domingo, 27 de enero de 2008

suya




-veamos. pongamos orden... había dos almohadas-


antes se estilaba una y muy larga para la pareja. era cuando las peleas no pasaban a divorcios porque se pactaba un descanso de cabeza conjunto. no cabía pensar en darle con la almohada por olvidarse de celebrar un aniversario. la pieza era muy larga y la noche sin contar con ella aún más. y por la mañana al mudar las sábanas de nuevo pacto de ambos para vestir el metro treinta y cinco, por entonces, de descanso para las ideas.


-pero ¿no hemos quedado que había dos?-


hoy han crecido los anchos de cama y se han dividido las almohadas. partida la larga en dos bailan por el lecho al ritmo de cada uno. serenas cuando hay calma. inquietas cuando las ovejas saltan y saltan. cada uno la suya. la de él tiene el dibujo en naranjas y la de ella pinta fucsia. la naranja es sólo de ella cuando él no está. duerme los sueños en rosa y se abraza a la ausencia en naranja. y pronto se duerme porque él volverá. antes de que su olor desdibuje su figura impresa él se la robará. y de nuevo cada uno con la suya. que las mezclas pueden dar a equívocos y el amor velar la imagen.


-sólo veo una... no recuerdo qué habré hecho con la otra-


hoy han crecido los anchos del lecho y se han multiplicado las almohadas. y con ello los divorcios se han desatado. lo pensaré con la almohada. y resultaba ser la misma de su pareja. y de noche los sueños se mezclaban. y al amanecer volvían a coincidir en los deseos que les unieron. acostaban sus cabezas sobre la misma funda y la vigilia les sorprendía con menos distancias.


-piensa, piensa. empiezo a sospechar que no voy a recuperarla-


ahora son dos posturas. de pensar y de dormir. dos cabezas que se tumban y así es como se levantan. dos islas en la cama. y el carril de sueños compartidos se perdió porque no nadaba.


-esta funda no es la mía y hasta ahora ha esperado apartada. claro, éramos dos y cada uno regía la suya. hoy duermo con ella y ahora es más mía. porque ya no recuerda y apenas me habla. porque sabe que él ya no es su dueño. no es lo mismo no estar que no volver. y volver no volverá. ni a dormir con ella ni a hacer la cama.


hoy está el divorcio express que no te deja tiempo ni para cambiar de sábanas.


-así, creo que de momento lo dejo así. a soñar. mi cabeza en mi almohada. que es la suya-


2 comentarios:

Anónimo dijo...

...infinitos son los sueños que quedan por soñar y una vez despiertos ver que se hacen realidad...siempre hay rebaños de ovejas que contar

larraitz con pompa dijo...

bienvenida oveja! vamos, salta por aquí que tenemos prado para tí.
gracias por parar por estos lares y escribir
esperamos vengas más