abrigaban de arte su sensibilidad en tiritona. y triunfó en su destripadora escapatoria.
deja al descubierto lo ambiguo de su entero. la división casando lo imposible de parecer lindo en conjunto. el binomio tan real como delirante. el dolor y la dicha. el llanto y la risa. la muerte y la vida. la calavera vacía y el corazón con su don. un elefante y una paloma. el grande con la chica. los terceros de juego y la pareja perfecta.

dame bonito para que no piense.

recorriendo sus venas hijos sin término, la bebida, la ruleta hasta la hermana, cuatro dedos menos, los gritos, dos casamientos para el mismo y un tranvía. el silencio pesa sobre sus ojos y no son _como dicen_ sus cejas. la resistencia de sus días se enquista en anillos y tocados floridos, en volantes de colores vivos y en un ceño corrido.
directa, desnuda sus ardores y dolores. ni pusilánime ni esquiva. con las curvas talladas por la aún torpe medicina lega sus tripas al tendido no entendido en arte vital y forense. con su catre como escena y su dosel como telón. a diario reestrena con pincel salvaheridas su vida.

lo mágico que creas me lo pongo para que lo veas.

tras la cámara, nicolás_muray. dentro de ella, su diego. y así que repitieron.
seis mil imágenes que nadie conoció retrataron su personal tortura escapada a ratos.
más que a su piel al marido. la columna elongada de arriba y abajo. jardines con arterias. lo onírico. los peinados. el cuerpo sentado. el sustento quebrado. la fuerza. y desde cualquier punto ella. mirando. su mundo. ella.

las flores en mi cabeza son lo bonito de esa magia que me regalas.

tú que eres el que complementa mi imperfecto, tú que asomas tu escucha a mi cabeza abierta, me das tus ojos como reposo y guía. en la oquedad de esas cunas me mezo y busco el tiempo. a tu lado, con tu cráneo a mi vera toman sentido mis manos.
los colores pardos con los fresados. la filigrana con la frutilla. lo diminuto con la explosión festiva. sobre la mesa todo. sobre la cama las almas. y en mis deseos la creación a punto de lograr la rienda suelta.
tus vísceras vaporizando la energía más inmensa bañan mi yo privado. por mis cuencas la incredulidad en brote espontáneo. tu peso desvanecido se hace abrigo y sobre el perchero rojo tu caja ósea. limpia de ruidos. sin fisuras y _para mí_ abierta. eres tú. y yo soy esa.
vivir con el dolor reservado hace que la casa se haga universo inventado. colores para calores. micromundos conformando el uno. la muerte limpia de oscuridades y negruras. el amor por todos lados. infinito. desbordando. cómplices iconografías. el corazón. cuatro letras. los besadores. y dos cabezas. una pelada y otra tocada. el hombre. tú. mil flores. lo que somos despojados. y ocupando toda mi mente la eternidad a tu lado.
para sellarlo, para _a diario_ casarnos, hicimos de mi risa en llanto un explosivo canto.
la magia que das. lo bonito que me lleva. en lo alto de mi testa. las flores.
las calacas se miran. sus ojos, las entrañas, son las que aman.
son frida. son vida.

jueves, 21 de octubre de 2010

direcciones

comienza la semana y corres. te apresuras creyendo que así acelerarás los ratos y atraerás al sábado. el miércoles tus tacones son estacas y antes de que dé comienzo el viernes empiezas a pisar el pedal que bajará revoluciones. no tan rápido. tu voz se ahoga. haya calma. tu pecho se agita.

renunciaste a media hora diaria más en cama por dejar tu melena larga. decidiste hacer de tu casa un refugio lleno de rincones con pequeños mundos en los que los cuentos suceden. regalaste parte de tu menaje y diste vida a platos y enseres que nadie quería. descontextualizaste tu armario y organizaste una fiesta donde lo lencero conociera al gastado cuero. tus labios marcados aprendieron a no contener más besos. y cuando hubisteis encontrado el mágico tiempo decidisteis hacer del milagro un nacimiento.

sueñas con borrar tu sueño. tras el fin de semana los días son un tobogán a la contra. subir por la rampa en lugar de bajarla. reptar por la pendiente cogiendo carrerilla porque no ves la escala. te pueden las ansias. y a punto de la cima las dos agarraderas te animan a girar para bajar de nuevo el curvado acero. y tú sin aliento. que pides tiempo. que pare el segundero. de pronto, allí arriba, comprendes la brevedad de la mejor vista. de pie donde todo se ve comienzan a pedir que te lances. lo dicen los que esperan. los planes. las citas. las horas de sol dormida. los dos desayunos, almuerzos, meriendas, cenas y lo que entre todos ellos picas. que saltes te gritan. tu cabeza gira. observas y lo detendrías todo. deslizarte hasta la noche del domingo es el juego. y una vez abajo es donde empieza de nuevo.

volcasteis la casa para que saliera el sobrante. lo que venía ocupaba bien poco pero no así su mundo. organizaste tus horas. tus prioridades eran otras. de las vías de tus días optaste por la que mejor te latía. menos entradas para tener más salidas. prendiste las luces e indicaste tu desvío. pero eras mujer y el dinero hombre. tu largos pasos asustaron. estiraste más tus dedos pero no lo quisieron. la misma entregada al máximo reducía su horario y se molestaron. dejaron de verte como la diosa activa de los múltiples brazos que seguías siendo al salirte los que asían el pañal y el carro. en mitad de tu carril una zanja. la oferta tirana de estarás mejor cuidando del bebé en casa. tu motor seguía bramando.

en tu paladar sigue el sabor descubierto. el mejor paisaje dura un momento. y con la calma del tesoro hallado ves a tus pies la escalera. la ruta correcta para dar con las vistas. el del esfuerzo es lo largo de los peldaños. pero es ascenso y te acerca a ese cielo. el recorrido de lo buscado es un volado. el premio es fugaz y breve. las cosas corren, no se suceden. y ese es el juego.

dijeron que paseabas tu decisión a la contra. dijeron que las capota _como serge leblon fotografía_ debía mirar para el otro lado. que tu sentido no lo tenía. pero las ruedas giran y tú sabías lo que hacías. con el portazo aún sonando en tu capó organizaste en tu casa otro universo. con vuestros huecos. con firme avance. y dos regazos para el regalo.

enredarse en el maquinismo del curso no deja ver el columpio. quien no sepa combinar los dos mundos correrá por autopista y se perderá los pueblos diminutos. la moneda que dirige una empresa no sabe bien lo que lleva. la dirección yerra.

lunes, 18 de octubre de 2010

playa

desde que vio una cabeza de alce trabajó la suya la idea. hasta que confluyó todo. estaba la chica. había una mesa. el escogido aceptó. encontró un pez gigante. amaneció brumoso. sería para ellos la arena. reunió los manteles y telas. y alertó a sus cámaras de fotos.

a veces de un pequeño botón surge la prenda. se alquila un piso y no otro por abrigar al piano. se invita a toda familia evitando dejar morir tanto plato. de la mirada al amor más largo. por el aroma a pan tostado desayunó y sentado. de la cima asomada al pedrusco sumergido más gélido.

tiempo después de aquella germinal testa dio con la cornamenta y la orilla se hizo estudio para ella. rosanna_anson elaboró el previo a la sesión relatando el cuento de la mujer que con el salvavidas esperaba. la chica que al final fue la rescatada.

por un corazón entregado y de bombeo dañado concurrieron cámara de vídeo, dos litros de cocacolight, mandarinas con galletas, una manta, pantalones ahogados por las botas, un arnés y las croquetas.
la razón con su emoción y patas temiendo el frío. la enamorada con la toquilla rosa para cuando el viento azotara. y él. con su gorro, él.
las olas sonaban en un tres por dos. tenía que ser aquella orilla la que quedara como fondo porque un día les recibió con las puertas dejando pasar la brisa más fresca.
nadie más. puro desierto donde el trío corría rotando parejas. tras el objetivo el ojo _de una o de otro_ capturaba la carrera, los besos y las indiscretas huellas sobre la lamida arena.

por el placer de hacer realidad un cuento. por el deleite de dar forma a lo ideado convocó a los voluntarios y dispusieron la cena y vistieron el lecho. el bogavante del cubo tan falso como las astas pala del rumiante. cuello corto, cabeza grande. y en una de las hamacas con katiuskas rojas y vestido rayado la marinera a la espera.
la fotógrafa desgranó su historia en un puñado de escenas y lo registrado es lo que le latía desde hacía tiempo. lo surreal para el mundo y tan vital para ella. una velada servida sobre las orilleras más tímidas. el amor de una mujer y un mamífero entre ciervo y equino. su encuentro. sus viandas. su postural aristocracia. su lado del colchón. su mesilla. telón.

el frío de una tarde de octubre arrima los cuerpos. las capas se amontonan. las carreras se provocan. y la perra _marquesa en celo_ se hace de pronto ovillo bajo el calor de la rosada lana hecha ganchillo.
los grados en airoso azote decidieron que bastó. y en la cinta de la grabadora quedó descrita la improvisada tarde que desde que nació como idea fue ya un regalo.

el casco de alce con sus arbóreos cuernos llevó a una cena y a una sesión que nadie encargó. la artista que no cobró sonríe por las fotos de su sueño como pago.
el cuerpo y el interno de la que nos trae de cabeza nos hizo viajar hasta la costa. trasladamos nuestra otoñal salita con la intención de regalar a nuestra pompa la libertad de la playa. que a nosotros nos quedara el vídeo donde su blanco cuerpo corre y su hocico con belfos ronronea y nos besa.
por la pequeña se hizo la tarde del domingo un trocito de futuro con escenario playero. y para ese ahora eterno no hay dinero.

sábado, 9 de octubre de 2010

calor

de camino a casa me decía que lo había heredado de ella. mis nuevas flores dentro de la bolsa que tragó el bolso se sumaban a las tantas otras para hacer de mi mundo un florido escenario. a mi abuela materna le gustaban. estampados de flores y tazas de porcelana. y si antes lo veía a distancia ahora me siento florista. comencé hace años. poco a poco. pétalo a pétalo. sin proponérmelo. y el jardín que me rodea esboza mis sonrisas quitándome frío.

huyeron abandonando lo cotidiano que se hace moneda de oro encofrada y sumergida en el olvido. en silencio se desdibujan los límites y se hacen boceto los objetos. los rayos por las rendijas y cortinas mal corridas devoraron día a encía el color de cuanto veían. comiendo a hurtadillas por no haber nadie en casa. de manera furtiva al principio. un sol tímido. a sus anchas con el tiempo. haciéndose amo de todo lo que fuera lamiendo.
hay quien captura estos olvidados en la plenitud de desgaste magnífico. los exploradores urbanos fotografían la decrepitud más bella. espacios que ya nadie pisa. paredes que ya no cobijan más que empolvados trastos del pasado. son rescatados descubriendo la hermosura de lo que hubo vivo y ahora habla sin palabras. algunos oyen. el flash se lanza.

unas botas de cordones con tela sembrada de flores. las punteras diferentes _que no hay idénticos brotes_ serán la avanzadilla. vestirán mis pies una selección de todas las que en mi jarrón lucen. de varios tamaños mejor que menudas y distantes. solapándose. asomadas entre el verde de sus bufandas. sedas de petit point o vidrio. hogar para lo mío.

en una incursión urbex se retrató _abandonat lo hizo_ lo más cálido del frío. un almacén. radiadores que no abrigarán a gente tienden su colchón de fuelle a lo más vegetal de lo inerte. en ovalado marco resalta el color de tres rosas tras manchas que el tiempo posó. acostadas se mecen en la soledad de su urbanita desierto. el palé habla de industria. el ramo pintado de salita. y el metal vacío de agua humeante se multiplica y superpone _como mis flores_ para el calor.
a lo difunto, florida vida.

miércoles, 6 de octubre de 2010

fresa

antes de cerrar el día. cuando el cielo calla. cuando las luces nacen sobre lo apagado de arriba. toma su taza. se aferra a ella con ambas manos. y sorbe.
si tuviera las piezas a la vista extendería sin duda los dedos. palmas abiertas. los diez con la deidad asumida. controlando. sabiendo cómo ha de seguir la partida.

tal vez la 86 sea mejor. el cuerpo _más hembra estos días_ de la que ronronea mi vida es hoy una niña con la 80 europea pidiendo más_cuello_por_favor. estrena una rana rosa que asegure su pañal y sus pasados 10 kilos de perra sin queja se dejan. que ya ni recuerdo si dí a luz a esta vida. que entre la duda de esta locura está el invisible umbilical que nos tiene conectadas. haga _ella o yo_ lo que haga. y al salir a por su nueva prenda para hacerle más dulce la hormonada guerra he reproducido su tamaño, su altura, su ancho con el radar materno para su cría.

su pecho es un tambor. sube veloz para oprimir en un delirante vaivén. el sol acostado da brillo a todo lo que haría si saliera de la rueda. el calor de la taza invita a concentrarse en los giros de las burbujas del líquido. y las opciones descartadas y a ratos perseguidas surgen de cada una convertidas en videntes bolas de cristal. puñeteras. tan chiquitas como chinas en zapatos viejos las ve renacer con su descanso previo al sueño. y con la distancia de quien renunció a ellas se lanza y las bebe.
un hogar con paredes y suelos blancos. madejas de mil colores. caucho punzado. telas combinadas. letras pulsadas sin alarmas. ganchillo resucitando lo desapercibido. flores. paseos de encaje y sedas. el horno. mantas y un sol de invierno sin techo. acuarelas y lapiceros de hilo. el maniquí despierto. los libros abiertos. el jazz y la orquesta. la furgoneta. los lazos y los sombreros. animales. mermelada y queso. lo blanco. el agua. sus ojos. su barba.
mira a su izquierda y deja lo que sujeta. la vista fuera de lo batido _que penny_lanee muestra_ retorna su escapada de la galería de soñadas fotos a lo tan real que ha construido. son equipo y viven en lo que levantan como paraíso.

rompí una camiseta negra para que fuera su cuerpo. de momento. desconfiaba de los tirantes dejando de más al aire. y así ha sido. aquel gesto in extremis apenas duró. y ante lo nuevo servido un tenedor hecho de manos. la improvisación me ha llevado a la planta de niños.

al no haber cacao en casa la fresa se hizo de leche.
lo que alcanzas es lo que tienes.
sólo hay una. la taza y media no existe.
abraza el asa. bebe. y sonríe.

lunes, 4 de octubre de 2010

pez

entras a bucear y das con laia_llorca. te enamoras de sus bocas y te atrapas con sus ojos. cuelgas en tu entrada una de sus miradas y te imaginas maquillando pedazos de rostros en una pared en blanco. envidias el don. vuelas soñando su arte en tus trazos. esos instantes a brochazos.

entre todas las cajas que tenía en alguna rezaba una pegatina con unos ojos. eran ovaladas. guardaban todas las cosas que iba viendo y reservaba para más adelante. y ya sumaban más de dos.
a las palomas bebé no se las ve. en un mes su cuerpo es adulto. en el nido donde aguardan para dejarse ver sus mayores alimentan sus picos y pupilas. cuando bajan a la plaza se dan a la caza de asfalto sin trampa y de migas. qué hacer con la tierra prometida si no tienen tiempo para darle cabida.
almacenadas tantas miradas como planes coleccionaba por no encontrar las horas. y en su rostro las cuencas. hambrientas.

el que nada no es el cazado. en el agua han de sumar las dos escenas _derecha e izquierda_ para hacer esquema de lo que surcan sus aletas en nado. en formación sobre hielo escarchado su paisaje es menos natural, sin mareas y no tan puzle. tras la tentación del piercing en sus labios lo que su mente recibe es la opinión de uno de los lados. tan sólo un ojo trabaja. el otro _tapado_ no tiene ya licencia para hacer otra cosa que seguir soñando. el rodaballo como el besugo. en su mar es donde dan uso a su punto de vista. tras la pesca los ojos no mojan más allá del llanto. no es lo mismo un pez que un pescado.

rojos. blancos. negros. hacen comisuras donde asoma el cristalino o los dientes. las mezclas de colores en sus manos obligan a los tonos a sonreír, a dudar, a sorprenderse, a emocionar.

puestos a hacer orden en lo suyo se detuvo en ellas. tres llenas y una a poco de completar. cada caja abierta bañó de ruido la sala. para quien lo oyera.
los para_luegos los que más subieron. eran ligeros. menos etéreos los algún_año. haciendo daño.
el alabastro rodaba por el aire de lado a lado ordenando a la nata semitranslúcida de su centro que añadiera barullo al destape. aquellos ojos que prometían hicieron sonar su vidriada esfera contra cualquier objeto que se interpusiera.
y las tapas tan atónitas como la dueña bajo la tormenta del salón.

el hambre desdibuja los límites del charco y creyéndolo océano soñamos. el pez no cuenta con la red. guardamos deseadas vistas que no saldrán a pista. bocas prietas. ojos inundados.