martes, 27 de abril de 2010

espantapájaros

está desmontando lo que ha sido. una etapa entre cuatro paredes. una fase más. una porción de la tarta vital debe ser retirada del plato para lavarlo. hay algo nuevo a punto de ser servido y para ello hay que dejarle espacio.
lo que en una mudanza se mueven no son los trastos y cajas. eso es lo que vemos. pero lo que realmente va de un lado a otro _como en mareo_ son las emociones. ella lo dijo.
estaba agotada. cansada por el esfuerzo de asir a la res por el astado al tiempo que da cabezazos. que no. eso decía la brutal cabeza. ya no. mejor no insistir en quedarse parado. un golpe seco a la derecha y ella sin soltar las puntas centró sus ganas en no destripar sus entrañas.

lo que cocinaron no era lo que habría escogido. tocaba comer y no quería lo que humeaba ordenando darle bocado. como si no quedara otra. como si todos los caminos llevaran a esa encerrona servida sin pedirla.
con las puertas cerradas pocas habitaciones pueden ser ocupadas. si cruzan mil vallas en todas las vías nos quedarán pocas salidas. pero alguna hay. siempre. no nos quedaremos en pleno camino atascados. no es sitio para ninguno. al tiempo nos retirarían. y luego tan sólo el desguace.

sin demandar ayuda pidió si nos sobraba aire. de niños lo decíamos... el aire es de todos. entre sus montoneras estiró el cuello y le llegaron las briznas.
la nada ocupó la casa. la soledad invasora. el autismo de los noes. el caníbal que se come lo producido y no se ocupa de las migas.
entrar donde un día esbozó los diseños sonrientes que le acercaban agosto se le hacía ya imposible. lo invisible entorpecía la entrada y cada esquina de toda la planta. todo en su sitio. nada sumado. nada movido. todo asediando. todo inventado.
el pasado piando. el presente con el hilo enredado. y el futuro extraviado entre los enseres que hasta entonces no agredieron con el escondite autoimpuesto. el mismo gris de su cabeza dibujaba los espíritus amordazadores. y por cada partícula colmada de oscuro y portazo le acosaba otra del caramelo ingerido hasta entonces. contradecirse para amputar ambas manos y dejar de alcanzar posibilidades.

se acabó!!!
vestido rosa nude. los flecos serán perfectos. chaqueta emplumada y los tacones menos cautos.
vamos allá!!!
veinte uñas pintadas. melena al viento. delineados los párpados. y el carmín de pleno.
quién dijo miedo!!!

con ella todos los que quiso. uno junto al otro. giraron la llave unidos. uno le hizo entrar cogida en brazos. una le sirvió el refresco. otra le hizo el papeleo contra el miedo. otros empacaron las telas. todas las luces prendidas. un asiento ocupado por un abrazo largo y besos. muerto un enquistado. la imaginación regada por quien le sigue las pistas y de allí al epicentro. fuera las telas apolilladas esperando en la vía cortada. a la colada. más esqueletos. un brazo a lo alto para quitar el cartel que bautizó lo que otros mataron. adiós a los iconos drácula. tan sólo espacio para lo bueno. paredes y suelo para la risa y la verdad contada. asfalto nuevo para lo que no se conoce y viene a nuestro encuentro. cristales en el suelo. espejos donde se miró no hace tanto y se vio bella pero ya no. a romperlos. rollos de tejido que no darán más abrigo y ganan en peso mientras pierden esencia. cadáveres a entierro.
lo vemos en dream_fantasy. no es nada sencillo. no lo parece.
mantener el equilibrio. sostenerse entre tanto derruido es complicado. el exorcismo echa lo feo y sobre los cascotes se tantean salidas. con tacones los resbalones. pero la dignidad encara al temor que paraliza y quiebra los tobillos. las galas rosadas con marabú e hilos colgando maquillan el temblor de un baile espantapájaros. y con el valor y amor de los que creyeron en ella se logró dejar la casa _y su fantasía de pérdida_ limpia. vía libre. el futuro es tuyo.

domingo, 25 de abril de 2010

muñecas

nos regalan muñecas. es lo que se ha hecho siempre con las chicas. a las niñas les tocaba jugar a mamás mientras los niños rodaban el balón o las canicas. así era y _aunque ahora los juguetes asexuados se mezclan_ lo sigue siendo.

las medidas de seguridad están por algo. las activas y las pasivas. es lo que te indica la dirección general de tráfico antes de sentarte frente a cualquier volante.

a toda niña nos dicen alguna vez que somos princesa. a veces reina. y bajo esa corona caminamos presas incluso cuando alargamos los calcetines cortos del cole hasta las caderas y los hacemos medias.
la educación que nos alimenta nos lleva a todas a ensoñarnos con castillos y caballeros poniéndonos a salvo del temor más fiero. un fotograma de la película el_castillo_soñado hace que una mujer extienda el brazo. i_capture_a_castle dijo en su idioma el director multiplicando _sin saberlo_ los barrotes de la jaula del invento ceniciento. y es que de ser ella en lugar de él el de la silla de tijera y el grito de corten quizá habría sido también alguna vez presa de los grilletes donde sin querer _si eres fémina_ te metes. que la autora del libro sobre el que se basa el film apuesto que sí supo de estas prisiones entre almenas y condiciones.

el cinturón antes de nada. regular la visión espejada. y punto muerto previo al arranque. es parte del comienzo de la toma de contacto con uno nuevo. y aquel lo era. a pesar de la familiaridad que le infundía _por haber estado cerca del asiento piloto algún tiempo_ debía calibrar el punto de fricción y la resistencia o cesión de cada pedal rozado. todo era desconocido al fin y al cabo. y además de la calma tuvo que añadir grandes dosis de fe y confianza. y sobre aquellas ruedas del ford fiesta lo logró.

inglaterra. 1930. cassandra hace por sobrevivir en el ruinoso castillo inglés de su excéntrica familia. y su recorrido por las relaciones y sus emociones le conducen hacia lo que se espera de quien madura. el viaje personal de la chica que desconoce lo cerrada que vendrá la siguiente curva.

regulado el asiento tomó la distancia de los brazos. extendidos debían colocar las pulseras sobre el volante. y con una cadena cerrada de zurdas y diestras fue ascendiendo hasta lo más alto. las muñecas. con imprevistos. con nuevas vistas y distintas formas de tanteo. con el mejor copiloto. con una emisora amorosa suavizando cada kilómetro rodado. con la paciencia más generosa y la apuesta de la confianza plena dejando que tan sólo fuera un viajero durante una vuelta entera.

a principios de siglo como ahora. los mismos tronos perseguidos. las mismas alcobas y capas hechas cola. y de camino a palacio los mismos temblorosos pasos.
a la que le abrillantaron la corona sólo sostiene una despeinada melena. otra que creyó empuñar cetro sintió atravesado su centro. y la que subió tropezó con la alfombra real mal tendida. ellas y muchas otras que estremecieron su erizado acabaron por asumir que no era más que la puerta de la nevera abierta. y el frío se llevó la esperanza de dar con su alteza.
que si no se es una reina_infanta_princesa_regia dama en su casa el resto se le hace batalla. en 2010 y en los años 30. valiente patraña.

escoger entre los expuestos y dispuestos. no es igual aunque parezca el mismo camino. el giro, las luces, el sonido, el empuje, la estabilidad, los kilómetros pisados, los paisajes visitados. todo es parecido pero muy distinto. y con las básicas reglas sobre las ruedas se elige entre conducir uno u otro. es diferente llevar a éste o a aquel. no da igual por quién apuestes. quizá la meta sea el mismo puerto y se llegue a las mismas seis en punto. pero nada tendrá que ver lo sentido en el trayecto. quieres riesgo. quieres paz. quieres brisa marina o alta montaña. optas por estrenar o por algo conocido. decides autopista o la comarcal llena de curvas. y así también el transporte. se escoge.

las parejas que firman se unen con apuestas. de una muñeca a la del otro la breve distancia de unas esposas. así la dama. así el esposo. así la fe puesta el uno en el que se pide que no desvíe su dirección a la cuneta. y sin papeles entre ellos _también_ la misma unión cadena que pintan palaciega cuando puede ser calabozo. la misma historia regada desde pequeños. la del azul que dejó de ser rana para ir juntos a lo más alto. el mismo cuento engañoso desde las muñecas infantiles hasta los posteriores esposos.

una escapada a un paralelo mundo puede durar dos horas. entrar en él con la primera y dejarlo al aparcar en cuesta con la marcha atrás puesta.
un viaje a la complicidad de un posible. unas vacaciones hasta oporto. de un asiento al de al lado el brazo mostrando que no es tan demonio la carretera. una voz arrullando con aplausos que espanta a los diablos en el asiento trasero agazapados. cerradas curvas. parón en seco. aquí te espero pero no te dejo.

hay que enterrar los juegos infantiles cuando se juega en la gran liga. no valen los cuentos de castillos. no todo el que va a caballo es príncipe. no todas las palabras son reales.
y luego ocurre. que aunque existan algunos verdaderos no los vemos. las destapadas trampas dejan sin ojos a las cabezas. las promesas descubiertas decapitan a las de trapo. y con tanto cuerpo _e interno_ mutilado ya no parecen tan muñecas.

miércoles, 21 de abril de 2010

escuchas

escuché lo que a nadie gusta oír siquiera. atendí. agudicé el oído con intención de localizarle. pero no dí con su cuerpo. a pesar de ello pasó conmigo la noche.

escuché lo que hacía tiempo ni siquiera oía de lejos. lo dijeron en silencio. la mano sobre el brazo pronunciando dos palabras. la frente buscando la otra para transmitir la confesión controlada sin voz. pero hasta lo no dicho se lo acabó llevando el viento. a pesar de ello yo paso las noches. conmigo.

escuché lo que no esperaba de voces anónimas. tal cual se ve en minky_loh presté atención. hablaban de lo que siquiera creí que se siguiera oyendo. y dieron con mis esquinas y pulieron las espinas. a pesar de mis pesos se deshizo la noche.

quien incordió mi dormir cubrió mis manos con su intención más hambrienta. me besó a su manera. y no me gustó. a nadie le agrada ser víctima del vampirismo.

quien pronunció sin decir vistió mi erizada piel de olvido de las cargas. me creí besada a su modo. y no me gusta. hoy no. a quién le gusta ser víctima del símbolo de la interrogación con respuesta esquiva.

quienes hablan regalando alas y aire entre lo más duro y oscuro abrigaron el destemplado tiritar del miedo a dar pasos. me lanzaron besos desde otros lados. y me gustaron. a todos saben a rico los mimos no pedidos con la voz.

el poder de un ser pequeño no se mide hasta haber rotado por la cama sin alcanzar el sueño por la culpa de su sonido alado.
así tampoco calculamos las consecuencias de lo que acarrearán los que aceptamos sin mirar bien lo que dice el fondo de sus pupilas.
y para escalar el peligro del menudo y la gravedad de no barajar a los segundos aparecen los terceros. son los que viendo que las picaduras tatúan mi cuerpo de un lado al espejado me sedan y refrescan las marcas. los terceros, los que se ponen en primera línea para que no tema el avance. son los que me sacan de la trinchera de las mantas que me esconden del volador trompetero porque saben que me ahogaré con el tiempo. los que me hacen tirar al fondo más hundido los mordiscos que disfrazaron de ternura.
que las noches con vuelos no invitados se hacen largas. y los días _con madrugadas_ sin poder elevar del suelo ni un rato el alma son tan eternas como las primeras. o más.

escuché por segunda noche el zumbido del molesto inquilino. y antes de cederle de nuevo mi sanguíneo sacrifiqué mi descanso. no estando dispuesta a que interrumpiera mi sueño ni sellara más mi recorrido prendí la luz. y así estuvo hasta que el despertador sonó.

escuché por última vez la confirmación del egoísmo de otro polizón. qué palizón. hice la llamada y grabé el rechazo en mi regazo para no recoger más trozos. por mucho que parezcan apetitosos.

escuché que existen más dragones que princesas. y que cada uno combate a su manera. soldados de dios o del diablo que cargan sus escopetas y afilan sus lanzas, cazadores de un mundo en movimiento constante donde lo material, lo perecedero se ha convertido en el pilar maestro de un instante que se apaga. eso escuché que decían.

un golpe certero tiñó de rojo la pared. era la hora de irme. había estado a mi lado otra madrugada pero no tendría una tercera. un pequeño insecto es capaz de iluminar una estancia y desvelar agotamientos. pero ya no existe el que batía sus ganas de atacarme. murió. igual que lo hacen los diminutos seres que aparentan ser grandes _tal vez por el ruido que hacen_ terminó desapareciendo.

llega el calor y tendré que abrir las ventanas nocturnas para conciliar mi descanso y me da miedo. no quiero más noches a nada zumbando a mi oído. no me fío de quien se cuele. temo al descuido. y los terceros, los que se prestan sin pedir nada, lo saben y por ello han decidido iluminarse para atraer a lo molesto y lograr darle aire haciendo no visible mi cuerpo.

las picaduras van rebajando su daño. igual mi costado.
cómo me va a vencer un insignificante y minúsculo mosquito…
dónde está que me lo quito!

lunes, 19 de abril de 2010

perdidos

como aquella canción que cantó el judío a mi petisa amiga el pelo de ella resulta todo un cuento. vania_zouravliov así la ilustró al conocer la historia. quizá fuera antes. quién sabe. las historias atraviesan continentes y mares a través de la red más conectora. y el relato que nos ocupa puede ser el vuestro, el mío, el de cualquiera.

diseccionemos la melena.

hay una madre que vela por su hijo en la cima rocosa. está el hijo con sus noches hasta de día. los pensamientos trabajados a fuerza de no hablar con nadie. el frío de la sierra. lo eterno. y en el instante previo a la caída la mano tendida.
hay un naranjo. lo cuida un padre. en las escaleras de la vivienda una cadena de niños que capturó hace años. mutilados. trabajando. con eco en los adentros. la mirada perdida. y haciendo del mundo del dueño del árbol algo más reducido logran levantar al dragón agazapado.

la chica dibujada sostiene los recogidos a duras penas. a cada lado lleva mil mundos.

está el mechón de los gritos de auxilio. está el de las no coincidencias. están los tenaces tras cada cana. con más ganas que plantones dados. están los osarios. los ovarios. las letras que acercan. los demonios que frenan.
los nudos hacen por camuflarse pero se aciertan. no cuesta adivinarlos. en cuanto uno se acerca las marañas renacen. las tensiones salen y de la nada la mano que atusa y el cepillo que calma.

la pajarita del cuello es la licencia de la ilustradora al evitar la soga que rodeaba a la retratada. una lazada que escapa de ser correa haciendo por ser amable. lo feo convertido en bello. la cadena en ornamento y no condena.

a ambos lados del recogido cientos de negaciones. a pesar de la intención de matar demonios.
en ambos micromundos el no sumado a más negativas. parones bañando en oro la confianza perdida. y el peso de los noes hace su pose más testaruda. sin doblegarse. queriendo superar el mal bebiendo de la misma fuente se cierra a la gente. cree que le miente. el uno. el otro. la mentira se hace liendres. y todo le pica.

así está ella. tan ocupada la testa como vulnerable el resto. la piel sin tapado. el pecho con el corazón empuñado. animal presa.

se adivina dentro de un rizo. la que acompaña al hijo le teje una manta desde que falta. llegada la noche exacta él la ofrece sin esperar nada. e igual que los cuatro o cinco puentes que unían ambas orillas arrimó su silla sin invadir a la aterida.
en otro bucle parecido. el que escapó de su lápida tras perder kilos y ganar eccemas no deja que talen nada. las apuestas iban en contra pero él mima sus ramas. perdió una y el amor cosecha hoy naranjas. esta mañana ha exprimido un zumo para la sed más castigada. sin esperar _tampoco_ nada.

herida o brava. cercana o helada. cervatillo o cabra enfadada. no todos la vieron. pero está. en blanco y negro.

debió extraviar sus pasos en un mar que invitaba. su permeable brazada acabó por dejar que le ahogaran. y al alcanzar la orilla _tan sólo fue una pesada ahogadilla_ se ha encontrado con toda clase de pequeños detalles enredados en su cabello.
hay insectos. escarabajos sacaojos. libélulas. saltamontes. todos calados. hay alguna rama. plumas de no se sabe bien qué color de lo hundidas que estaban...
palabras contenidas. zapatos atados a su pareja. un ombligo rodeado de pecas. una arqueada ceja cuestionando lo que se acerca. calendarios con los meses futuros quitados. y días. noches y días contados y con aspecto de olvidados.
hay una puerta que se abrió sin pedir contraseña. hay un secreto. hay dos ojos abiertos. luego otros cerrados. quizá los mismos. hay un candado. y la llave a la ría.
hay una botella. dos sillas. hay viento sur. está la música. una tribu de ojos tristes enmarcando sus rostros con tocados y pintura. hay una mano asiendo una piedra. no hay hielos.
hay un número. hay un regalo. vídeos. una princesa y el muro vacío. hay bombillas. hay un niño de once años. hay un salvavidas. hay un reloj sin pila. hay tiempo. el que se requiera. y una cura. y tras la cura otra oferta.
un saco de lágrimas secas. un esbozo de sonrisa. unos deberes. coincidencias que no lo son por nada. cuatro manos abiertas. una madre en lo alto. un hijo. otro. un árbol desahuciado. el padre coraje. y una diana en la melena enmarañada.

las líneas han dado rostro y torso a la canción que a mi amiga cantó su tenista. han dado vida a la historia que yacía malherida. han hecho chica del cuento que a todos asusta. ha dado coherencia al barullo de tanto objeto extraviado. al desconcierto de los que ya no confían. a los perdidos. a ellos se les ha dado abrigo. no todo está perdido.

sábado, 17 de abril de 2010

cobaya

como si el vidrio que nos separara no existiera sus ojos me llamaban. agazapada en un rincón de su recinto asignado se ha hecho con mi número y lo ha marcado. no sé qué hacer con mis límites _me ha susurrado_ mi cuerpo se me hace jaula.

alicia vuelve a estar en portada. el huevo sobre el muro. la sonrisa del gato. los gemelos. los naipes formando. todo volverá a resurgir. y lo que algunos creyeron cuento infantil será destripado de nuevo para declararse como profundidad y enredo seriado.
la niña engullida por el sueño. el mundo paralelo. la otra posibilidad. alternativas. y entre objeto gigante y chico corre de un lado a otro la prisa.

qué es lo que haces expuesta _mi respuesta en pregunta_ por qué te prestas. y su redonda mirada ha dibujado en el fondo su paso por el laboratorio.

alicia duerme y con ello escapa. la niña se cuela en un juego donde la verdad no es cierta y sus apetencias campan más anchas. lo que no tiene se lo inventa. saca de un frasco lo que le falta. potencia lo que olvide sus carencias. multiplica los postres. ríe cuando ella quiere. y cuando algo le aprieta se fabrica otra vereda. con el vestido intacto. el lazo atado. las medias perfectas. sin haber roto un plato.
alicia se adentra en un país donde el reloj no avanza para ella. las puertas hablan. las flores miran. se celebran los no cumpleaños _porque el día mismo algunos no están para fiestas_ y se alargan las meriendas. la falda se acampana para salvar su vuelo. y una reina ordena a los vientos que les corten la cabeza.
alicia no está en lo posible. y ella lo sabe. se deja llevar por la novedad de lo que jugó a soñar durante tiempo y prueba con esos dados. pero el pensamiento zaguero le devuelve a lo más cuerdo. aunque no quiera verlo.

el de la bata blanca escogió su perfil de entre todos. sus firmes palmas abrazaron su miedo a dar pasos. haría con ella una pareja de baile. besó su blancura como si fuera a borrarse. y ella prestó su cintura y postura para que su camino siguiera en avance.

alicia se ensueña porque los meses le pesan. la rubia lectora escapa y ni se despeina. en su maravilla creada es valiente y no teme. todo cuadra. y lo que desvían lo reordena. el solape de vivencias son reflejo de lo que fuera del cuento no arregla. lo que no alcanza despierta. lo que no encara. lo que le inquieta.
alicia sigue al que corre. y éste persigue al que cuenta. segundos. minutos. horas. días. semanas. más de un año. y el batallón barajado acota su paso con las lanzas en el momento menos pensado.
alicia escucha su nombre. las figuras comienzan a esfumarse. las transparencias aumentan y se pasa a dos dimensiones. son planos superpuestos perdiendo grados. lo que fue su verdad empieza a ser lo que realmente es. le llaman. oye su nombre. alicia. no quiere irse. alicia. alicia. se acaba el sueño. alicia.

allí. acurrucada en el escaparate. cualquier cosa cabía imaginarse viendo su cuerpo cansado. de todos sus tubos de ensayo _me ha dicho su silencio_ me tocó a mí el tarado. sus orejas sin fiesta no apuntaban muy alto. tenía reciente la sesión de experimentos. aún pulsaba la herida. y del que erró con los datos ni rastro. en su jaula un cartel sin precio. ni una palabra. no he sabido si podía o no liberarle de su cercanía a la mesa de pruebas. nadie ha dicho nada. hasta la llamada.

alicia. despierta. alicia. sal de las maravillas. que aunque no sean perfectas las cosas brillan. alicia.

la reina ha decapitado al de la ciencia _ficción_ y tengo en mis brazos _ a la escogida. como en anywhere_dreams. la conejillo de indias aún reparte descrédito. lo noto en su cuerpo que quiere correr para cualquier lado. todo menos quedarse parado. la cuna de mi rescate quiere enseñarle la verdad de lo más cierto. el colorín colorado de lo cotidiano. la realidad sin disfraces. la honestidad. la palabra dicha. el pensamiento expuesto. para que te hagas _cobaya linda_ a esta vida que no es tan cuento ni gratuito experimento.

jueves, 15 de abril de 2010

mandarina

los reproduzco grises. de la contada gama de tonos de aquellos raquíticos lápices de colores no encuentro ninguno que se anime a dar calor a esos días. que de lo poco que sé _por lo contado_ me basta y sobra para hacerme a la idea del hedor a miedo y muerte entre vecinos y hermanos.
las mujeres visitaban cada amanecer la lista donde la sangre caligrafiaba matanzas. rezaban enlazando sus temblorosas manos que no estuvieran sus nombres. que no hubiera tocado el infortunio a sus hombres.

dos kilos a menos de un par de euros. me tendieron una pero la rechacé por no haber estado en la nevera. me gustan frescas. y aun así son una apuesta.

más de cuatro semanas con la posible condena pendiendo sobre nuestras cabezas. muchos días. largas noches. eternas. para los alistados _acertados o imaginarios_ y para todos los que les acompañan el diario.
esta mañana el aire se había estancado. el andamio de la fachada cerró la red que tendía y emplomó más lo que veía. tonos de gris. piedra, hormigón y cemento. qué ironía.
en nuestro corredor no había color. las caras desencajadas temían la llamada. nos había invadido el pavor. un teléfono apuntaba con inquisidor dedo y el silencio de todos acompañaba a la nueva víctima a su bastilla. ha sido tan rápido como arrastrado. ha sido denso. monocromo. pesado.
sobre nuestras cabezas la súplica de los dígitos cruzados para no ser atravesados por la guillotina.
y en la mía siete décadas en retroceso. con las esquinas aprendidas. la sinrazón y las rejas. la ropa mugrienta. el hambre. las balas. las cifras. el paredón. la ejecución. el horror. sin perdón.

solía escoger más de dos por si una fallaba. me gustan ácidas y frías. no heladas. y como ocurre a veces con la última peladilla amarga _desafortunada sorpresa_ me disgustaba que la _también_ última de las frutas saliera dulce. así que opté por catar todas las piezas y reservar la de más acidez para el bocado final. esa era mi trampa naranja. mi licencia. y lo sigue siendo.

la de damocles pendía de un pelo de la crin de un caballo y a él se le quitaron las ganas de gozar de la vida regía que por un día se le concedía.
la de aquellos niños en piel colgada suspirando al alba no era sostenida por mucho más que un hilo. me duele dibujarlo...
la espada con la que amenazan debería no ser. lo que haya de venir que sea sin avisos ni citaciones previas. no lugar a hacerse a la idea. y menos sin asegurar nada. para qué vivir muriendo si puede que no fallezcas por sus disparos. tal vez no sea tu hora. quizá no estás en la lista. y el miedo sembrado entre tu nuca y costilla es lo que te está restando días.

del trío peladas las tres. a cada le robo un gajo. y con las seis mitades ordeno mi suerte trilera para que lo menos ácido entre primero.

de haber podido todos habrían testado sus frutas. es la ventaja frente al riesgo. la cuerda segura sosteniendo la daga que de un débil pelo dependía.
pero no había más que gris y miedo esta mañana. y todas las anteriores desde hace semanas. no había colores. no cabía el naranja. las apuestas no eran ni dulces ni ácidas. todas amargas. eran la bilis de los que esperan desesperados a que les abran la puerta para cerrarles los días.
la tensión cargada era quietud congelada. ninguna palabra. alguna mueca. lágrimas. incredulidad por toneladas.
he recorrido años para verme enrejada. pero es imposible vivir aquella ausencia de tonos. estoy convencida que nunca me acercaría al gris de aquellos espacios, de tanta osamenta esperando. no alcanzaría jamás mi cabeza a dar con el miedo que vivieron los de dentro ni _siquiera_ los de fuera. al intentarlo se han reventado las almohadas _como en jesse_tng se adivina_ soltando sus plumas y la realidad me ha rescatado borrando el blanco y negro más doloroso.

la mandarina que me ha tocado esta mañana ha sido de las ácidas _a dios gracias_ pero no puedo decir que habría sido dulce leer mi nombre en la lista de la puerta confirmando los que ya no ocuparán más celda.
no es lo mismo la sentencia de muerte que una mandarina a la suerte.

martes, 13 de abril de 2010

grillos

para las amígdalas inflamadas altas dosis de cortisona. antes había sido la tortícolis con el tetrazepam que entró como si bebiera agua y no hizo nada. para el pánico a volver a la reciente vida los brazos que respondieron que sí a la petición de sostén. y al acostarse mensajes colándose entre las sábanas para espantar los pesares nocturnos.

qué hago de cena _preguntó_ y no dijo más. se acercó a la nevera y propuso algo ligero. el mejor ingrediente fue lo no preparado. lo que brotó como el aire inhalado. el mejor cocinero comienza a partir de la improvisación tras mirar la despensa o el refrigerador.

entrar en la espiral del perro flaco puede ser ajeno o voluntario. pero algo de culpa siempre tenemos. no nos engañemos. cierto que la carroña agolpa a los buitres y la pizca de azúcar a la legión de hormigas invasoras. y si dejas que tus escudos bajen las defensas no trabajan porque no abarcan y ocurre lo que pasa. que se paraliza el cuello por una espalda anudada. que no tragas porque se estrechó la garganta. y que cualquier instante _hasta con el sol radiante_ puede hacerse hora baja.
el orden y las pastillas de freno serían un buen comienzo. las fotos de vidas que nos descubren lo más bello y la paz que tanto queremos. ramos de flores _a un trabajo y al otro_ e imágenes de más pétalos acolchando las aristas puntiagudas que ahora se acusan. está la paciencia _infinita_ que tan sólo unos padres _generosos como pocos_ saben administrar. y el silencio ante los rayos estruendosos despedidos entre el primer plato y el segundo. o la oferta a lo que requiera mientras se descentran mis zapatos y me tropiezo tan sólo caminando.
aire. besos rojos. arropo. manos sanando. algún guiño. hilos. el decanato como espejo. las palabras. lo quieto. si supiera separarme del lienzo y observar sin dejar que entraran todos. si lograra reparar en cada gesto y darle un estudio objetivo. sin sumar negro. sin atascarme en un punto. sin intentar comprender la globalidad por sentirme capaz de rescatar nada. dejando a un lado las pesadas capas. sin cerrar puños apuntando al cielo. si pudiera ver cada trazo en su dimensión y con su rango. si lo hiciera. si no fuera tan delgaducho...

parecía la casa de otro. la cocina de un apartamento de fin de semana. eso parecía. y al acercarse a la nevera deseó dar con algo realmente bueno. en patusibu está buscando. la luz del frigorífico descubre la escasa materia con la que sorprender al compañero. pero quien pone amor se lo imagina y lo más rico acaba saliendo. algo ligero _propuso_ y entre espinacas y dátiles no echaron en falta nada.

de los grados de richter la sacudida con la que revoluciono lo que rozo no es letal pero están llenando mi despensa y eso me hace pensar. kilos de lo bueno están empezando a entrar para compensar. eso dicen. y es lo que siento. veo cómo se ocupan los estantes y mi horno se calienta aunque sea poco. cada uno a su modo envía paquetes con víveres. los veo llegar y creo que debo dar espacio a tanta vitualla. abril duda si abrirse y ceder ante el sol caliente igual que la coraza con la que se armó mi cuerpo ante la metralla que estaba cayendo. a los ejércitos de salvamento _a cada soldado desarmado de feo_ le tiendo mis manos rendidas. y mi cuerpo entero. estoy en reconocimiento.

compartir un plato puede ser más sencillo de lo esperado. pero no todo el mundo atiende a lo mismo. no todos ven una exquisitez en cuatro tomates cherry, dados de queso y nueces troceadas con semillas caramelizadas. no todos son capaces de oír grillos. descifrar lo que los élitros del macho dicen no es sencillo. hay quien sólo los escucha en el campo en estío. pero yo sé que están. y desde que lo supe poco me importan los ingredientes para cenar. prefiero pararme a escuchar.

a ver si logro detener el terremoto de mis días. ordeno lo que me abastecen y retorna la calma. y aunque sea sin verdaderos grillos... ya haré de mi diario un verano donde caminar descalza.

miércoles, 7 de abril de 2010

nueve

todos los ingresados escribieron sus razones. los motivos por los que debían ser escogidos quedaron plasmados en las cuartillas que repartió el que primero entendió el rol de la obediencia y la salvación ligada a ella. el día estaba marcado. hasta su médico exprimió el calendario como si fuera un crono. dijo que se iría. tal como vino desaparecería. con la luz. veloz. sin dejar huella. pero tatuó a todos los que rozaron su costado.

hoy. el siete. hoy y no mañana. camino de las cuatro décadas que me alumbraron.
cuando pensaba en el 2000 me imaginaba ya hecha. diez años después sigo cruda y a ratos deshecha. me han batido. he entrado en hornos. sazonaron mi piel. en azúcar me bañaron. he estado frita. asada alguna temporada y congelada otras. rallada. rociada. amasada. degustada. reservada para el postre. y olvidada como el pan duro. de todo ha habido y aquí sigo en harina.

no hablaba con nadie. decían que el incendio se llevó sus palabras a la vez que a los suyos. vivía lejana estando pegada al resto. era el dolor sostenido por un esqueleto. el shock no cedió con los años y nadie dio con su botón de reinicio.
los demás hacían ruido. cada uno abanderaba su pesada razón para cangearla por el billete al paraíso prometido.
ella no. sus labios no decían. su mutismo era un refugio donde las llamas devoraban los nexos con este mundo.

los 25 me agitaron. espabilé aquel año en algún sentido. los que siguieron fueron una mejora de aquello. sin agobios ni exigencias pulí mis formas buscando valores.
algún cumpleaños he sacudido el cielo. me recuerdo fregando para que lo llorado se fuera con lo lavado. aquel año mi madre me dijo que todo se daría algún día.
cumplo otro y me encuentro quieta. soy robert. catatónico tras ser prot. no me muevo. no agito el aire. ni para aplaudir ni para dar queja. soy pura roca. estoy desnuda. aún llevo medias. no puedo esconderme pero no quiero que me veas. no me gusta ser tan piedra. me ha visto schiele y mi ojo diestro le ha confesado todo. mi distancia. mi prudencia. mi cansancio. mi temor. mi protesta. mi cautela. mi herida abierta. mi ligazón cortada y la esperanza mancillada.

quedaban horas y dispuso en la sala la última ventaja. quien se acostara antes ganaría más puntos. corrieron todos. y sumado a la pila de folios un papel hecho acordeón que una tímida mano negra acercó.
la suerte estaba echada. no se puede retrasar una fecha exacta. el día y la hora fijada no se prestaban a error. sería entonces. hay instantes que llegan nos guste o no.
a través de la puerta se adivinó el relámpago del viaje. tal y como dijo se iría con la luz entrante. a una velocidad igual de deslumbrante. y en aquella habitación no estaba ya el que advirtió su marcha. él no. cuando descubrieron un hombre agazapado creyeron que era el mismo. pero no.

mi desnudez dice que estoy errando. no esperaba el dúo de soles pero algo de más he esperado. está claro. que si me doy demasiado. que si el momento no es el mejor. que si las sillas de todos tiemblan _mejor ni te muevas_ y cada una tiene ruedas. que si aparecerá quien me vea. que confiar tanto abre brechas. no pedir alerta al que espera. saltar alto a los cobardes tambalea. y la verdad y la palabra alejan.
pues pediré. ea!
me pido la honestidad y cabeza puesta para los de mi lado y para mí. pido que no me ofrezcan con la boca pequeña. pido un sencillo flan _el menú esta vez me da igual_ para mi cumple. pido salud y calma para los míos de casa. pido que las pesadillas no me interrumpan la noche. pido que los ojos no mientan. que las manos no cojan lo que no les toca y luego corran. pido porque aprenda de todo lo que apunta y deje de ser pétrea. pido vida para mi pompa. pido besos. pido que no me tuerza en mi día. pido agua. pido la visita de mis invitados. pido sol. pido la risa. pido el abrigo para mi piel desnuda. pido concilios y no toreos. pido respeto. pido que se dé lo que se saborea. que los brazos se abran y el tiempo no se cuente. que las mismas piedras se esfumen para no repetirse. pido que los bolsillos no flaqueen. que a mi gente les llegue lo que les quiero. que la ilusión no muera. que los brillos se enciendan. y que mañana apague sonriendo _si es que las tengo_ mis velas.

por la mañana su cama apareció intacta. sobre la manta su carta. no tengo a dónde ir. no tengo casa.

también por la mañana _sobre las nueve_ me trajeron aquí hace ya muchos años. y aunque la piedra que parezco ahora no lo crea sí que tengo casa. cualquier rincón donde encuentre la calma. y sí que tengo dónde ir. ya iré viendo hacia dónde... de momento me voy a la cama.

felicidades a mis padres y a mí. que ahora en mi índice luce un anillo que me recuerda que debo direccionar más a mí el amor y no tanto al de enfrente.
shhhhhhh... descuidad. que no os pierdo de vista y a pesar de la sortija para todos tengo. os quiero mientras aprendo a bien quererme.

domingo, 4 de abril de 2010

objetivos

no era cazador. nunca había viajado explorando. era el menos hunter de su entorno. de haber pertenecido a un grupo de chicos de la plaza del pueblo apostando por la silla a la que acercarse extendiendo su mano él sería de los que restaría mareando el vino de su vaso.

los vagones del tren se enganchan uno al otro. los machihembran y ya casados siguen la ruta que les marcan. su obediencia es la de la mula más dócil. sin posibilidad de elección devora los raíles que calentó el vagón anterior y los deja aún más encendidos para los que le siguen.
el primero sigue a la locomotora. el segundo al primero. el tercero a éste. y a este tercero el cuarto... y así hasta terminar todo lo largo de las piezas en avance.

llevaba años sin salir en busca de nada. sus visitas eran al dentista, al ultramarinos del barrio y a su soleado banco del parque. la indiferencia fue bajando la temperatura de su sanguíneo y ni recordaba el punto en que perdió el interés por dar con otro algo. lo que tenía entre sus paredes y manos le bastaba para tachar el calendario. y no sentía más hambre que el de las tripas suplicando por un tazón de cereales o un buen estofado.
si tuviera que datar el momento en que dejó su lupa al olvido hasta que se la llevó la urraca no acertaría. era mucho aventurar. sus sentidos estaba cómodos con lo que su despensa le ofrecía. entre sus sábanas las caderas de su chica. a las ocho cuarenta del viernes la cita con los labios de ella. al final del capítulo antes de hacer de noche su día los ojos de la más bella. en pleno remolino de la marea más brava las voz arrulladora de su chica, la de los labios rojos, la más bella. y nunca supo más de la lupa.

dentro de los coches del tren ordenan los asientos. por parejas o con una fila de a uno apuntan hacia el destino. obedecen la dirección dentro del sentido. pero hay plazas dentro de algunos vagones en los que posibilitan la libre elección del sentido del viaje. y hay viajeros que reorganizan el espacio y deciden mirarse los cuatro viajando dos de ellos con la espalda antes que los pies.

en uno de los estantes de la casa que visitó un fin de semana encontró lo que nunca pensó que adoptaría. asomado al balcón de casa de su abuelo decidió que era hora de ser otro. más atento a lo que acontecía al otro lado _o no tan lejos_ quizá incluso pegado justo a su costado.
dar con los prismáticos de abby_try_again le retornó al circuito de donde salió hace tanto que lo olvidó _pero eso ya está dicho_ y sus ojos de pronto se abrieron de nuevo.

el ferrocarril con sus coches. esos vagones con sus asientos. los coches en un sentido u otro pero sin alterar su orden en pleno viaje. si va detrás de uno no mirará al de atrás. y si en viaje de vuelta le toca perseguir al que iba a su espalda ya no tendrá delante al que siguió antes. y aunque dentro de los vagones las plazas donde sentarse puedan ir de frente al avance o al revés no varía el sentido de la marcha de la carcasa que les traslada. el coche sigue a quien sigue y no al trasero por mucho empeño que ponga el que le intenta dar alcance.

era otro el que veía por su vista ahora. era él mismo hace siglos. el que no pensó miraría más chicas. el que olvidó cómo se tamizaba para seleccionar entre la grava.
y aquella tarde inesperadas flechas encaminaron su marcha en una dirección a la que deseó correr. y saltó sin red. y al llegar entendió que no debía detener el paso. y caminó tras lo que sus catalejos cazaron como tras el azúcar va la hormiga. nadie dejaba la marcha. ni ella delante. ni tras ella él.
llegó el tren. quién sabe si era la hora... pero llegó.
los ferroviarios lo organizaron y nadie discutió el orden de los vagones.
tras ella el chico. y tras él otro. detrás de ese otro una ilusa. tras la ilusa otro prendado. persiguiendo al prendado una entregada sin promesa alguna de vuelta. y tras ésta una en amor secreto. besando los pasos de la callada un ciego flechado. y justo detrás la que por él lo daría todo. y así uno más y otra y otros bien asidos a lo que delante camina sin que les mire a ellos y con los ojos de quien no les tienta clavados en su metálica nuca.
un despropósito. el puro absurdo en desorden.

el tren llega a un punto y lo hace porque los coches sumisos no se revelan y se alimentan de traviesas de las vías por las que les dirige su zanahoria delantera.
si el ferrocarril regresa sucede que lo que era presa pasa a ser cazamariposas y al revés. pero de uno en uno y sin esperanza de correspondencia.

con los prismáticos dejó la ceguera de quien se acomoda o quien _en la obsesión_ enferma. y al otro lado de las lentes dio con la diana que le atravesó las más internas ganas y removió el orden que creyó tener bajo control.
para no perturbar sus noches _pensó_ seguiría el nuevo trayecto ordenado. y tiró.
el traqueteo meció sus noches y días. el bamboleo le devolvió la ilusión contenida pero tan pronto venía como desaparecía. y en una de las cerradas curvas de las vías... perdió a la guía y sus ojos férreos a otro punto miraron...
y quién dice que se equivocaron!
el reciente explorador se vio en su red atrapado. el que apostó por descubrir lo olvidado se encontró de pronto perdido. y en alta mar hizo por lograr un destino sin más vagones tirando y sin marcar lo ordenado. pero las mareas marean hasta al patrón más avezado. y con el estómago revuelto apuntó con el índice a lo incierto y allí escapó. o eso intentó.
que igual que los coches del tren o los asientos que viajan dentro también los que escapan pueden hacerlo hacia atrás o hacia lo que pasaron. ir volviendo. avanzar retrocediendo.
o tal vez no. según para dónde dijera el billete que picó el revisor irá bien colocado o no su motor.
el capricho de los prismáticos cercarán algo del paisaje perdiendo al resto de vista. y perseguir ese destino dirá que hemos errado cuando la pieza seguida ni siquiera nos mira.

cuando nos lanzan al ruedo buscando objetivos no nos dicen que en el viaje seremos vagón. es muy tarde cuando lo vives _y sudas_ y para entonces no te conforta ni que te sople la espalda quien no buscas ni andar detrás de alguien sin rostro y de hiel. eso le ocurrió al de los catalejos.
y es cansino y sangrante _para él y muchos otros_ ese engañoso pasajeros al tren...

jueves, 1 de abril de 2010

milagros

comienza abril y el día me pide que me siente al teclado. razones como fisuras convertidas en grietas en la piedra más dura han tramado mi regreso tras la distancia a mis adentros.

a través de los años la gioconda de leonardo va derritiendo glaciares. a pesar de su resquebrajada pintura. aun con la dermis oleosa en sequía. la añosa sigue conquistando la comisura de tantos como se cruzan con sus labios.

un canto rodado grande. erigido cuasi menhir. una roca gris e insensible a estímulos. nada de lo que ocurre fuera. nada de lo que corre dentro. nada tambalea a la piedra formada cual robinson en su confín.
una roca no ígnea. más bien metamórfica o sedimentaria. lo resultante de las presiones y cambios bruscos de grados sometidos o la suma de capas de sedimentos que en tropel no dieron tiempo a la asunción. el agua de un cauce congelada en un instante. con las gotas en salto interrumpido. el esquivar de la orilla haciendo de la curva una figura ahora eterna.
una gama de grises olvidando la carta de colores. los fríos más pétreos vistiendo los poros que tanto calor despidieron. la sangre escapada. el latir apartado. los oídos sin trabajo. y en la mente sólo una cosa. ser piedra. ser roca.

de un lunes a un viernes puede cambiar el mundo. el lunes aparece la incógnita. el martes el hachazo. el miércoles se arrastra. el jueves todo inerte. y esa noche mil socorros y otros tantos corazones. la energía y el amor tejiendo vida para la herida. y el viernes se obró.
gracias a todos. las palabras resultan escasas. gracias...
lo más duro del estado estrenado para sobrevivir recibió la sorpresa un ciclo litológico en meteorización. la celebración del giro a la vida festiva de la pompa más esquiva de lo negro fisuró de arriba al suelo mi inerte cuerpo. y se coló la oportuna fortuna para desdecir lo que formó las capas más duras. la roca empañó de alegría su vista y brindó agradecida.

pero en los desiertos de hielo está lo oscuro en destierro. no hay aves. las miradas apenas sonríen en el recuerdo. las cabezas se agachan tras los escudos. se borran las autopistas. y los auxilios se gritan hasta otros mundos.
cuando se es imán de costurera todas las puntas corren a tu vera. y para evitar las lanzas es preferible quedarse quieto. con cada paso más alfileres. las amenazas se avalanchan y no se despegan y el polo que las atrae no encuentra tiempo _ni fuerzas_ para lanzarlas fuera.

estábamos en esas cordilleras pedregosas cuando una recién nacida obra abrió un canal en el peñasco. hace seis días. una estrenada paró el empeño inerte del canto más estanco y le asomó de nuevo a la vida. y desde entonces repito una y mil veces el vídeo de su primera sonrisa. junto al asombro de la madre que pide otro gesto y la cámara del padre que recibe hoy su mejor regalo de cumpleaños.
convirtiendo a ratos mi duro interno en un breve retorno a la fe y a lo bello aparece la comisura de la pequeña celia. desmintiendo que no hay bueno. acercándome a la magia de nuevo. y la piedra rendida ante la monalisa más bonita.

lo vamos logrando. frente a una roca dos milagros.