jueves, 2 de octubre de 2008

tornillos

un día entraron en nuestras vidas dos maletas rosas. la madre portaba a la hija en su seno. marsupiales para nuestros viajes. hace tiempo.
hace menos rompí por empeño uno de los tres cierres de la grande. tachadme de tonta porque lloré. cada lágrima por cada trayecto que revivía al mirarla medio manca. fue _como he dicho_ por empeño por lo que cedí su cierre y por lo mismo no renuncié a su uso y disfrute. sí _tonta de nuevo_ disfrute de una maleta.
poco después saltó una de sus dos ruedas casi llegando al bus. llovía y el que me acompañaba _que también quería pero sin locuras a la valija_ no quiso pensar bajo el agua que caía y lanzó la pieza a la boca de una papelera. pocos viajes le restarían ya a esa coja.
la semana pasada la hija fue herida. la rueda cayó al bajar de una acera sin darnos cuenta. un coche la hizo volar y alarmó lo que luego deduje. rescaté lo mutilado bajo un coche estacionado y pedí encontrarle cura.

mañana pompa y yo nos íbamos de viaje a conocer a jimena. para ello tenía que arreglar a la hija su pierna. así que allí estábamos mi madre, nuestra perrita y yo inaugurando el sanatorio de maletas. sentadas las tres en el suelo rodeadas de herramientas hemos razonado el fallo heredado. por qué saltaron esas piezas. destornillador en cruz y arandelas. alicates y llave inglesa. y mi empeño _cómo no_ una vez más sobre la moqueta. ya sé cómo salvar la invalidez de esta pequeña... para algo tenía que servir que guardara aún a su madre en lo alto de un armario protegiendo del polvo a las mantas. _loca, sí, loca_ camilla junto a camilla. madre junto a su hija. todas. la maleta grande con la chica. mi madre a mi lado. y junto a mí cuerpo pompa. _decidme más loca_
estaba la recuperada rueda y algunos de los tornillos. no todos. así no marcharía la cosa. pero sí con la transfusión de la progenitora a su niña. a mí sí que me faltan_mira pompa, la madre va a dar de nuevo la vida a su hija_ tornillo a tornillo he desmontado un trozo de una para armar el herido de la otra. en minutos la pequeña corría feliz por el pasillo. y yo sé que su mamá sonreía aún más. maravilloso.

al final no viajaremos mañana. tendrá que esperar jimena. una pena. que esta que escribe se queda encantada y gustosa al cuidado de su hija canina que esta vez no puede viajar. y parece que ha entendido el discurso que he dado acerca de permanecer a su lado porque _cosa extraña en ella_ me ha regalado millones de besos inesperados. quizá agradecida...

nadie dará más de lo que una madre da. quizá igual pero no será más. me lo dice desde siempre cada acto de mi madre. lo susurra desde el altillo con mantas la fucsia más grande.
se mutilan por nosotros. restan de lo suyo para sumarnos. ofrecen hasta quedar en negativos. regalan incluso lo que por nosotros crean e inventan. hacen magia. donan tornillos. vida para vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como conviertes lo cotidiano en extraordinario...¡loca!...que te estaba esperando hoy para cenar esta noche....

larraitz con pompa dijo...

si no hiciera de todo un cuento... estaría aún menos cuerda...
también me hubiera encantado cenar contigo. paseito en moto. arreglar nuestros mundos.
pronto nos veremos y será igual de rico.
abrazo largo

Anónimo dijo...

...cuento bonito...magia...viva el color fucsia

larraitz con pompa dijo...

quízá frankenstein cedió alguno de sus tornillos... quién sabe... en mis cuentos todo puede ser