jueves, 31 de diciembre de 2009

negro

otro más. el segundo que completamos en nado y flote termina en breve.
son 167 _sumando ésta_ las entradas que tecleé para no enloquecer más de la cuenta.
la jornada ha sido un calco a la de otros años. al menos para el resto. inventarios de lo que falta por comprar o hacer. listados de lo que recordaremos y lo que mejor borrar tratando de olvidar. ropa planchada igual que las gambas. caras concentrándose afiladas como los cuchillos a punto de dividir turrones. y yo en mis adentros apostando si haré por calzarme los chapines rojos a pesar de que no sea el mejor día para carreras de tacones.

ella decía con su socarrona voz _acompañando sus gestos al tono_ que cuando las cosas pintaban oscuras ella le daba sazón. esa era celia. la negra que añadía al suyo y a su vida un poquitico de dulzor. azúcarrrrrrr!!!!!!

mi sien late en migraña. mis pies tiran para el colchón. la noche se presenta sin aspavientos. el cielo cala. las doce se acercan y sigo invitada a la fiesta. agua hirviendo sobre mi nuca en un regalo de ducha previo a la cena y quizá busque entre mi calzado uno que me haga alcanzar las alturas.

sabía como arrastrarnos con ella. nos subía sin dudarlo a escena. devoraba todo lo feo con su boca hambrienta de lo más bello. y nadie se resistía a su incansable contoneo. con lentejuelas, plumas, telas apretadas, excesivos brillos. con trompetista, micrófono de ramo y toda una entregada orquesta. con la vida dada la vuelta. con la superación como lema. con la ilusión mayúscula de cresta. ella. la cubana batería nos regalaba su dulce y la sal justa.

en la mesa seremos cuatro. mis padres y yo custodiados por la perra. pompa es una más en la cena en que daremos fin a lo que esquivamos _y lo que nos topamos_ y abriremos los brazos al azúcar que venga. que todos necesitamos...

sin escenario por medio ella seguía siendo una artista. cada poro de su piel en chocolate hablaba de vida en las entrevistas. y hoy que he dado de nuevo con la imagen de julia_blogg he vuelto a ver a la negra agitando varita. el terrón en su envoltura rosa se me antoja la dosis perfecta. quizá era lo que faltaba para que mis pies se animaran.

a lo oscuro del año que despido _y con ganas_ le digo que sólo una espina me quedará punzando lo que no murió como hubo. al resto de los siniestros les hago escurrir por el sumidero. no merecen más mi atención ni desprecio.
a lo claro que regó de luz mi año le invito a los envueltos rosados que quieran. a los que nos acompañasteis fuera o dentro del bailar de las pompas os convido al dulce de lo que venga estos nuevos meses que en horas comienzan. gracias a cada uno que acompañó un paso o posó su brazo en momento oportuno. gracias a las teclas que pulsasteis para sentiros al lado. gracias por no faltar y perdonar nuestros fallos. gracias por tanto aguante. gracias por el amor en todos sus formatos.

si a ella le funcionaba no veo por qué a nosotros no para encender lo negro...
yo le pongo sazón_
son_son_le pongo sazón_
yo le pongo sazón_a mi negrito pongo sazón

que ustedes se endulcen con el año entrante.
por un 2♥1♥ con muchos terr♥nes!

miércoles, 30 de diciembre de 2009

pasar

se pinta a las oportunidades que pasan de largo como un tren que escapa mientras los talones se nos quedan clavados. es como el arroz pasado. son ocasiones en las que te sirven lentejas y tú decides si las comes o te quejas.
en mi terapia _casi_ diaria frente a las entradas en blanco prestas a ser posteadas he descrito trenes a los que subí y otros que dejé _y no siempre por decisión propia_ marchar.
otras veces yo fui el ferrocarril.

el cruce de mensajes y llamadas de estos días elaboran un plan para comenzar otro año. se ofrecen variantes y todos miran a los lados sin saber bien si frenar o lanzarse. yo sigo con mi sostenido lema de no hacer planes. nunca salen.

hace bien poco conduje un tren al que dejaron pasar.
desde el andén pidieron al maquinista que detuviera la marcha. un cartel a mano rezaba que allí ya nadie paraba. la velocidad de la máquina no era la adecuada para echar el freno pero ante aquel grito de auxilio chillaron más las ruedas castigando los raíles de la estación desierta. con una saca de razones insostenibles aquel robinson reclamando ayuda prefirió empujar lejos de allí a la hilera de vagones que para él se ofrecían.

está el escaparate de la pastelería rebosante de posibles. se agolpan las bandejas elevando los tentadores dulces a diferentes alturas. y todos se paran y posan sus manos sobre el vidrio imaginando el sabor de cada ofertado mordisco.
el día anterior a la noche previa del cambio de año no hay aún nada claro. cenas, conciertos, fiestas, salidas, brindis, visitas. apuntarse a algo es renunciar al resto. abarcar muchas es querer más uvas que la docena. quien quiere paz desea a su vez tacones y francés en copas. quien busca baile con decibelios extra no se imagina lejos de su sofá frente al refrito televisivo de nochevieja. y qué será. la rubia o la morena.

estuve quieta por ver si subían. ocurrió hace meses. fui el paciente tren de mercancías. no hice ni ruido. contuve el aliento. abrí las puertas por si no se entendiera mi disposición. pero allí nadie pisó escalerilla alguna. no ocuparon los asientos que les correspondían. no hubo trajín de maletas. y el tren marchó sin viajero alguno. se hicieron escayola y nunca más volvieron.

tatou entra estos días a nuestras casas con la excusa perfumada de un chanel.
esta vez las oportunidades no son ferrocarriles que corren y no detienen su marcha. esta vez son las estaciones las que se anuncian con neones para que las escojamos frente a las otras.
ni audrey ni yo sabemos aún qué hacer con tanta parada. el tren en el que nos subimos avanza y no decelera. y lo sabemos.

el silbato del jefe de estación llevaba un tiempo avisando. aquel chico sostenía su billete en la mano. hacía demasiado calor para colgarse el petate y descansaba sobre un banco. era verano. su mente no soportaba tanta llamarada. el pito de nuevo cortaba el aire anunciando su reanudar del viaje. lo sabía. el viajero sabía que debía cogerlo. el silbido más largo calló y lo supo. no daría con las fuerzas para prender el asidero que le elevara a la entrada del coche que un día fue suyo.
el tren que yo era encendió la maquinaria y mis vagones de largo recorrido dejaron al del billete sin sentido esperando a la nada.

hoy no estoy en ningún andén dejando correr oportunidades vitales. tampoco ahora soy tren que socorre ni corre. no soy ni uno ni otro. ni estación ni máquina. ni solicitante ni demandada.
ahora mismo soy la calma inquieta de la francesa en el pasillo de su vagón. me debato entre disfrutar del trayecto _en el que artificialmente me mezo_ o saborear lo que veo sin dejarlo en simple estampa. y la mirada perdida en lo que se retrata en el marco de la ventanilla lo delata. sigo marchando _no queda otra_ pero no hago por arriesgar el descenso. quizá lo que veo tienta por el desdibujado de su veloz paso. puede que si la imagen fuera más quieta y se viera el detalle pediría bajarme. tal vez si lo visto no corriera a mi paso optaría por conocer el apeadero al menos.
pero devoramos las millas a una velocidad de vértigo y todo lo que mi vista entiende es más follón que caramelo. no acierto a ver la playa ni la fiesta. aplacado por el vidrio y el monótono traqueteo escucho poco más que jaleo. todo se anuncia como de oferta... y yo ni me muevo.
que pase lo que tenga que pasar. a algún lado habremos de llegar.

lunes, 28 de diciembre de 2009

revolucionarse

eran dos chicos de apenas trece años. frente a ellos y bajo la lluvia la chica. cubierta bajo su paraguas ponía en duda lo que ellos afirmaban. ella no les creía. llovía mucho y los chicos hacían lo que podían por darse cobijo bajo un alféizar algo escaso. sacudían sus mojados brazos y suplicaban que confiara en lo que contaban. uno de ellos _el que más enfatizaba su postura_ advirtió que si no estuviera el suelo calado se arrodillaría jurando su palabra. la niña no dejaba que esas ideas entraran en su cubierta y negaba todo con la cabeza. fue entonces cuando miró el chico la aguada acera e hinco sus rodillas en tierra.

lo que ensucia las relaciones humanas son los pensamientos sostenidos pero no dichos. comunicarse es esencial para que las cosas fluyan deriven donde deriven. que si tras lo expuesto se bifurca el camino es mejor que seguir el mismo paseando a destiempo y dando codazos.
hay que hablar y plantear necesidades y pegas, alabanzas y acuerdos. hay que exponer lo dispar, los sentimientos. no hay que callar el amor ni los aplausos. es preferible desglosar un disgusto y ver su posible remiendo que silenciar el jirón y caminar con lo roto puesto hasta quedar aterido y descubierto.

pensé en aquel joven que vivió durante largo enderezando su caño. volé al pasado por lo que estrenaba en mis actos. por vez primera mentía por la armonía. nunca hasta entonces había tragado una cápsula tan grande con tal de mantener al receptor sin alejarse.
pensé en aquel joven que se hizo caballero a base de quitar brillo a su armadura. viajé a esos días en que ningún codo menos el suyo se torcían.
por vez primera acepté ceder la perra gorda por compensarme la paz no más revuelta.

las explosiones de cada uno _las que sufrimos por dentro_ a veces encuentran salida por la boca. otras veces son los ojos o los gestos los que confiesan nuestro descontento interno. y cuando damos de frente con otra persona en plena agitación o descorche se da el imposible punto de encuentro con calma para ambos. el remolino de cada uno bastante tiene con lo suyo como para mezclar las turbias aguas en un intento de parar marejadas. así, cada mente en batalla se incomoda más con la que le muestran y lo más probable es que la traca se haga mayor de la que de por sí era. uno al otro _y el otro al uno_ alimenta. y se atraganta la ingesta.

asumí toda la tarta. no esperé a ver la ración de cada implicado. entendí que era un postre amargo que nadie querría aceptar en el plato y todos seguirían con ceño fruncido y callados. quizá a la espera de que se sirvieran otros pero sin mover sus cubiertos.
lamenté lo ocurrido y añadí a mi servido la parte que probablemente otro debía admitir. pero quise evitar el silencio en el tercer plato, quise apostar por más comidas con primero, segundo y postre. deseé no más sogas tirando de un lado y otro, no más peleas por atribuir coces, no más caras hasta el suelo, no más hielos. me levanté de mi convencido asiento y lo retiré postulándome como culpable.
menos lustre para mi traje escudero. como aquel joven con su pareja hizo. tragué un no_es_tan_sólo_mío con la dicha de sembrar un futuro más halagüeño.

uno aguanta las mascletás del de al lado porque le compensa. se dice. por amor, digo yo. por amor al de nuestra vera y por amor a nuestro yo. que si el que sostenemos junto a nosotros en plena combustión arde y calienta se hará mañana bombero ante nuestro petardeo a discreción. y en la carrera se hacen relevos del que corre y del que es liebre. prendo yo chispas y luego calmo las suyas.

entendí que debía aprender y nacer algo nuevo dentro. no por nunca visto quedaría sin mover un dedo por hacerlo. nunca es tarde para estrenarse.
y al igual que rescatan la palabra love de la de revolución en we_heart_it salvé el corazón de la hiel esparcida. no ensanchar la herida era la meta. y para alcanzarla cargué con toda la falla. la suya y la que llevaba yo puesta.

más allá de la mentira y del engaño hay un vacío moral _puede que no tan hueco_ en el que se admite decir lo contrario de lo que se piensa, o al menos lo disfrazado. allí donde los concilios no llegan, donde la blanca no hondea porque las furias resuenan, cabe servir una ofrenda con la cabeza gacha y la mano en el pecho. sacrificar la postura tozuda _o no tanto_ del convencimiento de uno porque no se deshagan los lazos, por proteger lo que venga, por hacerlo posible, por la paz navideña más allá de estas teatrales fechas.

trabajo un pensamiento que lucha por salir al viento y hacerse saber. hago por acotar su escapada y evitar que destroce mi recién aprendida hazaña. y me sorprendo al tiempo de esta tímida lucha por brotar y contar. entre todo lo que se ha de decir y comunicar hay cargas que no por limpiarlas ganas. cuando se callan ciertas patatas hirvientes se logra aparecer más sonriente. porque por la disputa de quítame_de_ahí_estas_pajas podemos carbonizar el granero y hacer de lo que debe ser una relación resuelta un colmado cenicero.

el niño de trece mojó sus rodillas por que su dama accediera a darle crédito y así logró los peces.
y yo que me vi en la orilla no quise dejar pasar los míos nadando río abajo. me remangué los pantalones como el niño de la otra tarde y el joven frente a su novia en su día. agaché mi cuerpo y mi pose y limpié mi parte de todo lo sucio sin esperar asambleas. con el peso de la ropa empapada valoro ahora la ligereza de lo que pudo ser una guerra. mojarme yo hundiendo mi parecer completo para llevar algo de pescado libre de espinas a la mesa y dejar la amarga tarta a un lado.
el evolucionar sin revolucionarse ya entró en mi temario.

viernes, 25 de diciembre de 2009

índice

a estas horas ya había visto la luz. encendió la noche oscura y fueron muchos los que aseguraban ver su brillo y su iluminar. él _como recién nacido que era_ se aferró al dedo de su madre buscando el contacto con la que le albergó durante tanto tiempo y le conectaba al terrenal mundo.

a las doce en punto volaba yo contra el ligero viento que ocupaba las desiertas calles de nochebuena. mi gorro calado, en mis oídos los cascos y mi abrigo hecho capa.
en mitad del camino le llamé por creerle sin nadie y me regaló la multitud de su entorno. terminé mi paseo más feliz por ver que un dedo _generoso_ marcó su número y le invitó a la cena del 24.

miguel ángel cubrió la sixtina de su arte. y de sus manos _y antes de su cerebro_ nacieron dos dedos. para la creación de adán plasmó el instante previo al contacto. y la tensión emotiva de ese detalle de la pintura describe el poder de lo generoso, la magia de un roce.

antes de caer rendida el móvil enseñó la patita de alguien. alguien que ofertaba un calor casi obligado por un compromiso que nadie aceptó. alguien que presentó sus brazos cuando horas antes escondía las manos y ni siquiera el dígito utilizó para un mínimo detalle de abrigo.
mi dedo se estiró rechazando lo no sincero. a mi lado no quiero peros. cómo querer al mismo dedo que el día anterior me empujó más al fondo.

los tres que perseguían la estrella la vieron detenerse en una noche como la pasada. sus índices ya no apuntaban lo que se movía en el cielo. ya entendieron dónde debían dirigirse. y el dedo de uno de ellos esbozó en la arena un mapa improvisado para el camino hasta el punto señalado.

mientras me desayunaba el ordenador ha desenvuelto mi regalo de anoche. que yo _que nunca recibo uno hasta reyes_ esta mañana he sido sorprendida por el que la amistad de alguien lejano tecleó. un cuento de nuestra noche conjunta, el desvelo por el refresco y el amanecer con panetone, zumo y _bien me conoce_ mermelada de naranja. su dedo pulsó el encendido de su mac y cada tecla necesaria para lo que quería contarme. y por ese apéndice ahora sonrío tras dos lágrimas emocionadas que le he enviado como regalo del 25.

un dedo le bastó para darle la vida al primer hombre.
porque con un dígito se puede apretar el botón de una bomba o el de las puertas del cielo. y es decisión de cada uno el uso que le quiera encomendar al suyo. hundir más en mar revuelto al que no anda resuelto o izar con una leve caricia su vuelo.
un dedo calló ante el malestar que sufrí. un dedo bastó para acoger a quien anoche cenaría sin más platos en la mesa. otro dedo cambió de parecer y dijo que decidiera yo. un dedo más sensible viajó largo para acercarse a mi costado. y el quinto dedo _el mío_ dijo a lo absurdo del capricho que no.
que en mi índice _en el de mi mano y en el de mi libro de fundamentales para la calidad y el avance_ se puede leer que sólo abriré la puerta a los que me hagan bien incluso con un simple roce. quien no quiera leer todo mi libro ya lo sabe. lo dice todo mi índice.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

rosa

cuanto más me sujetas más miedo tengo de caer... así musitaba _musicaba_ bebe en mi espera al bus, al remanso, al descanso, al olvido, al abandono, al rosa más rosa de todos...

diecinueve meses dentro preparando el cuerpo y fortaleciendo la idea. en a_creative_universe encontré un instante de esta gesta.
esta mañana una princesa se levantó mejor de como le encontró la almohada cuando se tumbó. a cada paso sentía una sombra tras ella. la presencia de esa fuerza energizaba su pisar y la cabeza se erguía por saberse más coronada que otros días. lo que caminaba muy cerca no se dejaba ver. era una presencia. era la fortaleza. era el que cae y se levanta.
la cría de la elefanta flotaba hasta que cayó por la gravedad de lo que atraía su masa a tierra y de lo que supondrían sus primeros segundos de vida fuera del útero. hay un vídeo sobre el nacimiento de un elefante donde prima la dura lucha de una madre por azuzar la vida dormida de su retoño. el pequeño elefante salió duchado por el mar rosáceo donde contó los días durante algo más de año y medio. y tendido en el suelo el rosa de lo que fuera su fuero siguió cayendo.

se toca fondo en el momento menos previsto. en ocasiones se aproxima en sigilo pero agitando los brazos, pero las llamas sopladas suelen dejar de ser cuando se sigue necesitando que prendan.
la noche en que las velas no iluminan son pocas las cosas que se ven. en el hondo más cavado en el que se cae por sorpresa el tamiz desgrana a los que dan el callo y a los que lo pisan. en la oscuridad no todos brillan.

antes de arropar su fría caída volvieron a regalarle el palacio. velaría su noche. le acarició recetando silencio y durmió junto a ella. entregó su noche, sus ojos, su abrazo. ella debía olvidarse de todo y entregarse a los sueños de la princesa que para él _y para ella cuando la luz no se iba_ era.
la cría de paquidermo no se movía bajo el colosal cuerpo de su madre. la catarata se hizo calma y el recién nacido animal permanecía quieto y sin aliento. la trasera izquierda de la parturienta vio cómo lo trágico se acercaba a sus patas y castigó lo que no fluía para que circulara su obra. un golpe y el elefante recién nacido ni se inmutó. otro golpe y _a pesar del patinaje sobre la acuosa pista_ parecía no entender la vida que aún se desenvolvía. el terror avivó el rojo sanguina de lo rosado del escenario y la oscuridad se fundió con lo más frío. pero el tiempo latía y la esperanza abanderó el verde prometiendo rosa.
con la corona empezó el nuevo día. su espalda conservaba el cálido abrazo del vigía. su despertar en compañía le encendió bombillas. y sonrió. y supo que él también lo hacía. con su trono recuperado recibió llamadas amigas que confirmaron los que no enterraban los oídos o se perdían y los que nunca lo harían. y sintió la dicha. con su carroza de nuevo en carretera encontró una silueta sobre la moqueta. con los rasgos más dulces, una mano de seis dedos _augurando algo bueno_ y un abrigo de un flúor rosáceo que a cualquiera devolvería la luz a sus días. y se conmovió. recolocó su corona en su trono y carroza y saboreó la fortuna de quien comienza a ver la luna.

el malestar no se escoge ni en grado ni en cronometraje. la enfermedad desgasta al paciente y al enfermero. y esta verdad no se atiende hasta que se tumba uno en la camilla o viste la bata blanca. y de un lado o del otro el mal aplasta y se lleva la energía.

quien tiene la solución y la certeza no tira la toalla cuando está al cargo de un ser querido.
la elefanta propinó patadas a su cría porque no nacía a pesar de estar ya fuera de su cuerpo. no dudó en golpear con fuerza. fue brusca en las sacudidas espantando a la pérdida de lo que creó tanto tiempo. y ante la ausencia de cambio optó por buscar otros medios.
cuando lo de siempre no da frutos cabe luchar o escurrir el bulto resignado o hastiado.
fue la probóscide la que buscó el aire para la cría. la trompa de la madre trenzó con la recién nacida y con el gesto estrenó la vida de su retoño. latía como debía.

la que olvidó su condición no supo tomar el aire que le daría energía. la que no recordaba que era princesa no acertó a llenar los pulmones ni a dar un sólo paso. fuera de su sitio _de su cuento_ el camino se le hacía cuesta arriba. pero llegaron las sacudidas. la de un guerrero que se hizo caballero, la de un amigo hermano y una amiga eterna, la de una cómplice con el amor más grande. los zarandeos del que sabe el secreto porque no se encuentra a oscuras. los golpes que nos abren los ojos y nos dan la vida. la vida en rosa.

lunes, 21 de diciembre de 2009

paciencia

lo sirvió defensor_fortis en blanco y negro coloreando las pequeñas dosis. y hubo quien pagó 25 centavos por una de las masticables bolitas.
en un mundo donde el color enferma y empieza a dominar el bitono de luto y luto hay quien aún lanza oportunidades. si lo que le ofrecen por delante no pinta en tecnicolor pruebe a darle de este sabor fresado un rato. a ver si mejora la visión. o al menos su ánimo.

con el don de job se nace o no. pero esa virtud tan dichosa también se hace. con muchas clases y tiempo. pero se aprende. el ejercicio y el querer hacerse con ella nos enseña.

estuve con la dueña de una preciosa san bernardo que nos dejó hace unos días. mantuve silencio en batido duelo. escribí a la que le llora y a los días nos encontramos. una mirada fundida en un abrazo sosteniendo todo lo callado. pocas palabras y todo dicho. y entre nosotras una perra de aguas que sacó la que aguantaba en los ojos la enviudada canina. una vez más sucedía. otra despedida. una amiga que se iba. y las fuerzas asomaban su desgastado hilo.
ambas sabíamos de qué estábamos hablando sin mediar frase alguna. las dos conocíamos el dolor compartido y la calma necesaria para soportar esas heridas.
otro largo fundido como despedida selló lo dicho en silencio. frida _como todos los que no vemos_ están. su ausencia no se irá por muchos años que pasen. pero sabíamos del secreto sabio que sobrellevaría el agravio de la azarosa guadaña... paciencia...

tan distintos todos que no hay de quien no aprendamos algo. mucho o poco. bueno o malo. pero de todos rascamos. tras todos un poso.

siete años junto a la calma sin prisa deceleró mis ansias y me alimentó de vidas. más partidas para lo que me agote o exaspere. más jugadas para los que me irritan. aire. parón. tiempo. y una vez más la mejilla.

así probamos los chicles encendidos de la imagen. hacemos de la esfera de uno un masticar interminable salpicado con maleducados globos contra lo tedioso. y en ese reto de la pompa más grande _plaf_ aparece una mano y nos parten. adiós a lo hinchado. lo que se infló explotó en nuestra cara. y la palma que hizo la desafortunada gracia sigue impasible a nuestro lado. varias bolas más del bote pagadas y masticadas nacen más inflados y la misma mano los acaba. el despegar de lo pringoso del rosa por la piel, la concentración interrumpida con un sobresalto incómodo, la acción desecha por diversión de uno sólo y no del resto... porque el desacierto repetido cansa por mucho que lo cante el gruñón más querido. y es ahí donde nos concentramos en ser más santos que el que pusieron a prueba con permiso de yahveh.

tengo los labios con pedacitos de rosa chicle y no es que me lo haya pintado. tengo los restos de las coces de la mano de quien descontrola los límites cuando no piensa en lo que querrá a diario. tengo un globo que estalló al saber que la gran frida _amiga de pompa_ nos dejó. tengo una suma de capas de tortazos a los hinchados de las gomas que mastiqué buscando más oportunidades a mi impaciente desesperanza. restos de lo que nos dan sin pedir ni esperar y no siempre agrada. marcas que cuesta quitar. palmas que en lugar de aplaudir o acariciar aplastan.

mastico y lo rosa juega dentro de mi inquieta boca. se impacienta por salir a volar en globo. por ser grande y ver el mundo más allá de lo mascado. contengo su intento de inflado. sostengo sus ganas de hacerse notar. pongo calma y distancia. y no le dejo crecer por evitar su estallar. porque puede que suceda que una mano nos sacuda con otra impertinencia.
para los sinsabores de la senda se recomienda mucho amor y más paciencia. santa madre de la ciencia...

domingo, 20 de diciembre de 2009

congelado

un grito de auxilio en plena madrugada. poco antes de la hora en que mi despertador hubiera sacudido mis sábanas de haber sido un día entre semana. un desvelado solicitaba palabra.

advirtieron que este fin de semana ascendería con dificultad del cero. mucho menos que suspenso y que un muy deficiente. las calles escarcharían con diamantado rocío. y las manos ateridas harían por acertar a dar calor a unos pies no menos helados. todas las bufandas y gorros fuera de sus guaridas veraniegas. mil capas para repeler la nieve que no atina a caer sobre las aceras y viste de inmaculada a las faldas que nos rodean.
todo el día sin salir de casa y prácticamente del interior de un canelón de edredón en el que me inserté al llegar anoche con el frío tatuado en mi castigada piel de diciembre.

el s.o.s ha sido leído ya con el sol _que hoy sólo iluminaba_ y la respuesta ha sido entre incrédula protesta por lo caprichoso del escribiente y mi imposible negación a mis oídos prestos.
le hacía dormido al que no pudo conciliar cuando todos lo hacían pero el mensaje de vuelta no se hizo de rogar. y en sus escasas líneas lo más helador de lo que cabría esperar tras lo que anunciaron para el cielo. cuando bajó de uno de sus multiplicados aplausos ella le dijo que no. y ahora camina sin ayuda por el desierto. decía. yo leía.

tantas veces he descrito mi penitencia obligada_o merecida_o inevitable_o inmerecida_quién la merece_o mal entendida_o qué más da... y cada vez que lo narraba la dibujaba sobre la arena hirviente sin vida al frente. el castigo era para mí la falta de agua. lo que ni al enemigo se le niega. las millas en soledad bajo el sol castigador por falta de otro calor, por la añoranza de brazos rescatadores, por el cielo más limpio cargado a mis ojos de los carboneros nubarrones.

me ofreció su casa. era mía. eso dijo. y con eso bastó. hace siglos me ganó con su oferta sincera. directa al corazón de la que se arrastraba desierta.
tras lo propio he aparecido yo hoy a su lado. horas más tarde un paseo por el polar domingo. en silencio hemos caminado saltando del trampolín más alto al frío apoderado de las calles. el blanco del aire casi hecho cubitos combatiendo el castigo de su gris recién herido y en pleno martirio. y así nos ha visto sally_scott con los patines como zapatos y avanzando sin pensar, deslizándonos, dejándonos llevar.

las imágenes que nos creamos de los sentimientos o estados suelen recurrirse como lugares comunes. el dolor del abandono y su sangrado sin tapón se me hacían escenario africano sin oasis ni horizonte esperanzado. eran para mí el azul con más grados torturando cada uno de los pasos esforzados. eran el calor más cortante. el mío y el de mis pies quemados. el único frío bajo el sol.

sin batería para su ánimo _ni su celular_ ha sabido de nuestro paseo horas después. y su no saber de lo andado no ha sido más que la desmemoria obrada por los números en negativo que nos han desabrigado. lo helado para olvidar el ejercicio de su repetitivo cilicio.
al reconstruir la cita he duplicado mi privado diccionario de escenografías para el dolor del que comienza de nuevo a caminar en singular por decisión servida sin hambre. el desierto del solitario en el proceso de nuevo hábito se ha hecho _empujado por lo gélido del tiempo_ un paisaje del polo más desolado. sin vida a la vista. con infinitud por todos lados. con lo quebradizo del hielo bajo los pasos. con lo aterido asido al llanto. con el silencio interrumpido por la ventisca del congelador. con el precipicio esperando el resbalón. con la ceguera por tanto blanco que no pinta limpio ni promete abrigo. con el miedo _o el errado deseo_ a perecer dormido. anestesiado. congelado. el infierno en pleno invierno.
tranquilo, amigo, al menos en esta escena podremos danzar al patinar.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

práctica

antes de comenzar el día _con el sol aún arropándose en su nórdico y la luna casi estrenando su fase nueva_ me regalaron un abrazo. uno muy fuerte. me hicieron sitio. siempre. y me tendí a su vera para secar lo que no se decidía a brotar. anoche.
a media mañana una carga de fuerzas y una enhorabuena. la caricia junto al aplauso en un mismo mensaje para abrigarme el frío miércoles del 16 de diciembre.
minutos más tarde un abrazo al cuerpo y otro para el alma.
gracias a todos.

tengo una amiga que sostiene que echar de menos no es productivo. cada vez que nos ponemos mohínas por sentirnos kilometradas pega el hachazo con su sentencia. no quiere que caigamos en el languidecer por echarnos en falta. y mis ojos cuando comienzan su inmersión se ven de pronto fuera del agua. sin lugar al llanto. que si empezamos con los rápidos no paramos hasta llegar abajo. y lo espantamos.

son las fechas. es el mes, el último, con lo que avecina. es este día. son los aniversarios. y la fotografiada memoria. toda una escenografía.
retraté hace cuatro años el final de una era. extraigo de la lente el gorro recién regalado. rojo y con un lazado a un lado. están también unas uñas lacadas sobre un abrigo chicle. hay una lista. hay un anticipo que no calma el temblor hasta la confirmación de lo que los ojos ven. un dedo alineando mi nombre a un resultado. y mi premio. todo acabado.
tres aniversarios más tarde me felicito con prudentes saltos sin despegarme apenas del suelo. que mi logro fue máximo _en lo personal al menos_ pero la ristra de recuerdos que acarrea aquello me empaña el visor de la cámara y se desdibuja lo que capturo de entonces.

las campanadas de nochevieja anticipan su tañido y resuenan en mi pecho y garganta. en mis adentros _y en los de casa_ choca el metálico badajo enlutado. y su ceremonioso golpeo es parte del recuerdo. el negativo del revelado. lo serio y crudo estirando del nudo. que al menos una vez al año suspiro en réquiem al calendario.
han estado conmigo los que conocen mis huecos. me han prestado sus rincones, sus brazos se han hecho eco. y cuando mi cámara apuntaba maneras e iba a pulsar el disparo se ha detenido el lamento. tal cual en hila_lumière. en pleno giro por dar el foco he sentido el frío de los grados restados. veinte años echando en falta a alguien no se amortiguan con un dejémonos de lágrimas por mucha intención amorosa con que vaya cargado. pero algo que no capturó mi lente ha ordenado a mi entereza que más convendría ser práctica. y en esas estamos. y está.

lunes, 14 de diciembre de 2009

equilibrios

uno. le conozco de dos noches y ya sé de qué pie no cojea. por lo que habla y repite en su discurso _válido para él para cualquier tema_ todo lo basa en la balanza y en el equilibrio. el suyo con su pareja, el de una faz de trabajar por libre y sin jefe con el de la de no tener equipo ni reglas. allí donde clavara sus ojos de azul hielo disponía los dos platillos. lo de arriba con lo que entierran, lo más áspero con lo mullido, lo siniestro con el cielo abierto. y en un movimiento de brazos batiendo el aire nocturno pretende _como si fuese juez y no tan parte_ arreglar a todos este complejo mundo.

otra. su nariz no maquillada lucía un rojo más encendido que la de su boca disfrazada de festiva. la mentira iba descubierta en un rostro batiéndose en lucha armada contra un dolor que ella cree dominado y que le devora ya por los pies. un abrazo entre las rebeldes lágrimas desobedientes que escaparon de sus ojos en socorro. y unas palabras desmintiendo lo que todo su cuerpo gritaba. no temía por su estabilidad _aseguraba sentirse erguida_ sino por la de la que quedará sin su par y ya empieza a perder la cabeza.
el viento de diciembre en alud hizo estrechar más el calor que demandaba la que no digería un despedir forzado de su papá acostado. su visita de fin de semana recargaba las baterías del resto mientras las suyas se consumían. y para no evidenciarlo desenvainaba el carmín para sus labios.

el balancín del parque pierde sentido sin no hay dos niños. el que lo mira y lo prueba sin pareja sabe de la fuerza que ejerce el peso del que no vino. ya de pequeños lo aprendemos siquiera por deseo de juego. el equipo obra lo que no puede el llanero más solitario por muy valiente que juegue.

recurrir a la química con intención de que actúe sobre las sustancias cerebrales es lo más recetado en el mercado diario. la sociedad actual _de baja no oficial_ sigue marchando tirando de píldoras. cápsulas de colores que alimentan los neurotransmisores. pastillas diminutas a las que rezamos sin saltar una toma para recuperar el paraíso equilibrado. porque a todos _hasta los que nunca probaron de la medicina_ nos ha salpicado de alguna manera el desajustar del ánimo. el sufridor de la que nos toca debe buscar la manera de lograr su ansiado equilibrio con algo que no sea química. quizá funcione con la transmutación alquímica.
en el cine nos tendían el futuro con digestiones de merluza encapsulada o tarta de queso en pastilla y media _para quien deseara repetir_ ayudados de un vaso de agua. los alpinistas y los que nos ven sin la atracción gravitatoria, y que apenas ponen la mesa si no es por estética o protocolo, son los que ingieren las píldoras de estofado o las grageas de dátiles africanos. sin opción de untado ya no reparten pan. no hay migas en las más altas cimas ni en el apolo lanzado.
la ilusión narrada en los filmes desvió su vía para otros fines. la ingesta trampa tendida como eficacia directa es la de la sanación del cuerpo. para el hígado, para el catarro. para la tiroides, para los riñones, para la piel. contra la caída del pelo, contra la herpes. directo al estómago, al sanguíneo y al cerebro. no hay lugar a error. tres veces al día. empujado por alimento. con rigor. y en siete días verá su mejoría...

ante la ansiedad de lo diario hoy se nos tiende una mano. la solución ofertada es la de you´re_such_a_bore. sin más trabajera. sin devanarse la sesera. pide al de la bata lo que tú quieras. a cada deseo un color. a cada agujero una forma. como si fueses robot.
ante el dolor que acecha ni una palabra. para los cientos de acosos que nos caen o inventamos no dan terapias. mejor tabletas tras las recetas. mejor pastillas tras las natillas. traga y calla. así. mucho mejor.

el miedo enquistado no se cura con una cápsula en ayunas. tampoco se sana la soledad no aceptada con dos bolitas de nada. no se suple el vampirismo de energía tomando un sobre de polvos dulces. ni se supera la pereza o rabia con la pastilla diaria.
el amor no es rojo y ovalado como tampoco la esperanza viste de círculo blanco. la ausencia, la dependencia, la frustración no se vencen tragando farmacias. no hay químico que infunda con sus mezclas madurez, lealtad, valor.

chocolate. sonrisas. azúcar. manos. llamadas. calor. palabras. zarandeos. miradas. incluso la recetada química de la cruz verde, sí. todo ayuda pero quedan en puntuales ráfagas para el tendido de velas _en nada_ si no se trabaja.

en hebréo pronuncian nephesh para nombrar al aliento de vida. es el apetito, el ánima, las voracidad animal de vivir. es la esecia. lo más bruto y sin pulir. lo más sincero y hambriento. lo que nos late mar adentro. es este hálito vital el que se debe alimentar y no la química cerebral. la transmutación alquímica para hacer de lo negativo e insano algo brillante y puro.
en un asiento del balancín todas las pastillas, cápsulas y píldoras prometiendo mundos mejores. talones clavados en tierra para impulsar la subida y ningún éxito. el asiento de arriba sigue vacío y no se da ni la subida ni bajada ni _mucho menos_ el tan necesitado equilibrio.
con el trabajo diario, la paz más límpida, el ánimo en sus raíles y la convicción más positiva en el sillín de arriba empieza el balanceo. de fondo se oye el discurso del de los brazos de las dos noches. del uno. la otra se pinta los labios. la que esconde el llanto y enciende ahora la boca de su madre. llega el amor a quien lo reparte. la ilusión a quien prende luces. baña la fuerza a quien calza certezas. inunda la calma a quien inspira sin trabas. y con pico y pala, con pies de gato y piolet, con batida rápida y constancia se alcanza.

llega un momento en el que entiendes el truco del cuento. los colores tentadores de la palma ni suben ni bajan _el cuerpo ni el alma_ si no se trabaja. a todos nos falta algo. si no es un abrazo es un tornillo. y para ocupar esos vacíos no basta con las químicas pintadas. lo que somos y lo que ansiamos depende _bien subas o bajes_ de mantener equilibrios. uvas con queso que saben a beso? pues eso.

domingo, 13 de diciembre de 2009

islas

en cuanto tienen donde rascar desean volar buscando el sol lejano. lo de aquí _la cotidianidad_ les pesa más que la cartera o los zapatos y esculpen un altar al calor más distanciado haciendo de ese _que es el mismo astro que nos mira_ su deidad más venerada.

la génesis de todo lo vivo procesa un desarrollo en división o en múltiplo o en partición o en repetición. lo que era uno pasa a ser pareja para ser después cuatro hasta crecer en número y hacerse con más espacio. la expansión de lo que vive. las células con su ambición.
conocer a alguien y pactar en supuesto _sin escrito_ una amistad es crecimiento. y el crecer alcanza más que del uno al par. cuando aceptas a otro van llegando más. amigos del amigo, conocidos de la amiga de la amistad adquirida. pegatinas de quita y pon o con suerte más componentes para sumar. y al tiempo la célula singular es ese terreno concreto se siente rodeada. físicamente cercada. eso es. con gente donde alcance la mano pero no siempre en compañía en el baño más privado.

carretera y manta en cuanto amanece el día coloreado en el calendario. de huir se trata. de salir del pringoso día a ría que nos arrastra sin lugar a brazadas. se busca el aire por encima de las cabezas, se abre la ventana para limpiar lo humado. es un lanzarse a las nubes esperando respuesta en el cielo. se rascan subsuelos que nos desvelen lo que sabemos mentira. es un creer desesperado de encontrar lo sincero allí lejos ya que no aparece donde pacemos por mucho que busquemos. y todo es engaño. lo del destino tras el viaje largo y lo de nuestro lado. poco de cierto más allá de lo que nos confesemos.

los centríolos aumentan y sentimos que el frío se olvida. en ocasiones incluso _cuando la fortuna nos guiña_ el crecimiento es tridimensional y escapa del plano. lo que se forma alrededor de uno es un citoesqueleto. la estructura que abriga a la célula madre con todas las hijas resulten fieles damas siempre prestas o tramposas ranas con cresta.

conocía cada uno de los adheridos por elegidos o escogedores. sabía su posición y función dentro del ciclo de su recorrido sin sino. era consciente de las fases sufridas con cada uno. era capaz de ordenarlos en su tiempo y cronometrada aventura. había estudiado su tejido en las mil desveladas noches y el resultante no le valía. nada de lo que conformaba el entramado saciaba su hambre. el vacío se abría sin permiso en lo formado por tanta célula unida.
una cosa en su mente. no era la trama perfecta. un pensar recurrente. quizá _no lo decía muy alto en su silencio_ el desentramado era él. y el fallo su boca. y los errores sus pies.

hasta el ser más vegetal _los verdes que no corren ni escapan_ han tenido un desarrollo multiplicador a pesar de su mínima diferenciación entre células. el meristemo que les ordenó en poliédricos ejércitos y estiró sus tallos puede hacerse secundario o lateral. hacerles engrosar de dicha o desviar su enraizado apartándose de su lado a pesar de ser parte _inseparable_ de su desarrollo y vegetado.

sorteo de viajes en barco para dos, apartamento en la playa, quince días en las afortunadas o en la riviera maya. el premio es irse. dejar de ser lo que se es, hacerse con el sol y reinventarse. olvidar lo que deja en su tiesto, hacer borrón con los que a su lado crecieron y pacer ante un atardecer con masajista en la orilla y combinado de ron.
y yo digo que no. correr no es solución.

a cada uno le llega su baño. el mismo que en apetit_bruit escenifican con un muñeco en la soledad de su acuosa verdad. hasta las rodillas calado y sólo en su poza. una tina idéntica a las que rodean. todas iguales por dentro y por fuera pero inalcanzables. tan pegadas como separadas. tan próximas como lejanas.
a todos los que sumaron les llegó el día en que el agua sobrepasó la señal y comenzaron los nervios. la crecida pedía a gritos evacuación o caudal compartido. pero los receptores con los que se creía contar no abrieron compuertas. o no todos. para cuando la subida de lo temido cesó ya habían comprendido la verdadera esencia del tejido en el que crecían. la trama de células era más malla que cuerpo. allá donde posaran los ojos todo eran celdas, piscinas independientes, casillas sin más miras que las de sus límites.

querer huir de la mentira de vida es tan trampa como aferrarse a lo sólido del tejido celular formado de noche o a trampicones. somos uno entre muchos. algunos achican nuestro ahogo pero con suerte suman cinco. los demás sirven para rápidos chapuzones, salpicaduras de vasija a tina, para la sed de un vaso, para pasar un _grato_ rato. pero no dejan de ser celdas inamovibles y a lo suyo. como cada uno. y así quién va a disfrutar del ofrecido baño en el archipiélago más deseado... islas. no somos _me cargo a la mar_ más que islas.

viernes, 11 de diciembre de 2009

timbre

la calidad de los sonidos gracias a la cual se diferencia a los del mismo tono dependiendo de la forma y naturaleza de los elementos que entran en vibración puede variar de lo agradable a lo molesto, surgir de lo más profundo o encimar hasta casi el cielo.
aquella noche le hicieron una confesión. le dijeron que la que bailaba sobre la tarima no parecía ser la misma que hace años conoció. claro que no.
al púber le agravan los tonos y a la adolescente se le entretienen los gritos nerviosos en la vaguada de sus incipientes pechos. son los de hace un rato pero con más bello y menos ingenuos. algo tendrá que ver en todo eso.

sonó el pequeño aparato que llama o avisa mediante con su emisión rápida de sonidos intermitentes. vibraron las ondas tras pulsar el botón. entre canción y canción. justo entonces fue cuando lo soltó. tantos años emparejado con anillo y tejado. mucho vivido y aún más callado. silencio dentro de un joven con trastienda. mutismo encerrado. hasta que tañeron la campana y despertaron.
sigues la senda. pagaste el peaje _uno tras otro_ y entraste en la rueda. y al darte cuenta sumasteis tantos que se llenó la huevera. y entonces golpearon la puerta. aldabas, puños y timbrazos. hasta cumplir la docena. no habría cena. quedó bien claro.

la que sacudía la noche sin necesidad de pareja de pista calzaba unas razones que no a todos valdrían. es cuestión de lo pisado y su digerido.
el que sigilaba desde su puesto vigía incinerando pitillos que dedicaba a cada uno de sus estudiados rechazaba motivos que no todos comprenderían. es cuestión de lo respirado y su aprehendido.
uno se viste de fiesta convencido cuando sabe que lo que le rodea no es lo que prometieron. las galas para las que les preparaban eran atrezzo y teatro. las cosas duran hasta la fecha del etiquetado. y una vez superada la cifra no es conveniente arriesgarse con probar más bocados.
bastó. eso fue lo que pensaron. cada uno por lo suyo y por lo que el de enfrente le ofrecía. que mucho de lo que nos roza es cosa de dos y no tanto de un par. así que una vez más sucedió. bastó. varió la voz de ellos y de los otros. cambió el tono de todo, de todos. giró tanto que hoy sus cimientos son armados con otras escalas. otros valores para los que tragaron errores. menos prejuicios, menos cadenas, más sinpensares. al instante, a lo que salga, a lo que el cuerpo o mente solicite. corriendo sin ropa cuando la calle brille. flotando sin peso cuando la música dicte.
en la mesa se sentaron una noche cualquiera. de haber sido la autopista prometida sería el nupcial banquete o un aniversario cualquiera. mano con mano. una de las parcelas sin arado. lo acomodado. menos trabajo. más supuestos. todo parejo _o no tanto_ y el conjunto vacío, como al principio. toda una pena. pero el volantazo recondujo su cena. ni mantel de hilo ni brindis por los cumplidos. color colado en el negro y blanco.

un sello emitido por el estado para algunos documentos como pago al fisco en concepto de derechos bien por visar o por viajar por correo es ahora su retrato.
el de quien fue esposo esposado es una estampa apenas movida pero en constante viaje. unos ojos que no cesan el análisis de lo que podría ser si no supiera tanto. un contenido esqueleto que no permite abrazar hasta salvar su propia red de salvamento y presidio.
el de ella también. otro sellado que cada noche que escoge como festiva reposiciona e inventa. un autoretrato redibujado minuto a rato, tacón a paso, cadera al vaso. y mil abrazos, mordiscos, risas, canciones, bamboleos, sentencias de corazones, brindadas vidas, besos y muchas atracciones. las emociones de toda la feria resumidas en una imagen. la de una noche cualquiera en la que _artificial como los fuegos de fiesta para los que no la conocen tras lo pasado_ se hace galerna y prende centellas a quien quiera bailar con ella. ella es la reina _de mädchen_blogt_ aunque nadie lo entienda.

al positivado de aquel negativo vivido le queda un apaño. la salvación por lo mínimo. por un rato. una velada. una actitud con apetito del listo. el hambre que tras comer de lo puesto _que indispuso_ os saca la lengua y moja el sello del nuevo rumbo. la vida después del timbre.

jueves, 10 de diciembre de 2009

león

ahora que dicen que la metro_goldwyn_mayer ofrece las costillas de lo que en su día fuera la más fiera atracción atiendo a los rugidos varios de mi alrededor. se vende al mejor postor. o eso o liberan al que saludaba rodeado de una corona lazada con la cinta del film para el proyector. y la cosa, que no está para ser horno siquiera de bollos, apunta a un felino anciano deslizándose por los pastos californianos. barrunto yo. pero mejor ni apostamos.

hace semanas mi cuerpo decidió bajar en puntos. como si un tren hubiera arrollado mi entero. así me sentía. partida. dolorida hasta el pliegue más menudo. arrastrada. sin aliento apenas para alcanzar _sin cenar_ la cama. yo no era yo y lo decía. pero sin números justificando el desgaste todo lo dicho me dirigió a un bote de milagrosas vitaminas, colchón sin perra y horas de almohada.

ayer diagnosticaron lo que tuve y soporté sin creerlo mal alguno. una infección importante que ahora combato con antibiótico rígido. aseguraron que debí haber reventado de malestar. que era costoso de soportar sin medicar. que en siete mañanas habré sanado.
no hace dos días conocí un dolor nuevo. la boca de mi estómago se hizo león de la metro. comenzó vestido de hambre. creció en impertinencia y despertó la fiera en histeria. mi retorcer llamó a un taxi dirección a una cárcel sin hora de salida. para que mataran al que gritaba bajo mi esternón entregué mis restos. sobre una silla roja de ruedas, con pegatinas para la cardio disparadas sobre mi pecho, con un velador atento y paciente a mi vera, con mil respuestas a las mil preguntas que me lanzaban, con mi pelo y mis dentros algo más que revueltos. el animal que le tortura es a estas alturas el rey de la selva _me dijeron_ y gracias a que ha rugido hemos encontrado a otro que molestaba su cuerpo desde hace semanas y no se enteraba.
entré a urgencias por la voracidad de lo que se atascó en mi estómago y salí del hospital con el gato algo dormido y un puñado de bacterias ya sin antifaz ni escondite. mi cuerpo apenas era ya mío cuando me recetaban ser domador de tanto mal bicho.

ni estaba ni estoy para circos. el físico se retuerce por mi centro en grito pero endereza porque los riñones no ceden. y mientras asisto a embistes felinos y al castigo de bacterias espías recibo azotes de otros vientos, otras mareas.
se vende el cine por no haber brillo, los años dorados atrás quedaron. sin novias que les mimen los cinematográficos estudios se pavonean de mala manera. y en primera fila los ingenuos. los que aún creen en los cuentos de barras y estrellas. los que invierten en palomitas porque apuestan por un final bueno. los que compran la entrada sin mirar casi los créditos. los que se fían _sí, a estas alturas_ de la calidad eterna. los que sueñan con que la suerte del protagonista será de ellos. los que tuercen la nuca para abarcar la gran pantalla. abren la boca casi tanto como la mirada y callan. no juzgan. pagan. vuelan. y por confiar en la trayectoria de la gran productora no aciertan a ver la desdentada mandíbula que apenas bosteza. ya nada es lo que era y en cuanto pueden nos la cuelan.
con mi esqueleto y resto convaleciente he visto caer a un inocente en la otrora temida boca rugiente. porque no debió atender a su venta. no intuyó que la caída de esta era a todos afecta. porque no entendió que no dan duros a peseta. y con el euro redondearon todo para la cuesta.

apenas sin creérmelo estoy en ello. procuro hacerlo porque es lo que debo. si en our_blog_of_love le sirve al niño de parapeto por muy de trapo _o punto_ que sea, por qué no le servirá también a mi agotamiento.
leones varios que tejo y escudo. león para silenciar mis gástricos y retornar a una dieta omnívora. león para tanta bacteria minúscula en talla y capital en metralla. y león para rescatar a los que pagaron por ver la película _la que les echaran, poco les importaba_ y en primera fila.
aunque sea tricotada rugiré. a ver si de algún modo mi mal espanto.

lunes, 7 de diciembre de 2009

desconocida

para cuando él tornaba al salón había llorado mil paredes y su frente vestía menos capas. el voraz despiadado que engulló a ella no le daba espacio ni aire y esa era la consecuencia. volvían sus conexiones a ejercer y las brasas apenas centelleaban. pero había pasado mucho. consumieron más de dos horas.

conocer los personajes que albergas es parte de la supervivencia. saber bien a quién das pensión y a quién se la deniegas. tener claro lo que sí guardas pero no liberas. entender lo irremediable de cada condición y fuego y retenerlo. ser muchos en uno y acorralar al peor por evitar muertes seguras.
tachar los meses lleva a cumplir años y situar más piezas. nuestro evolutivo interno no es menos maleable que el resto. ni las mismas pintas, ni el color de pelo. no son aquellos zapatos de goma ni la cara tersa. son otras las manos, los andares, el peso. son otros los besos, los amantes. nada lo de antes. y lo de ahora será después _también_ pasado. puras sumas moldeando lo del torno. y la arcilla y el relleno dando vueltas. gira y nunca llega al horno.

le dijo una a la de la silla que las dividía un espejo. como en girl_meets_nyc lo que veía no encontraba rincón para el encaje. dónde colocar todo aquello era todo un reto. lo supo de a poco para sus adentros. y ahora que lo tatuaron en el reflejo no podía más que obedecer al ojo. no era la única. y la que evitaba que lo fuera se sentaba frente a ella en plena confesión. en búsqueda. en pleno crecer. en la madurez a golpes. en las moraduras desde el alma hasta los pies.
eran otros los tabiques encontrados. otros desencuentros. otras mareas con diferentes nados. pero después de tanto y todo era el mismo resultado. y el ahogado murió hace años. los que no movieron los brazos y los que empujaron. en ambas casas. los mismos casos. hundidos por tocados.

tuvo un cetro dorado. la corona con más poder sobre su cabeza lucía erguida. la capa del terciopelo más digno le constelaba y subrayaba su estela. reinó su reino la reina. y lo perdió todo.
la desmedida fuerza llenó sus ojos de la ceguera más fiera. su boca en carmín escupió llamas en lugar de silencio. sus ansias, su hambre, la impaciencia y desaforadas ganas tiranizaron sus rincones más tiernos, sus lados buenos. y al que no sostuvieron las riendas hizo de atila con los que siempre fueron. y barrió el castillo, trilló los fundos, abatió las copas más altas y derrocó cualquier existencia con brillo.

seguía mirando. estudiaba atenta lo que los tímpanos dibujaban en el espejo. era exacta. la imagen idéntica. la misma dermis que sufrió por asir látigos. los mismos párpados cansados de exigir valor donde nunca lo hubo. la misma curva perfilando lo que tuvo y desestimó en la siguiente vida. la comisura herida. la frente arada. y aún con la cara lavada el detallado relato descrito paso a poro.
tan diferentes y tan calcadas. todo distinto sin existir más iguales. la misma piedra. el mismo traspiés. la prueba y ensayo. el timón del revés. la vida antípoda. y el taconazo después.

están bailando dentro. algunos duermen mientras pasea el resto y se asea para salir de fiesta. en algún lado _sin lugar exacto_por no buscarlo_mejor así_ espera atento el puro infierno. el que baja a la realeza del trono, el que destierra a los buenos. en alguna parte sin nombre y sin brújula se contiene.
para vivir más vidas y seguir insertando monedas ha de localizarse al veneno. al que mata lo sano, al que se carga lo verde. y acorralados sus cuernos se le reduce. encarcelada inquina que asomó en guillotina. una vez más otra perdida vida. pero la tragaperras concede más juego. no desenchufaron la máquina, estiramos el cuerpo, recolocamos los pies, centramos las manos en los mandos y una vez más arriesgamos.

ni la alicia de aquí ni la del cruzado quieren más martillos retumbando habitaciones. rechazan joyadas carrozas y aposentos con dosel. ninguna desea volver a aquel reino.
ni la alicia espejada ni la que se mira. ninguna de ellas desea tampoco lo que vino después. no quieren nieve ni grados en negación. lo tienen claro. no quieren cerebros que achiquen su valía ni valor. no quieren fieras. no quieren ser carne ni declamación.
espejito, espejito _recitaban las dos bocas al tiempo y en una sola voz_ no me des siervos, no me des paredes, aleja de mí las armaduras de los que no laten, no me des poder de más, a los azotes no acerques. espejito _el rostro bajo la luz cálida se esculpió en doble_ aprendí en los dos lados y ya probé de ambos candados. yo fui una reina _acercó la cara a la otra, susurrando_ y rompí de todo, y ahora que me recompongo de ser la castigada doncella encajo las nuevas fichas del rompecabezas y juego de nuevo. me quedo con ser la princesa que tan incrédula se refleja _se inundaron cuatro ojos_ sólo con eso.
de verdad esa soy yo?

sábado, 5 de diciembre de 2009

bobos

un libro en blanco para cada uno. los capítulos son de avance lento. y es de edición única. no hay más volumen que uno. una historia con uno o mil recorridos. un protagonista con pocos o muchos personajes adheridos. pero la que se relata es la historia que te toca. ni aquella ni otra. ni siquiera la que sueñas. lo que queda contado _y al terminar todo se cierra_ es lo que vives y participas. y mucho de lo narrado de ti depende. tú tallas los párrafos.

en julia_blogg arrancaron una de las páginas. entiendo que por lo encabezado debió ser un capítulo que buscaba libertad. y por lo tachado deduzco que nada de lo ocurrido sucedió como se redactó. así que el rotulador intentó eliminarlo. pero es imposible. carta en la mesa pesa. y los pasos pisados no se desandan en lo vivido. por mucho tino que se tenga con el negro fino en un auxilio pedido a gritos al supresor de pasados.

ocurre que hasta sin hacer planes _volando sin jaula y bien alado_ los renglones describen el mismo suceso de modo distinto. esto es, dos personas en un igual escenario, mismos minutos y compartido acto. pues bien, lo que redactan parecido toma dos vertientes completamente diferentes. y para cuando quieren releer lo escrito ya están dispares. lo ocurrido a uno no tenía que ver con lo que vivía el otro. y los párrafos respiran aires de dos mundos.
el ave en su trino parejo con el vecino voló en la libertad que gozaban. el de al lado hizo lo mismo. y cada uno por una corriente de aire extendió sus plumas en una dirección sin compartir la curva volada del compañero. no es tanto lo que el ave pretende sino lo que el viento le maneje. y si el aire sopla en diverso coincidir en la ráfaga será más complejo.

es distinto el enfado que el disgusto. en ambos se puede pisar haciendo saltar las baldosas. en los dos estados es posible fruncir el ceño y desencajar el rictus. pero no es igual, sin duda, es distinto.

de sobremesa comentaban todos aquella vez en la que sucedió esto y aquello. con el tiempo minimizaron el susto, exageraron detalles y multiplicaron la risa. la comunión del momento les hizo abrir a cada uno su personal libro. unos por la cuarenta y pico, otra por la sesentaydos, varios pasada la página cientocincuenta y el que callaba asintiendo con su satisfecha sonrisa estaba en la doscientostrentaysiete. era la misma aventura narrada de similares formas, pero con distintas tintas, con frases sumadas de una versión a otra, con más renglones según marcara a uno u otro. lo que se estaba ejercitando sobre la enmantelada mesa larga era el comentario de texto de parte de la vida compartida. unas cuantas páginas de cada libro.

quien tachó _sin lograr borrar_ lo descrito en la página 99 buscó el sacudirse. supo de lo engañoso de aquel intento de volar sin rumbo pretendiendo acompañar a alguien y lo subrayó ocultando el resto con una malla oscura y rayada. encarceló su texto. y con el gesto alumbró la frase más relevante y a la que dio rescate. su sentimiento. breve lamento _menudo rematadamente estúpido tiempo habríamos vivido_ resumió su descontento.

los disgustos no son enfados de ira. la pena que baña al que lo respira le hace tachar lo pasado. cercar su ahora de barrotes. aprisionar su tonto intento de libre vuelo. el mal sabor de las lágrimas navaja no sangran a nadie más que al que las llora. no hay puños. no hay disparos a muerte. no por parte del que no alza los pasos del suelo. lo amargo del vuelo en picado sabiendo que no se voló en baile cercano enluta la página del libro. la porción de vida que enviudó sin ruptura, sin muerte eterna. y así como hace la mente por suprimir del recuerdo los días negros también hace el disgustado con su libreto. escoge lo herido y lo acuna hasta dormirlo en un sueño sin beso de príncipe que le despierte. para siempre. sin posible sobremesa ni destripe.

cada uno con uno agrandándose a diario. millones de libros en avance. en relato individual a veces, compartido otras. e inmersas en celda olvido las páginas en las que sentimos que lo fuimos. sin saber cómo evitar el precipitar de lo que sucedía. fuimos bobos. los más. rematadamente bobos en vuelo absurdo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

rojos

son tres las cosas que saco del bolso a diario cuando tomo asiento en el cuarto de hora de isla en el que dispusieron mi ordenador para que lo castigara por dinero. las gafas de su funda, el móvil en modo reunión y los auriculares para que uno del par me cante bajito mientras trabajo.

ungaro quiso que la chica de la imagen besara en dos. debió pensar en lo especial de esos labios al rozar lo buscado. arriba rojo. abajo fucsia. fuego con fresa. arándano y tul. la dama jugando a ser otra y la niña proponiéndose seria.

mi amiga dibuja exquisito. con una línea de loquero define lo que sus ojos destripan. a veces repite en el recorrido y son varias las formas que matizan lo insistente que ella entiende y extrae de cada situación o persona. son cuerpos amorfos en su grado perfecto. son ojos de botón a punto del deshilachado, mareados y brillando en su descuelgue. son detalles entre lazadas, rayas, cajones y marañas. son maravillas tatuadas en papel cuando se lanza _fortuna la nuestra_ a sacarlas de su mente.

cuando me pintó de las primeras veces lo hizo con mi boca en rojo. más tarde cuando escogió para otro retrato el color fresa ácida para mis labios quise entender que sus razones tendría. falta de fuerza _la mía_ o niñez de más. juegos de purpurina, necesidad de princesa, o menor contundencia. lo desconozco porque al arte no se le pide desglose. y si ella me vio entonces con la boca rosa es lo que yo era en ese momento. al menos para ella.

los abrazos son el mar, el saco sin fondo, la paz de la noche en el campo. los abrazos son el teatro descubierto, la verdad más entregada, el corazón palpitando lo sincero. cuánto me gustan los buenos.
los besos son los bombones. rara vez basta con uno. son lo dulce que no se habla. son el hambre de querer. son bocados que se dan a la vida. son porciones almadas que se comparten.
un abrazo abarca. en él te pierdes. el beso salpica. te pierdes.

quiso el modisto que la modelo besara distinto. que su arriba y abajo casaran siendo dispares. que se encontraran los cálidos tonos de diferentes amores. que chocaran en ósculo insinuado. que con la boca calma reclamaran la atención de quien viera besos donde no los sellan. que descubriera la potencia del combinado. quiso el francés que fueran foco y objetivo. que atrajeran. que comieran sin acercarse. que regalaran sin moverse lo que las miradas demandasen. sin dejar de ser ella. sin pronunciar palabra ni esbozar gesto. sin separar de más los colores. sin mecer ni estremecerlos.
y se los pintó. abajo el capricho. arriba la tentación. y nadie dijo que no.

esta mañana junto a las ruedas de mi silla un pedazo de papel confesaba un color en su doblado. debió caer de mi saco tras extraer los tres que necesito para dar a mi actividad comienzo. tras la funda. o tras el teléfono o los cascos. la curiosidad por no reconocer lo mío me ha hecho abrir el plegado. y he sonreído.
a esas horas del día _cuando las calles aún son casi noche_ cómo decir que no a un beso. sí, lo contenido en el trozo de pañuelo de papel en origami eran mis labios. la última vez que los pinté sellé su trazo presionando el blanco secante y fue a parar al bolso. lo lacrado de mi boca roja esperó hasta hoy para sorprenderme. irreconocible. como si fuera de otra persona. un beso cálido. todo un regalo.

fueron mis labios tras el carmín paseado los autores. pero a mi cabeza han venido los rojos que me envía la que me los pintó así en casi todos mis rostros. y tras estos los de otros. y así, uno con otro, he encadenado una ristra de besos abrigando mi mañana de escasos grados, amigos a distancia y mucho tajo. rojos. todos rojos. para mi ánimo. para mi piel. para mis ojos.

martes, 1 de diciembre de 2009

borrar

al tomar la esquina he visto un abrigo y me ha llevado a pensar en una que decidió no estar más conmigo. y es que lo era. junto a ella otra _también desparecida_ asida del brazo de su acompañante como si el cuadro del que me eliminaron nunca hubiera sido otro más que el que hoy veían mis ojos. ellas. con el frío compartido y su felicidad _permitidme la osadía_ a medias.

comprendí lo absurdo de las colecciones cuando ya había picado en más de una. las de los cromos era cosa casi obligada a los niños de nuestra década. sin play ni nintendo los álbumes por completar eran un esperado reto. y el premio de ver las numeradas casillas poco a poco con estampas hacía pesar las páginas moviéndose en quebrados y eso era _sin duda_ lo que más me gustaba. mucho más que haber logrado el más complicado y buscado de los cromos.
luego vino alguna otra hasta acabar con la de las vacas. o más bien ellas acabaron conmigo. creo que para cuando comenzaba a disolverse el rebaño ya había comprendido lo que escuché decir no pocas veces a mi madre. al final todos terminan por regalarte un miembro más de tu colección sin pensar ni un segundo en que exista algo más que pueda también gustarte.

anu_tuominen ha reunido un grupo de gomas de borrar y las ha colocado una seguida de otra hasta formar un rectángulo. lo llaman arte. y quién lo contradice si cada uno puede ver en esta suma de borradores lo que le sugiera hasta conformar otra colección diversa de opiniones.

una de mis atesoradas _de niña_ reunión de objetos también fue de gomas. era la moda. creo.
un patinete con ruedas de plástico. un teléfono de los de mesa. un dado. un autobús de dos pisos. un juego de tres minúsculas llaves. y un cucurucho _que me trajeron de long island_ con helado y un sirope capa de quita y pon. cuánta emoción...
lo recuerdo y no sonrío de igual manera que lo hago con los cromos que nos compraban en la tiendita verde y corríamos a pegar en el número exacto. el 238 y el tan escurridizo 76. no acierto a encontrar magia alguna en aquella colección de gomas moldeadas. era atesorar por poseer lo que otros no. no era ni meta ni satisfacción secreta por lo bello. y ahora no recuerdo lo que ocurrió con aquello, su destino, dónde terminó tanta goma tonta sin uso. supongo que decidí eliminar su recuerdo.

en las más de cincuenta gomas de la foto yo veo muchas colecciones. la suma de colores no hace más que animarme a seguir descifrando lo que me sugiere tanta herramienta dispuesta en orden.
veo pupitres y estuches con un hueco de más. veo manos sacudiendo virutas, muchas manos, decenas de movimientos barriendo de las mesas lo sobrante. y labios _también muchos_ soplando con cuidado. veo colegios, aulas, clases. veo letras. veo los lápices que las escriben. los diferentes colores embutidos en madera que colorearon un papel para luego ser separados de lo blanco. veo nubarrones grisáceos marcando las dudas que salpican cuartillas. veo números. en suma, en resta, en división y en raíz cuadrada. veo los multiplicados y los que se llevan dos hasta dar con el cociente. veo dictados, listas de la compra de sábados por la mañana, bocetos del sastre, borradores de hacienda, notas de amor rectificadas, las marcas demasiado altas para la escarpia, los invitados a una fiesta, las mesas renumeradas del salón de bodas, los regalos de reyes que faltan por encontrar y los que se tachan por estar ya en el camello.
veo el error. veo el cálculo. veo la posibilidad. veo el desdecirse. veo lo que ocultaron. veo lo dicho en bajo y luego tapado. veo el impulso arrepentido. veo el titubeo. veo lo que salió de la silueta. lo que escapó de la raya. es lo que veo.

antes de comer me he visto tomando como aperitivo una frase que habría pronunciado de haber sido la situación de otro modo. a efectos de los oyentes es como si no hubiera _siquiera en mi mente_ existido.
igual que las gomas de borrar suprimen la mina, así las circunstancias de hoy han querido que yo eliminara lo que minaría más tarde mi día.
gustosamente habría alcanzado a la pareja que optó hace algún tiempo por desligarse de mí y prestarse a mi borrado. de haberlo hecho les habría saludado sin detener mi paso y con mi mejor sonrisa. como si lo que mis gomas engulleron aquel día no existiera para ellas. como si ellas no vieran en mí más que la forma y silueta. quizá el color pero nunca la trastienda.
he llegado a casa con la pareja perdida de vista y sin frase para ellas ni dicha ni escrita. he llegado con la boca con restos de palabras que escogí impulsada. pero cayó en mis manos una goma. su movimiento llegó a mis labios. los calló. y las virutas que aún restan por la acera susurran bajito _si te acercas_ un animado hasta_luego_pareja!

en la imagen de arriba veo mucho. y cada esquina roma de las gomas me confirma todo lo que existió y decidieron que mejor no, que mejor borrarlo. no sea que resulte un error y nos hayamos equivocado.