miércoles, 6 de mayo de 2009

hueco

hasta el día de ayer me decía a mi misma que no me faltaba un diente. no.
me sobraba un hueco.

fue estrenando una ensalada de pasta en cuenco grande cuando advertí a mi madre que me acababa de tragar un implante. ocurrió hace años en un vips. con vinagreta y espirales de colores engullí hasta el tornillo sin enterarme.
vivía entonces unas semanas en el corredor de la muerte. la obligada paciencia me ayudó a controlar la espera del molar por su recorrido intestinal. no era una pena. era una más entre tanta condena.
apareció la pieza cuando me inyectaban la triple. imaginad cómo resultó mi boca...
el agujero estaba en otro lado.

en nochebuena las sillas vacías quedan en centro del foco. los que faltan. los que no vendrán. son más que nunca _nos lo enfoca laurie holcombe_ asientos sin ocupar.
como el otro lado de la cama cuando no eres par. como los oídos del que anda sin cobertura. como la hilera de huellas en la arena dura.
el eco al que te reduce el arma letal.

una placa panorámica delató ayer mis ausencias. ocupé un sillón de dentista por la inesperada fractura de uno de mis premolares. y volvieron a mi cabeza las carencias y volaron con ello los huecos.
el espacio que no atendí tras mi pena mortal _por un cerebro a por otras y el dinero en bolsillo de otros_ me pesaba mucho los últimos meses. mucho. muchos más que la no muela. mucho más que mi maxilar castigado de costado. mucho más que los números en rojo. más.
cuando mañana maten el nervio sufrido dispararán a mi tarjeta. que ya que me hice sitio en consulta _se apadrina si hay padrinos_ planearé cubrir dos de un tiro. el que comienza y el que no rellené por muerta.
y me matarán con la cuenta.

sé la porción de interno que cavó cada quien. algunos surcos. otros trincheras. pero horadaron y reconozco los mordiscos. los localizo. están las huellas.
pero quizá sea naufragando en mi saldo como repare las otras faltas que me atormentan cuando os hablo. para que sonría mi herida creciente mejor comprar dos dientes. que las otras vacantes sin ocupante no hay mastercard que las pague. aunque hay quien lo intenta. quien procura esconder agujeros.
pero no. no basta con muecas para cubrir ningún hueco.

4 comentarios:

Julia dijo...

Bocas, saldos, cuentas corrientes...
Espacios vacíos que, aunque no sean fáciles de rellenar, siempre terminan por cubrirse pero...
¿Quién o qué puede rellenar esos espacios vacíos cubiertos de multitud de cicatrices que han dejado lo que ya son sólo recuerdos?.
¿Sabes?, creo que mi pregunta es tan intimista que no espera respuesta porque, tal vez, nadie sea capaz de darla..., tal vez, sólo pueda contestarse uno mismo y..., tal vez, tampoco desee hacerlo.
Un beso amiga Larraitz.

Julia.

larraitz con pompa dijo...

amiga julia, esos huecos a los que aludes son eternas cuevas. nadie las rellena ni cubre. quizá sí se habitan pero sigue habiendo agujero. y cada uno con sus grutas, oscuras y frías, profundas y rotundas... pero abiertas. reucerda, abiertas a ser vividas, a recibir luz, calor y amor.
no sigas cavando y habita.

vuelan pompas hacia tus cuevas

Anónimo dijo...

habito

larraitz con pompa dijo...

qué bueno, anónimo!!
así deberíamos hacer todos...
nos iría mucho mejor.
habitar

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