viernes, 5 de febrero de 2010

gata

la imagen de aquel hombre en su cabeza no se esfumaba y poco le parecía importar a tenor de su obsesiva mañana. escarbó entre conocidos y menos para apilar el mismo tema en mil versiones. si afuera no llovía logró inundarse bien por dentro. el pasado puntual decidió hacerse noche y felina. y del cielo dormido cayeron para sus adentros chuzos de punta.

medio año sin tentar los dedos. una grieta tajada un día de julio que comenzó a acantilarse hasta ser el cañón que entre ellos ahora había. y antes del mediodía se encontró en el baño abriendo el grifo de caliente con un leve giro de fría.

el de la lidia se dibujaba en su mente sin exigir responsabilidades a nadie. las ganas no culpaban al otro. hace años el hombre tumbado cerraba sus ojos y subía el volumen de la radio del coche al paso del estadio de fútbol. la voz señora calaba a una pareja que reía adoptando _sin saberlo aún_ esa canción como especial regreso. y en la mañana del cerebro masoquista las uñas del animal afilaron un puñado de palabras para atravesar la gran distancia.

un mar eterno no bastaría. toda la espuma de los geles no serían suficientes. había retornado a un punto que quiso enterrar y nunca lograría dar esquinazo.
se vio sin ropa cuando todos seguían con sus cosas. y él en su silla pero en el agua. su cuerpo frente al ordenador pero mojado hasta la mitad a pesar de sentirse completamente inmerso. hasta el cuello.
los músculos no estaban. los huesos eran los únicos que osaban sostener sus restos. de lo que era ni asomo. la espalda arqueada. los brazos indecisos. la barba lacia. las rodillas quebradas. y los pies a tientas.
le pareció escuchar una voz. a su izquierda alguien le llamaba. pero no era en su retiro de otro tiempo. no era en su celda de lo pasado. no era en su baño. allí con el rostro oculto por sus palmas no dejaba de escuchar a la dúrcal.

desde donde estuviera observando jugó a mover las crucetas de ambos. primero los hilos de quien maulló incitando a llenar la bañera. luego de quien dejó correr el agua y se escondió bajo el jabón alborotado en bruma.
desde su rincón _ya en reposo_ insertó decenas de monedas en la juke_box de los recuerdos escogiendo siempre la misma. para ellos. para los que ni imaginaron que su en su día habría baño, que su mañana sería un bucle y que su presente olería _y sabría hasta el empacho_ a pasado.

en toxic_machine está el que desnudó su ahora para de nuevo perderse. el que desesperó por no saberse. el que enmudeció palpitando la pena.
al otro lado del repelido de la grieta la otra marioneta tan mojada por su mudo llanto que tenía su inventada _también_ cubeta.
y en el pensamiento castigado de las dos orillas aquel paciente que repetía el son calándoles los huesos. a la gata y a ellos.

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