martes, 18 de marzo de 2008

mantas


os dije que cedimos tres a las flamas hambrientas y ya han sido sustituidas. el seguro de los vecinos cubrirá los gastos de las que arropan y volveremos a taparnos.

esta mañana la llamada de un amigo a mi móvil. yo buscaba un par de mantas y ya tenía comprada la de las siestas. llovía fuera de la tienda. llovía diez minutos a la izquierda. y llovía mucho más allá. gotas en relevo como atrezo a nuestras palabras. y cómo fue lo del incendio. y en qué vamos a ocupar nuestro tiempo. que cómo ordenamos los valores. y cómo se sobrevive a tantos errores.

cuando hay varios hermanos todo funciona en cadena. el mayor debe cuidar de su siguiente y así hasta el benjamín. cadena de ojos vigía. cadena de flotadores salvavidas.

en la llamada de mi amigo he encontrado una manta en sus oídos. más que en sus palabras _que también_ ha sido en sus silencios comprensivos y arropadores los que me han vestido esta mañana de lluvia de palabras de mi boca. por la tarde, casi noche, ha sonado en casa el fijo. una amiga solícita de hermana mayor. mis oídos han calentado sus quejidos. mi manta ha enjugado sus ojos llovidos.

mi amigo eslabón de mis dolores de mañana. yo amiga eslabón de otros lamentos de noche.

y hemos encadenado las horas de este día pasado por agua. cadena de favores de amores vía telefónica. y al final de la jornada ya tenemos las tres mantas. como las de cada amigo en abrigo. buenas noches hermanos de hoy.

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