domingo, 25 de octubre de 2009

motociclismo

me llamó. no sabía qué hacer con el marco que sostenía. en la última cena de amigas le dijeron que debía volver a colgarlo. explicó la caída por su propio peso. pero no. no valía. debía colgar aquello. y me llamó al tiempo sin saber cómo hacerlo.

somos la suma de capas de un milhojas. piso de dulce en cabello de ángel. piso de amargo almendrado. piso dulce _de nuevo_ de pastelera. lo de cada era. apilándose en nuestro interno para hacernos lo que ofrecemos.
al salir del examen repasó las respuestas. a pesar de lo propuesto sus ojos apurados por el minutero quedaron ciegos y optó por lo que no era. y erró. así que lo que no aprendió de previo lo hizo en el post y se prometió no correr ni el mismo riesgo ni el mismo error. pero no.

las imágenes expuestas eran retazos reseñables de sus pasados. familia, amigos y días. lo que tuvo. lo que _quizá_ aún resta tras la fiesta.
el marco es largo. un panorámico vidrio rodeado de una línea negra, de dos puntos, como la que acostumbra a escoger para enmarcar cuando diseña lo pantallado. para recalcar el rebaño de estampas. para que no se escapen. quizá. seguramente. para que lo que hubo no se vaya. para que el collage variado no se mueva del fondo crema.

en la vitrina expuestos decenas de ellos. pasteles grandes y pequeños. compactos y ligeros. y entre todos tu lasagna de hojaldre en multicapa. pasa el tiempo y nadie te aprecia. que si es demasiado. que parece empalago. si muy grande. si poco asible. con mucho oculto. con sorpresas de más. y tú lo ves desde dentro y vives sin prisa. con los rellenos de las mil hojas del postre contenidas porque aprendiste y vives de lo que horneaste o cociste.
convocan otra prueba. un examen más y decides entrar. te dan tu sitio mientras repasas tus anteriores prisas y decides que esta vez así no será. contestas, dudas, avanzas, marcas respuestas y anuncian que el tiempo termina. tu calma cree no haber fallado en lo contestado. pero a los días te llaman a tutoría. siéntese que quiero hablarle. tiemblas. no tema, no es un suspenso. pero lo sabes. en su mirar adivinas mil marcas rojas que salpicarán de sangre tu texto. y al reposar lo escrito en la mesa se confirma. volviste a caer en lo mismo. con bozal, con riendas, con chaleco de fuerza. mil correcciones que resumes en una. lo que cuentas y dices les llega distinto a como tú crees. y tus palabras preguntan o dudan en lugar de dar respuesta a lo formulado en la prueba. de ahí el rojo. no te engañes. no es por estar incompleto ni falto. no por virado. si erraste y lo tintan en grana es porque aprietas en tu responder intenso.

hablando con ella escogimos el sitio. no éramos tan distintas. ambas con un pasado hormigón duro. sin raseo. con el color perdido. las dos con el álbum largometrado en marco. metros y metros vistiendo un rincón de lado a lado.
lo vi en un catálogo de toast y entendí su sitio. debía ser frontera entre lo gris y lo que venga. una barrera que no dejara pasar las taras. un cerco que contuviera el color venidero. sin el frío de antes. sin marcas viciadas. sería la línea donde manara el vivir pausado. con la intensidad encauzada en una misma grieta, más ancha, a la izquierda, cual canal. un río profundo que no inundara el resto. lo más sentido bien dirigido. y el resto un mar en calma. azul cielo con blanco. azul agua. a intervalos.

señalaron el pastel con el dedo y comieron. un postre a examen sin saberlo ni el tutor ni el de las hojas en blanco. ven aquí que te como. y las capas entregadas en abandono. respuestas, bocados, palabras, paladares. y el rojo.

me llamó perdida. atada de pies y muñecas. sin saber qué hacer con sus fotos, dónde colocar la historia. me llamó su voz encarcelada sin ganas. me llamó confesando su abismo por revivir lo mismo. sin aguantarse a ella misma. queriendo sentir de una vez por todas que no yerra al contestar. en una mano la escarpia y en otra el martillo. mis oídos escuchando lo que tanto me suena. y de fondo el himno español en la tele. puse las motos _dijo arrastrada mirando el tabique destino_ necesitaba saber que es domingo.

4 comentarios:

novak dijo...

una vuelta menos, ya estamos mas cerca .
no hay que pensar arriba de la moto solo esperar un poquito...poquito a poco

larraitz con pompa dijo...

verónica_ aminorando la marcha se puede llegar a ver algo del verde. sin descentrase que vienen los accidentes... pero no tan aceleradas. como bien dices, amiga, poquito a poco. que yo lo digo.
gracias por lo cocinado y por compartir secretos y trucos del recorrido. no te quites el casco

Anónimo dijo...

nunca...os quiteis el casco,amigas......!!!
besos
m

larraitz con pompa dijo...

peq m_ casco para todas!!!!!!!!!!!
besos y más besos