sábado, 5 de diciembre de 2009

bobos

un libro en blanco para cada uno. los capítulos son de avance lento. y es de edición única. no hay más volumen que uno. una historia con uno o mil recorridos. un protagonista con pocos o muchos personajes adheridos. pero la que se relata es la historia que te toca. ni aquella ni otra. ni siquiera la que sueñas. lo que queda contado _y al terminar todo se cierra_ es lo que vives y participas. y mucho de lo narrado de ti depende. tú tallas los párrafos.

en julia_blogg arrancaron una de las páginas. entiendo que por lo encabezado debió ser un capítulo que buscaba libertad. y por lo tachado deduzco que nada de lo ocurrido sucedió como se redactó. así que el rotulador intentó eliminarlo. pero es imposible. carta en la mesa pesa. y los pasos pisados no se desandan en lo vivido. por mucho tino que se tenga con el negro fino en un auxilio pedido a gritos al supresor de pasados.

ocurre que hasta sin hacer planes _volando sin jaula y bien alado_ los renglones describen el mismo suceso de modo distinto. esto es, dos personas en un igual escenario, mismos minutos y compartido acto. pues bien, lo que redactan parecido toma dos vertientes completamente diferentes. y para cuando quieren releer lo escrito ya están dispares. lo ocurrido a uno no tenía que ver con lo que vivía el otro. y los párrafos respiran aires de dos mundos.
el ave en su trino parejo con el vecino voló en la libertad que gozaban. el de al lado hizo lo mismo. y cada uno por una corriente de aire extendió sus plumas en una dirección sin compartir la curva volada del compañero. no es tanto lo que el ave pretende sino lo que el viento le maneje. y si el aire sopla en diverso coincidir en la ráfaga será más complejo.

es distinto el enfado que el disgusto. en ambos se puede pisar haciendo saltar las baldosas. en los dos estados es posible fruncir el ceño y desencajar el rictus. pero no es igual, sin duda, es distinto.

de sobremesa comentaban todos aquella vez en la que sucedió esto y aquello. con el tiempo minimizaron el susto, exageraron detalles y multiplicaron la risa. la comunión del momento les hizo abrir a cada uno su personal libro. unos por la cuarenta y pico, otra por la sesentaydos, varios pasada la página cientocincuenta y el que callaba asintiendo con su satisfecha sonrisa estaba en la doscientostrentaysiete. era la misma aventura narrada de similares formas, pero con distintas tintas, con frases sumadas de una versión a otra, con más renglones según marcara a uno u otro. lo que se estaba ejercitando sobre la enmantelada mesa larga era el comentario de texto de parte de la vida compartida. unas cuantas páginas de cada libro.

quien tachó _sin lograr borrar_ lo descrito en la página 99 buscó el sacudirse. supo de lo engañoso de aquel intento de volar sin rumbo pretendiendo acompañar a alguien y lo subrayó ocultando el resto con una malla oscura y rayada. encarceló su texto. y con el gesto alumbró la frase más relevante y a la que dio rescate. su sentimiento. breve lamento _menudo rematadamente estúpido tiempo habríamos vivido_ resumió su descontento.

los disgustos no son enfados de ira. la pena que baña al que lo respira le hace tachar lo pasado. cercar su ahora de barrotes. aprisionar su tonto intento de libre vuelo. el mal sabor de las lágrimas navaja no sangran a nadie más que al que las llora. no hay puños. no hay disparos a muerte. no por parte del que no alza los pasos del suelo. lo amargo del vuelo en picado sabiendo que no se voló en baile cercano enluta la página del libro. la porción de vida que enviudó sin ruptura, sin muerte eterna. y así como hace la mente por suprimir del recuerdo los días negros también hace el disgustado con su libreto. escoge lo herido y lo acuna hasta dormirlo en un sueño sin beso de príncipe que le despierte. para siempre. sin posible sobremesa ni destripe.

cada uno con uno agrandándose a diario. millones de libros en avance. en relato individual a veces, compartido otras. e inmersas en celda olvido las páginas en las que sentimos que lo fuimos. sin saber cómo evitar el precipitar de lo que sucedía. fuimos bobos. los más. rematadamente bobos en vuelo absurdo.

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