miércoles, 17 de febrero de 2010

perderse

la trabajada tierra que pide agua tanto como caricias hace de péndulo hipnotizador con mi atención. los surcos que nacieron enredados con los que se fueron haciendo. mil líneas superponiendo tantas capas como etapas. de la +00 a la +81 y la lista sigue. que no acaba ahí el apilado de plantas.

emre_ucar debe tener la misma debilidad que me entrega en absoluta rendición devota. hay tanto en lo trillado y trasteado que habla sin que nadie pregunte. y es este recogimiento de lo añado lo que me tienta y atrapa sin ninguna resistencia.

ropa usada. flores ancianas. muebles de segunda, tercera u octava. libros subrayados. trastos olvidados.
abandonadas casas. arrinconados pueblos. veredas olvidadas. paisajes callados. besos retumbando en sordo eco.
los higos secos. las uvas pasas. las ñoras. los orejones. las chufas.
lo que marchita me grita. me brinda caricias y lo hago mío y se me instala en la tripa.

tenemos los hermanos unos pies y manos en formato mapa. un plano de carreteras comarcales que cruzan con cañadas reales son nuestras palmas y plantas. y la herencia que lucimos desde siempre parece decir haber vivido vidas y saber más de lo que conocemos. pero mucho nos falta para hacer de sus marcas verdadera sabiduría.

el bebé se aferra al meñique de su mayor por no perderse en su estreno. igual el niño anciano. pero _desafortunadamente_ no siempre hallando el dedo que le haga de ancla para sus días en marejada.
fijaos bien. las estriadas uñas clasifican los estratos por los que pasó su ánimo a lo largo de los años. por cada historia un quiebro. los dedos son huesos sosteniendo una panza desinflada. son quebrados esqueletos que apuntan de modo discreto. como perdiendo la fuerza. tal vez ocultando su desaprobación. o temiendo ser molestia... qué puñeta!

los rostros. el cuerpo entero. cada rincón del físico de los abuelos destripa cómo fue quien le dio movimiento.
ver la cara de irena_sendler es entender su bondad sin saber de su vida nada. cada pliegue sonríe satisfecho. en cada arruga lleva a un niño salvado. en cada hendidura lleva vencida su lucha contra los malos. y su gesto radiante enmarcado en cientos de señales del tiempo contaba su victorioso cuento. a pesar de los palos.
la piel deja de ser lo elástica que fue. el cuerpo se viste de cortinones de carne salpicados de pecosas manchas y decide no seguir al conjunto de huesos que va por dentro. cada uno por su lado hallando como pueden su acomodo.
no existe la prisa. el pellizco tarda en devolver la forma previa a la pinza. y todo invita a la vista a un paseo por cada fisura. incita a recorrer plácidamente el campo arado que cubre desde el pie hasta el cogote y aprender de su pasado. beber de las lecciones que lucen sin pretenderlo. vivir a través de las patas de gallo añejo. sufrir y reír con ellos.

en mi costado un ramo de pocas flores ya secas. recordándome lo que _con suerte_ seremos si es que llegamos. haciendo homenaje a todas las manos, pechos, comisuras, espaldas, miradas... tan trabajadas a lo largo de tanto pasado... que hipnotizan para en ellos perderse.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

m..te visita

larraitz con pompa dijo...

m_ y yo que te quiero!