martes, 2 de junio de 2009

cena

se dice que los niños _sobre todo los bebés_ son vida.
yo tengo mi teoría. los niños son vida futura. vida naciente. vida promesa. atraen y reconcilian porque recargan. pero vida son los mayores. vida vivida. vida contada. vida satisfecha o herida. pero vida. aunque _claro_ ellos no acercan las manos del resto. no tientan ni dan pilas.

la tarde de ayer se estiró más de la cuenta y para saborearla mi regreso fue paseo al trote al ritmo de mis batidas canciones. si resumiera el trayecto hablaría de sol y perros. muchos perros.
la culpa punzaba mi pecho por compartir la custodia de mi pompa. no correría con ellos por el verde aún regado de generoso calor por acostarse. y como chocolate estrategia junto a la caja de pago encontré al atigrado de tres meses. se esfumó mi pincho castigo por no regalarle el paisaje a mi perra _lo olvidé un instante_ y caí en las redes del bebé hallado.
la imagen describe mi captura. tirada en el asfalto arrastrando bolsa y falda mordisqueé los exactos cuatro kilos recién inaugurados de cachorro. secuestró mi mente. sus dentelladas de alfiler me desplazaron a aquel fin de verano compartiendo cada hora con mi niña. sus torpes saltos. su abombada barriga aún imberbe. sus orejas extraescaladas. su vida en el comienzo tierno. y yo caí. vaya que sí.

los que asen el pomo de sus días han derretido siempre mis piernas. los mayores son los que agitan mis venas despertando mis pupilas distraídas. los que pasean su compañía de pareja como bastón proclamando que les une lo imposible del largo amor. el que vuelve cargado del mercado sabiéndose su único invitado. la que contempla los minutos en suma tan repetidos que desorientan pero que los sienta a su vera. los que cuentan libros con una mirada. los que revelan lo callado _que tal vez borrarían_ en cada arteria esculpida. los que visten arrugas labradas. los que mal caminan sus ganas. los que ríen. los que no recuerdan lo que significa. los que están. que estuvieron. y que nunca se irán.

hace tiempo que tengo fichada una pareja. caminan despacio las calles donde viven mis padres. y hasta hace pocos días me contenía. pero no pude más. me lancé. y pregunté su nombre. respondió él _linda_ y su desdentada sonrisa escaló hasta sus gafas. fue así como logré un dos por uno. lo que buscaba era abrazar al complacido pero al tiempo descubrí que su compañía era femenina. acaricié con mi mano de besos su lomo y nos despedimos.
su pasear _el de ambos_ adormecido no puede escapar a la mirada de ningún vecino. les lleva lo suyo alcanzar esquinas. lento el hombre. lenta la perrita. y mis preguntas rondando sus pausas. ¿quién acompaña a quién? ¿quién es el necesitado? ¿cuál de los dos espera el compás del otro? cuando él lidera el paso gira su desengrasado y confirma. cuando es ella la que abre camino detiene sus achaques y aguarda.
el abuelo de lentes de pasta, sonrisa hueca en regalo, cachava y ropa vieja está a buen recaudo. el animal de panza gruesa de tragar años, pelo tosco y cano está en buenas manos. él para ella. ella para él. y yo tranquila.

mentira.

mi inquietud debería descansar y no agitarse. disfruto al verles por saberles cuidados, compartiendo pasado y lo borroso que llega. pero no son crías de meses a los que prometer futuro jugando tirada en el parque. no son los bebés estrenando. no son cachorros cebo. y no me despistan.
sí, soy tortura en mi deleite. genero lo que viene antes de que llegue. añado agrio a este dulce. lo estropeo. lo confieso. coloco en su sitio la escena porque la vida es menos desayuno con diamantes y más cena. los cuentos se acaban aunque nadie nos lo describa.
¿qué será del otro abuelo cuando el uno falte?
esa es la verdad.
y ya no es tan bonita. pica _aunque los cachorros salten_ pica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si la cena se disfruta,porque no saborearla toda?...mañana el desayuno es el comienzo de un cuento nuevo...de esos bonitos o feos,pero cuentos....
m

larraitz con pompa dijo...

comeremos juntas. como siempre. a pesar de la distancia.
qué haríamos sin los cuentos!
gracias amiga