domingo, 4 de octubre de 2009

escorzado

spencer apareció hoy entre mis búsquedas. me cautivó desde bonjour_celine. y de las tres imágenes de él tenía que ser ésta la del anzuelo a mi captura. la red que retenía mi selección. y entre las variadas razones _que quizá detallaré_ está la de la vista. la posición del visor que disparó la foto. una vez más el cautivador escorzo.

irte veinte minutos antes o después puede marcar grandes diferencias. puedes perderte el final de la peli aburrida. puedes abanderar eso de que una retirada a tiempo es una batalla ganada. pero no siempre es cierto. tras el tedio del filme y los créditos aparecen quizá las tomas falsas con el diamante en bruto. y tal vez descubras que los soldados alocados que no se atrincheran ganan más que una batalla a pesar de la metralla.

spencer apareció disfrazado de hombre. pero en sus gestos aún se apreciaba al niño. los hombros en énfasis no desviaban la atención de sus mejillas en sonrojo. la timidez era la misma. su bravuconería de pega no había cambiado. y lo que rellenaba su cuerpo muñeco era algo más que guata a pesar de ser igualmente blando. lo supe enseguida.

uno se gira para dejar pasar las frases del otro de largo. para que no le rocen. para acallarlas _incluso_ canturrea. es el dolor del que pusieron mil veces con el paredón tras él. al que apuntaron mil dedos bayoneta y no escuchaba más que el vuelo de quejas. de ahí su rechazo a los puntos sobre las íes. no estaba para dimes. tan sólo para diretes. y eso irrita. no son dos los que buscan encuentro. hay uno que comienza la huida a pesar de decir querer estar para limpiar lo turbio. sus oídos están ya lejos. parapetados. en banda. cerrados a la luz que de todo lo que se decían podían sacar. el que se agita se siente en guerra cuando lo que le une _o distancia si se entiende torcido_ son las ganas de volver a estar en cielo sin escupir reproches entre coz y voces.

spencer no siempre fue visto así. hubo un tiempo en que se sentaba al lado y su silueta _inquieta_ era de igual a igual. pero ahora es otro y para mirarle hay que ejercitar los ojos. entender que se le representa, acortando su figura _según las reglas de la perspectiva_ apareciendo extendido en sentido perpendicular u oblicuo al plano del papel o lienzo sobre que se imprime lo que él es en nuestra retina. un hombre recolocado. el mismo pero no idéntico. el niño que reposicionó el relleno de sus dentros sacando pecho y practicando la fuerza. la valía de los años dejó su huella. y el escorzo de la cámara no ha hecho más que subrayarlo.

algo le dice un día al soldado su dentro. o quizá fuera la noche y el viento. a saber. algo escucha que detiene sus botas que marcaban el camino a casa. algo le dice quieto. espera. el tiempo que haga falta. no escapes. algo es lo que ve. algo lo que entiende sin saber las consecuencias. algo que sabe sin tener ni idea. y se queda. para su sorpresa. para la de los otros.
cesan entonces los disparos. la sangre se hace agua. y la excitación _y la furia de ambos_ se torna calma. algo es distinto. no parece el mismo libro. la historia no daña. se escuchan niños y el pisar de los perros. las manos buscan un lomo para repartir las caricias contenidas y aún sin valor a dirigirlas. y las palabras se atascan unas y se amordazan _por miedo a reacciones_ otras.
la tregua está expuesta. la carta de paz con sus peros y pegas. la lista dispuesta a aclarar lo duro. no dejar títere decapitado. todo compuesto. de nuevo armado. las mentes claras, como las intenciones, y el chocolate oscuro, sin mala idea ni leche. le echen lo que le echen al soldado ya no le agrede su pasado trasladado. ahora atiende al que porta casco colgado porque no se defiende. escucha y con la paz del amor en torrente aprende. bandera blanca.

spencer asusta _o eso pretende a veces_ con sus frases sentencia. con la seguridad de las rayas pintadas que se cree tweed. imponen sus bíceps. pero el muñeco es más de lo que dicen sus labios. es más que lo que se ve en su foto de carné. más de lo que su espejo le muestra. pero nadie termina de verlo claro. no es fácil dar con su secreto que ni él ha descubierto. es tan misterio como la deformación de su cuerpo forzado por la vista de la toma de la cámara. nada es tal cual se entiende en perfil o alzado. somos más complejos que sección y planta. somos vistas. somos 3D. y somos _en momentos escogidos_ y para mi deleite sometidos a un regalo para el ojo que es el ya descrito escorzar.

veinte minutos hacen de una guerra un largo abrazo. un elevar el foco hace de un cuerpo explotado un irreal y amorfo adorable. y todo sigue siendo verdad. el amor estaba para que la unión regresara entre los brazos. y el rubor del rosado del rostro de spencer nunca se irá por mucho que forcemos la perspectiva. será. todo. el calor sincero de unos. el niño tímido del otro. depende de donde pongamos la silla. siempre lo digo. colocarla en otro lado, enfrente, donde nunca te sentarías hace que veas las cosas con otras miras. igual de válidas y quizá con más salidas. posibilidades, lecciones aprendidas, ojos en adaptación, paciencia, opción a la sorpresa y todo lo que nos venga. aunque sea _maravillosamente_ escorzado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Besos desde el otro lado del lomo...

larraitz con pompa dijo...

anónimo_ todos los besos son y serán siempre bien recibidos. haya lomo o no como puente para ellos.
veo que has comprendido lo que hemos querido expresar las pompas en nuestro nado. seas quien seas... gracias por repartir ósculos desde el otro lado