sábado, 1 de agosto de 2009

aguada

como si de romper con los clichés se tratara anunciaron un día mojado. amaneció el sol junto a mi almohada y paseamos largo la perra y yo. los pies desnudos. la hierba seca. el asfalto caliente. y mi vestido escotado.
luego la confirmación del que rompe la fiesta. antes de las dos repicaba el agua contra el ventanal de la sala. llegó el pero del verano. para quien empiece hoy su plato del descanso. para que no se duerma. no se relaje. son las posibilidades del viaje.

volvía del súper con el carro cargado y el paraguas en mano. las gotas se estrellaban contra el suelo del parque y se hacían alfileres dibujando el aire. como diminutos _y acuosos_ fuegos artificiales morían.

dicen que el cielo llora. suele decirse que ese llanto cae y cala. lo gris del ambiente acompaña la idea triste. y todos callan.

si al primero de agosto lo inundan, a las lágrimas yo les otorgo encanto.
la lluvia no es llorada. quizá regada. esparcida. pero no es ni parecido a lo que brota de los ojos. de la _dolida o feliz_ alma.

quién se fija en la salida de las gotas de la nube gris, negra o blanca. aunque estuviera al lado. nadie se para a ver nacerlas. la atención viaja al suelo, a los hombros, las cabezas, los zapatos nuevos. nos fijamos donde mueren las puntas de agua. donde los chuzos se clavan. y en lo que empapan. lo que calan y echan al traste. y todo lo que pasa a ser un alterado desastre.
cuando se llora estudiamos los ojos. su baño. el brote de las perlas. la fuente abierta donde no había agua. y, sin embargo, aquí poco importa donde acaba lo que el llanto regala. en la mano. la barbilla. el pañuelo. un hombro. la almohada. la atención intencionada recorre el viaje desde su inicio. desde los lacrimales.

quién no ha escuchado el tamborileo de la lluvia sobre el parabrisas o el toldo. quién dice que no suena la calle cuando los coches pisan por donde pasó la tromba. lo que llueve suena y no hace falta tormenta.
pero las gotas saladas del llanto no suenan. su silencio es el que las hace _si cabe_ más enigmáticas. sigilosas cuentas de agua que surgen del dolor o la alegría a través de la mirada. revelando lo que por dentro no se aguanta. pero sin ruido. tan calladas como caladas.

y lo más distante entre lo que cae del cielo y lo que por los ojos se escapa es el recorrido. el camino. la dirección. el sentido.
pedro decía que la lluvia nunca vuelve hacia arriba. una lágrima atrapada en mitad de la mejilla puede que sí.
las gotas dulces del cielo caen por gravedad. de arriba a abajo. en línea recta algo mecida si es que hay viento. pero las cargadas de sal por nacer del manantial de la cara hacen de la gravedad un paseo. un surco hondamente esculpido cuando el llanto es quejido. pinturas de fiesta cuando lo surgido es celebrado. caricias al fin y al cabo.

el interior de nuestro cuerpo, lo que nos mueve, puede sufrir o estar contento. retorcerse o dar saltos de niño. y cuando ya no se contiene abre las compuertas y riega los rostros. y el mundo se entera pero no es lo buscado. la lágrima surge para calmar el sentimiento. para acompañar. para acunar o dar brincos contigo. y pasean del ojo al cuello atravesando cada curva de tu cara. cada forma de tus gestos es mojada por lo que tanto duele o lo que celebras. igual que lo haría un dedo amoroso estudiando tu cara. mimando tu perfil para alcanzar tu dentro.
y eso no lo hace la lluvia. te moja como la ducha. y te limpia. te recorre y esculpe pero no son tus dedos los que te esculpen. no son tus caricias las que te calan desde el cielo. aunque te silueteen el cuerpo. a pesar de pegarse como un segundo traje. no son como las lágrimas que llueven para uno mismo.
de las nubes cae el mismo riego para todos. la democracia aguada. en pleno agosto. como un refresco. sin sentimientos. sin caricias. ni para luto ni para carnaval. es lluvia fresca. que moja. sin ojos vista. sin recorrido. pero con un fin.
así que llueva. que caiga.
cuelgo el póster gigante en mi pared pintada como en design_is_mine. que no me aguarán el mes de asueto. no es más que agua. me lo han dicho mis ojos.

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