martes, 16 de septiembre de 2008

escuela


el frío de la noche no hizo más que incomodar aquel desencuentro breve. algo estaba escapando de sus voluntades para azotar el ambiente. y en medio un gato. un gatito callejero.

la ebria debilidad acunó al felino. las órdenes a su lado lo dictaban claro _no le hagas eso. no le estás ayudando_ saltó la chispa a la vez que soltó al gato. y de seguido el fogonazo.

sé de quien ahora mismo espera una llamada para arreglar un enredo. y lo cierto es que no sabe hasta dónde alcanzan los nudos. su móvil enmudece y se suman noches y se alejan las manos.

pero estábamos con el gato y los que arañaban si era bueno o no quererlo. la madrugada y el impulso amoroso cegó el intelecto de uno. lo puso el otro. acompañó al minino a un solar con ratones y le asustó para hacerle fuerte y prestarle armas. todo un acierto. los minutos de calor humano al callejero no le reportaron más que mentiras en sucedáneo. como los amores de una noche. _guárdate bien de los brazos recientes que prometen_ los segundos minutos de abandono a su albedrío fueron el amor acertado.

la persona que espera esa llamada se siente en un solar descampado. no le protegen. no le miman. no le rodean brazos en calor templado. y lo entiende.

todos de algún modo nos precipitamos sin usar la idea. es cuando nos movemos por el impulso del querer _también dijo egoísmo_ y acorazados en ese estúpido sentir que proporciona el amor _aunque sea equivocado_ defendemos nuestro fuerte.

confundir el amor con lo acertado de nuestros actos puede llevarnos a alguna muerte.

el que salvó el gato rescató de sus trece a quien creyó estar salvándolo entre brazos. pero para este resultado desgastaron ánimos. empuñaron palabras en filo. y sangraron. no mucho. pero sangraron.

el teléfono de quien espera llamada no va a sonar. a cambio anota lecciones no impartidas pero aprendidas. no habrá charla de momento. no habrá diálogo de reencuentro. como con el gato hubo abrazos para luego ahuyentarlos. y en la escuela de amar_no_es_eso va asumiendo.

ahora el gato sabe cruzar el día sólo y sin llamadas. sabe que ya no debe esperar.
no hay cobertura en el solar.

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