domingo, 2 de noviembre de 2008

recus

hubo un tiempo en que una nota así no le satisfacía _claro que en este cuaderno no anotan la calificación por grados si no que aprueban y celebran lo ejercitado_ para ella un bien no era digno de su propio aplauso.
recuerda aquellos días con tirones sacudiendo el tiempo. ella no era de las que tenía recus. esos exámenes no le tocaban a ella. bueno, cuando creció más sí... alguno hubo.
lo cierto es que ahora se sienta y me plantea su nueva disyuntiva. presentarse o no. recuperar lo que dejó descosido o incluso roto en trizas o seguir avanzando con la lección aprendida sin enmendar pasados.
la veo teclear el móvil. creo adivinar sus intenciones rectificatorias. a alguien estará pidiendo perdón. dudo equivocarme esta vez. su cara dibuja los nervios previos a la nueva prueba. el rictus antes de la nueva oportunidad de aprobado.
me pregunta qué es lo que haría en su lugar. es fácil calzar sus zapatos. de algún modo todos tenemos meteduras de nuestras patas cuando inmaduras. pero cómo responder acertando. no hay respuesta idónea. creo que en el fondo porque no hay retorno.

la grande, la fuertes, decía que no se rectifica en vidrio, acuarela o amor. en estas materias no hay examen de recuperación. si fallaste te suspenden. no existe el subir nota en estas cosas. un vidrio enfriado no deforma su malformado cuerpo. lo sellado por la acuarela es eterno de ese modo. y en amor...

hemos acordado ambas que lo bonito de las relaciones _del tipo que sean_ es que crecen mientras caminamos. lo perfecto es acordar el paso. no correr demasiado dejando al otro como escoba. aprender según vivimos y hacer del acierto error un crecer de la mano.
su último amor terminó y ahora repasa el ejercicio corregido. _cuántas faltas!_ dice sugiriendo acto seguido que la que hoy vive por dentro no fallaría en eso. _menudas burradas... si es que no sabía nada... cómo pude poner esto!_
con los años sumamos capas de lecciones que evitan reincidamos en los fallos anteriores. cuando la vida nos pone en nuestro sitio es cuando repasamos lo ocurrido y entendemos lo que en su día no.
está apretando los puños de pura rabia. correría en el tiempo para redirigir el pulso de su escritura en el instante de sus desaguisados. mata un trozo de papel sostenido por una de sus manos mientras la otra golpea lo mullido del sillón. impotencia por saber que nada puede hacer. por entender que será siempre así. tropezarse cuando anda, escoger mal el camino, no acertar al actuar. más tarde, pasado tiempo medicina de la vida. y por último, con la lección bien aprendida puñetazos contra el sofá. evitar suceda en repetido. no caer sobre lo mismo. y seguir caminando... con otras piedras en el camino, más errores, suma de tirón de orejas y nunca para atrás, siempre hacia adelante.

hemos convenido también la parte amarga de cualquier relación. se crece juntos. se aprende y nos hacemos grandes y fuertes. pero el peligro existe en esos quiebros. en los errores está el defecto. ofertamos al otro nuestro ser inmaduro y con un catálogo de inseguridades y temas por entender, asumir, y aprobar. sin quemar etapas es poca ofrenda sabia la que presenta nuestra vida. _y conviví con ese amor mayúsculo cuando era una analfabeta. no pude darle lo que hoy sé. cometí errores que si los pienso me destrozan_ su repaso le sabe a un aprobado justo, a un bien a lo sumo. y ella busca el máximo. _a él le quise hasta el infinito y la que fui no pudo darle más de lo que entonces era_ habla su voz enrabietada pero no puedo más que escuchar.

es tal la situación. con nueve años haces un examen y a los quince cae en tus manos aquella prueba. te ríes. qué tiernos los errores de entonces. con veinte a tus espaldas te sometes a otro test y cuando cumplidos siete más revisas lo respondido cargas con lo aprendido. y caminas. no paras. hoy con más canas repasas los fallos del examen de hace unos pocos años y todo te sangra. comprendes, anotas, estudias, resumes, memorizas. caes en cuenta y haces que te cale dentro. y qué hacer entonces con la herida que brota?
no hay retorno. no estás en el colegio. terminaron los días de recus. esto es más serio.
las segundas oportunidades ahora se ejercitan en otras aulas. lo que suspendiste en una escuela lo enmiendas _si quieres_ en otra. pero los que entonces te dieron el cero hoy no son los que te aprueban. son otros.
las recus de ahora son de cara a nuevas vidas. en otros caminos. distintos cuadernos. nuevas historias. y lo que erramos en los años que apuñalan con arrepentimientos y ganas de acelerar la marcha atrás no se desdice. lo pasado pasado queda. que ahora tus pasos saben de aquellas faltas y esquivan lo que taladra en tu memoria.

lo que ahora confieso no se lo digo a ella... en mi fondo profundo y oscuro guardo noches nadando en salado. también yo almaceno archivados exámenes con menos del cinco. y vaya si duelen... pero no se lo digo. no a ella que clama azotada por zurcir jirones de antaño. me pesan a veces las piedras encontradas en mis recorridos pasados pero a ella le digo _y repito_ que el truco está en fijarnos si vemos alguna parecida a ellas para saltarlas. y prestar mucha atención _sobre todo_ a las preguntas trampa que hasta hoy nunca han caído en los exámenes.
leer bien el enunciado porque ya no existen las recus...

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