martes, 5 de enero de 2010

víspera

cuando el camello camina mueve los pies de un mismo lado de su cuerpo para hacerlo después con los dos del otro lado. esta manera de andar hace que les apoden como
los barcos del desierto. la velocidad de un animal navío de estos andando es de
5 kilómetros por hora. así que los que han de llegar esta noche a mi zapato estarán a menos de 40. un día no les da para más, que por mucho que galopen no son de carreras y llevan todo lo pedido a cuestas.

me acosté repasando lo que solicité para que pusiera su rey en el zapato de un amigo. y sin darme cuenta estaba una vez más invadida por la gloria de la más fuerte a pesar de lo que dijeran.
con la luz ya dormida escribí mi carta a hurtadillas. hace dos años escribí algo para evitar sorpresas pero este año de nuevo mi escrito ha callado. así que sin papel por medio y con la almohada y pompa por testigo en ronquido solicité a melchor lo que desearía a falta de bálsamos o muñecas y delicias como cuando niña. lo susurré y caí dormida en el bamboleo de su acunar hasta que el día anterior a la mañana más mágica me ha sacado del sueño tirando de mis sábanas.

qué hacen los camellos visitando estas tierras en pleno invierno. están fuera de tiesto. y así como lo están ellos también el abejorro del ventanal de nicholas_boardman está fuera de contexto.
en el enero de esta villa los camellos no caminan como lo hacen cuando se mecen en la inmensidad del desierto sin hacer ruido. aquí, por mucha magia y secreto que procuren los reyes no es como si llevaran las gruesas pezuñas forradas con trapos para amortiguar el sonido de las pisadas en la arena y sus pasos suenan. hasta los oiríamos _también al zumbido del volador insecto negroamarillo_ de no hacernos sordos entre motores, auriculares, móviles y bufidos. se acercan...

lo bueno del cerebro es que conserva intactos departamentos. y si en tu infancia hubo un abuelo carpintero y te hizo a medida un aparador con muchos cajones donde guardar lo vivido entonces hoy deslizas con sigilo la cajita de aquellos recuerdos.
la ilusión de nuestras mañanas llenan mi cajonera de trocitos de muchos bultos de todos los colores posibles. texturas plásticas. olor a pelo del recién nacido nenuco. ruidos de rasgar papel bajo los eufóricos gritos de la sorpresa sincera de quien no acierta a abarcar la magna magia de los tres de oriente. lo especial de aquel amanecer del día más regio aceleraba el palpitar de nuestros pechos desde el día previo. la tarde y noche anterior ya estábamos con el nervio dispuesto a la magnífica fiesta en torno al patriarca abuelo _el otro_ y su ceremonioso proceso.

es abeja o abejorro. es aberjorro, avispa o avispón. lo que es seguro es que mira la ventana sabiendo que ahí fuera está su fiesta. al otro lado ve el azul y le tienta. no entiende el bicho que en esta parte del marco el calor no acabará su día y si escapa al mundo donde posa su vista puede que no sea lo que espera.
el alado zumbón pide a su camello que le traiga estío y flores con polen para posar y pasar de una a otra. busca con sus diminutos ojos la joroba mecedora donde reconocer su paquete envuelto en el sol de junio. y empuja el vidrio porque no ve nada de lo que desea. ni cuadrúpedo del desierto, ni verano empaquetado, ni posibilidad de ventanas abiertas para salir de su pelea contra el cristal pecera.

mi noche dio comienzo con mi escrito descrito al silencio. que si bien escribí uno sincero al sms de mi diaria amiga el que confesé sólo a los reyes no era menos cierto como deseo.
como un camello hecho barco y cuna espero que llegue mi pedido cuando deba. como el insecto que busca estambres productores deseo que llegue mi agosto con polen. como la pequeña que fui y cerraba los ojos segura de las sorpresas que sólo los magos eran capaces de hacer así dormí esta pasada madrugada.
y ahora que el día se vistió de víspera jugueteo con mis dedos contra la ventana de esta entrada rescatando de mi armario cajonera alguna esperanza aún no violada, algún resplandor menudo que me regale seguro lo que mi vela dudosa realmente desea.

No hay comentarios: