viernes, 14 de noviembre de 2008

rincones


antes de comer hemos conversado tumbadas en la cama. sobre el colchón ella busca el hueco entre mi brazo diestro y mi tronco. alarga su cuerpo de leche y busca mi hombro para apoyar su recortado perfil. por eso ha empezado todo.

mi abuelo materno era aficionado a registrar cosas ciertamente insólitas. recuerdo aquel día marrón y amarillo _así pinta aún en las fotos_ en que despidió lo que deconstruían frente a su mirador. desde su apodada salita de benidorm capturó los ataques de una gran bola contra lo que pasaría a un borroso recuerdo.
sería el 81. quizá el 83. más no. y donde se levantaban aquellas viejas casas de escasa altura elevaron lo moderno. nuevos tiempos.

sabes? creo que de algún modo todos tenemos un rinconcito. como tú buscas tus preferidos anidando tu cuerpo entre el mío así lo buscamos todos.
yo tenía uno. mi más_mejor_preferido. y a pesar de no estar siempre en un sitio y de que de cuando en cuando lo movieran, cada vez que daba con él confirmaba que era el mío.

éramos muy niños cuando lo de las fotos. el derrumbe no escoció en nuestras inocentes mentes. sabíamos sin embargo que se nos robaba la curva escondite al final del tramo largo de la calle justo llegando a nuestro parque. si quitaban las casas allí no habría más juego. y eso cambió mucho la ilusión infantil de aquellos tiempos. no sólo era un rincón entre edificios de pueblo, ni una parte de vida de un abuelo que demolían. era también uno de los recovecos de muchos niños.

una íntima amiga diaria me contó que su hijo menor tenía varios refugios escogidos en su casa. tenían que mudarse en breve y le asustaba privarle de sus privados con el cambio. eran tres los sitios que el niño de menos de dos tenía por suyos. y en ellos se escondía cuando nadie lo esperaba buscando quizá su soledad. y me dijo su madre que lo hacía marcha atrás. cosecha mía fue añadir a sus movimientos el motivo de buscar proteger su espalda, allá donde no alcanzaba su mirada. el pequeño polizón tuvo la fortuna de que sus padres dieron con una nueva vivienda de casi idéntica planta y con el cambio de casa pudo reproducir como un calco sus rincones. la suerte del principiante.

cuando me siento en el suelo buscas hueco entre mis piernas _cruzadas cual indio_ apoderándote de ese trozo de mí. porque desde que estamos juntas es tu casita. es tu nido, verdad? pues si me llegan a hacer escoger el lugar donde mejor me encontrara en el mundo escogería el rincón del que te hablo. pasados los años... mi sentir seguía intacto.

en la casa donde vivieron esos días mis abuelos están los pequeños álbumes con visiones en retroceso. nuestra infancia en papel fotográfico más que amarillento. y entre tantas imágenes rescatado un rincón de nuestros juegos. es verlo y dar el salto corriendo esperando no den con nuestro menudo cuerpo...

que cómo es mi rincón? bueno, ya no es. dejó de serlo al menos fuera del papel de mis fotos en memoria. pero de algún modo lo llevo dentro. te cuento. era un árbol grande bajo el que me escurría _como un cubo de agua_ esperando el instante de arropo de sus brazos. aquel abrazo era mi casa. allí podría quedarme eternamente.
y qué pasó? _me pregunta con su estrabismo aún más marcado_ lo talaron?
en realidad fue el árbol quien decidió cortar las cuerdas del cubo. no dar más agua. dejar de ser lo que era. escapó _y no se sabe bien por qué_ de su condición innata. y se esfumó mi sitio escogido. me lo robó el mismo rincón. pedazo ladrón...
me lame la mejilla y entre sus ronroneos alcanzo a entender que buscaremos juntas otro lugar. otro hogar. y se ovilla de nuevo entre mis huesos como ofertando algún posible rincón.

y es que en qué estaría yo pensando hasta ahora...
las pompas de leche _aunque redondas_ tienen para quien los requiera sus propios rincones. y ahí estoy ahora yo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu dolor desata belleza, bonito todo, duro, pero muy bonito.

Mucho animo.

larraitz con pompa dijo...

pues venga a mí lo feo...

no quiero lo bello si viene con estas punzadas...

GRACIAS POR TU CARICIA Y ANIMO

Anónimo dijo...

Me ha encantado!!

Espero que encontremos un arbol encantado en el bosque que sólo unas pocas hadas y elfos habitan.

Como yo también estoy buscando Uno si quieres hacemos el camino juntas.

Aunque en ese camino a veces el fuerte viento en contra no permite caminar tan rápido como es deseado.

Con todas la flores de mi corazón

larraitz con pompa dijo...

tan bonita... eres gran parte de las flores de un árbol de los que abrazamos este verano tras reirnos sin descanso con nuestro espíritu recién estrenado
gracias... te quiero

Anónimo dijo...

Yo estoy harta de rincones.....ahí terminan todas las pelusas que empezaron ilusionadas a revolotear por un corazón desordenado...como tiene que ser.
Además es cierto, los rincones mismos roban rincones.
¿Qué tal si buscamos juntas un buen sofá donde rascar y esconder nuestro hueso?

larraitz con pompa dijo...

guardo unos videos magníficos de una pompa menudísima buscando quién sabe qué en tu sofá...
quizá nos estaba dando entonces las pistas.
me apunto a lo de rascar. pero yo no quiero esconder ni hueso ni nada. aquí estoy con todo lo que soy para quien quiera verme.
hay rincones ricos, donde encontramos asilo si nuestro alma busca reposo. los que acaban por convertirse en oscuros, fríos y con viciado aire son totalmente insanos. y de esos escapamos!