lunes, 14 de septiembre de 2009

contorsionista

probó no de todo. pero casi. probó mucho. le dolía cada milímetro de sus adoptadas posturas. demasiado tiempo en forzados gestos. y los lamentos comenzaban a ensordecer lo externo. ruido. dolor.

trayecto en taxi lo mismo que dos mojitos.

una noche logró uno de sus no va más. lo que no hacía en pista. lo que el público no había visto. retorció su cuerpo _como lo vio jan_durina_ hasta un dolor placentero. se empeñó en caber en su dentro y la caja abrió su tapa. allí, como en ensayo, con la barbilla hecha ombligo y la nuca en los tobillos tocó fondo. pero aún no lo sabía.

un aperitivo entre niños de porcelana que acabó en improvisada sobremesa con dos enanos desatados.

la soga hecha agua tapaba lo que cantaba. su juego del encaje en lo pequeño contracturó sus restos. le curarían lejos. o eso creyó. y se marchó dejando al circo sin su número. tras los elefantes nada. antes de los payasos vacío. y en su camerino mil mensajes no respondidos y la caja.

una moto con un solo casco se hizo coche con embrague roto.

regresó cuando el público aplaudía. no encontró la caja donde esperaba. pero dio con ella y habló de su marcha, de su cura y de su no ya _ja_ locura. y la caja _descerebrada_ confió en su función y en el género humano. no juzgó nada y abrió _una vez más_ su tapa. vacía, hueca, presta. a la espera, al abrazo, a la gesta.

un cava cual zumo helado previo al moët amargo.

dispuso su intención. se plegaría para estar con ella. la tapa rio. en silencio. sabía que no se daría. propuso doblar su retorcido para amoldarse a lo que quería de su presencia. hacer de una vez el número que le rondaba ya años. algo imposible. se harían todos niños. abrirían las bocas y el ohh desbordaría los vomitorios. entrar despacio y salir sin prisa. en eso consistía. y allí dentro _con forma de cubo_ los vítores les mecerían.

una promesa vía sms coja de hechos provocó risa y sentencias entre mutismos.

llegó el momento. les anunciaron por megafonía. trasladaron la caja al centro. el cañón iluminó su presencia y anocheció a la audiencia. el redoble alimentó el misterio. tiempo. nadie entró. y en la arena la caja a lo suyo. contó ojos, voló columpiada en lo alto, paladeó los brillos luciérnaga entre el público...

cuatro horas y media en dos asientos repartida para amanecer con migraña.

el bigote con tripa lo dijo: _lamentamos la espera. nuestros trapecistas saldrán a escena. un aplauso, por favor_ y la caja en volandas sacudiendo su tapa fue devuelta al camerino. no pronunció palabra.

los primeros pasos de una sobrina antes de cerrar la noche bailando en un ático con terraza.

huyó. escapó como hacía. dejó el show sin lo acordado. ni lo intentó siquiera. se hizo avestruz. se hizo gallina. se deshizo para la caja.

tres días enmarcando dos noches dieron de sí lo que cada uno quiso.
las cajas dejaron de serlo igual que los contorsionistas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

m

larraitz con pompa dijo...

gracias m_ sé que lees más allá. que sabes de cajas y contorsionistas. que reconoces la oportunidad y la pista vacía.
gracias m. gracias por decir que estás con una sola letra