domingo, 3 de enero de 2010

colga2

todas penden del mismo punto. la misma escarpia sujeta el peso del grupo de perchas que aparece en toast.

se tiraron mucho tiempo girando sobre el mismo asunto. la conversación acortó las carreteras que les separaban y les situó en la misma habitación. cama con cama. y así estuvieron las horas largas.
decía una de las voces que desde su casa _o fuera donde se pusiera_ las vistas no variaban. ocurría desde que le pusieron las gafas. al incluir la corrección de dioptrías en sus días todo lo que percibía había cambiado de traje. y mirara donde mirara nada era ya como antes.
la otra voz _la muda_ era oídos y apenas hablaba. era lo que tocaba.

hoy que cumplimos 2 años las pompas en flote colgamos el resumen de la protesta general de más de una persona. si todos callan nos haremos eco en nuestro mar lácteo de lo que no se dice pero se siente. la mayor parte de los que vemos no están contentos con lo que sucede. más allá del momento crítico de miserables actuaciones lo que viene sucediendo entre los lazos es la mentira del cartón yeso o de la jaula trampa. y nuestra entrada de hoy quiere surcar esa marea que a todos inunda y sin embargo callan.

la charla encendió la noche entre susurros y silencios aplacando reproches. la voz cantante desglosó las vistas desde sus ventanas. y la voz oyente anotó asintiendo cual mimo por no avivar con más leña el fuego.
de todos los que veía desde su puesto ninguno era sincero. la mentira se había apoderado de los cuerpos. y el gran abismo era la falsedad a uno mismo y no tanto al resto. tras las cortinas hizo por escudarse de los engaños hacia sus vidrios _los de sus vanos, los de sus lentes_ pero la oquedad de aquellos seres desvinculaba sus cimientos de la vida serena. y así fue como dio comienzo su retorcerse. cómo no hacerlo viendo al tirano más gélido en su aislado trono demandando atención y desterrando al tiempo. cómo no sentirlo si los pasos de todos viraban la ruta por un malestar interno que desligaba la intención de los talones.

la ingesta de leche de hoy no es dulce. y a pocos gusta beber la realidad en crudo. pero la nitidez del blanco de nuestro flote no busca engaños ni escondites. si la amargura de aquél diálogo revelada a oscuras existe y nos inquieta lo pulsaremos aquí letra a letra.

la voz sin palabra escuchó a la otra agitarse entre las sábanas. sus brazos y piernas protestaban.
hubo un tiempo en que la panorámica era más humana. y se preguntaba _en voz alta_ si no sería todo culpa de las gafas. antes de que sus ojos fueran cuatro con el par le bastaba y lo que sus pupilas le decían eran la mezcla de cal y arena. pero compensaba. a su vera una pareja que le situaba en una obra donde los pasos buscaban lo cierto entre el desconcierto. escena tras escena actuaron en rueda. pero cayó el telón.
supieron que seguían juntas las voces porque se oían las respiraciones. pero la pausa prolongada se hizo dramática.
con un decidido movimiento apartó la pesada tela que veló su escenario y siguió narrando su estampa calvario. desde su silla _por mucho que la moviera_ no acertaba a dar con ninguno. todos insanos. era como jugar a lotería. saliera el número que sacaran la bolita engañaba. ni era tan generoso aquel, ni tan buena ella, ni tan cabal el otro, ni tan dispuestos ellos. no estaba en paz ni el uno ni el dos. en ninguno la calma. y esa enfermedad mortal era la peste que galopaba en todas las direcciones. se veía bien claro desde donde la voz en queja hablaba.

nuestro tazón de hoy no irá con galletas. acorde a la protesta encubierta entre colchón y edredón caminaremos solas. sin compañía dulce que sale rana. sin bizcocho que dice ser tierno y se deshace por seco. sin cucharadas colmadas sólo en intenciones y en actos ni rasas. no estamos para que viajen junto a nosotras _ojalá esto cambiara_ los adornos indigestos alrededor de la taza.

pasadas las horas había desvestido a muchos de los vistos desde sus variados puntos. y cada prenda se fue a la hoguera según la avivada protesta avanzaba. cuando acabó la charla en lo oscuro de la habitación cinco raquíticas perchas restaron reunidas. los esqueletos de lo que pudo ser y no fueron. y mientras sus gafas descansaban en la repisa de noche volvió a interrogar a su voz escucha si había sido así siempre. la verdad más hueca pendía de un hilo _de voz_ a la espera de no más horcas ni colgados.

y nosotras _afirmando con la cabeza_ seguimos nadando en la leche inmaculada en nuestro segundo cumpleaños. casi nada para las que nadan!

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