lunes, 24 de noviembre de 2008

pupila

me gusta. dar con ello o reproducirlo. caer en cuenta al instante o tras años de velado conocimiento y acompañado de la sorpresa infantil. me imantan los dobles sentidos.

me gusta que me miren a los ojos cuando me hablan desde dentro y no me esquiven. me gusta que me enseñen. clavar la mirada y clavar lo aleccionado. ser pupila. ser pupila.

la noche del jueves describían mis ojos como los de un cómic manga quizá con la intención de desviar la atención de mi estrenada herida nasal izquierda. el viernes combatiendo mi fiebre tras la vacuna los párpados agrandaron mi mirada aún más. atendían lo que al otro lado de la mesa con refresco, caña y patatas me decían. pupilas de una pupila.

me gustan los peces. no me gustaban pero ahora me gustan y mucho. los peces y los pescados que no los veo inertes. ordenados en su mar de hielo escarchado en la rampa del mostrador de la pescadería me llaman con la mirada. con uno de sus ojos hacia mí como en un guiño. el otro, el acostado sobre el frío de su tapiz de venta ni lo intenta. me observan con uno porque el otro lo reservan. me estudian mientras el ojo no visto repasa lo que vivió en su otra vida _allá entre las mareas donde les tendieron las trampas y cedieron por prender como locos lo que a los ojos les tentaban_ con pupilas que no aprendieron el mal.
me gusta que me miren los peces. y el ciervo de powder y el de anatomía. que me observe la perra que me mordió jugando el otro día y _cómo no, me vuelve loca_ que lo haga la mía. me gusta que me mire el conocido, el extraño, el amigo, el incógnito. que me mire mi vecino. que me vea y mire cualquier ojo y que yo lo vea. y me gusta por cruzarme con cada uno de sus adentros. por entrar en ellos. por penetrar en otros mundos hasta ahora ajenos y aprender de nuevo. pupilas atravesadas para que yo aprenda mientras _quizá_ me estudian.

con los ojos puedes dar la mano y hasta acariciar estremeciendo. puedes con la mirada escuchar la vida y aprender en silencio. las usas y a la vez eres. en nuestro idioma y en inglés. el desdoble de lo atribuido a la palabra para la parte negra de tus ojos y para etiquetar tu actitud humana.

recuerdo con cruel exactitud la mirada de persona en demolición que buscó mis ojos reclamando aclarar los segundos que duraban las escaleras. dolió entrar en su agujero incrédulo. estábamos en la universidad.
no olvidaré jamás el marchito mirar de aquel abuelo que apenas reunía resuello para esbozar palabras mientras la muerte le esperaba sobrevolando su cama. abrigué su gélido silencio interno con canciones del pasado. estábamos en un hospital.
tengo clavadas en la mente cada una de las miradas que me abrazaron cuando hincaba mis rodillas. escapar dentro de cada uno colándome por sus ojos me salvó de mi propio laberinto. estábamos en pleno frente.

busco ahora la biblioteca de una escuela donde ordenadas por fichas se archiven millones de pupilas con intención de mirar y enseñar. ando detrás de materia para aleccionarme más. quiero ojos donde entrar. miradas para atravesar, entender _o no_ y con ello sumar saber. y devolver mirares invitando a que entren e intercambiar lo que llevamos dentro, lo que no vemos si no miramos, si no damos uso a las pupilas. si no somos más que maestros sin vena pupila.

en plena oscuridad, en el desconocimiento, en la desazón de la sinrazón quiso aprender la pupila. en lo denso de la ignorancia esforzó sus ojos por reconocer cualquier objeto. se diluía lo espeso con el tiempo revelando cada vez más descubiertos... mientras dilataba sus pupilas... mientras se abría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el filo de tus pupilas..... buscando el dolor y la rabia que un dia pudiste quitarme y no fui tan valiente....
En el borde de ese abismo me encontraste y no supe guardarte...
Decidí salir de tus ojos pendientes de un tonto que como yo no aprendí a mimarte detrás de los mios.....
Tonto pa ti.

larraitz con pompa dijo...

uff...
mucho!

seguiré mirándote. pimbapatiypami