martes, 23 de noviembre de 2010

reinicio

puede que intentara retenernos. tal vez no se apagaba por evitar que le dejáramos sin posar los dedos. quién sabe si era el motivo de su testaruda desobediencia. cómo saberlo. poco importó una vez apostado por el riesgo. lo apagamos. se acabó. eso fue lo que pasó.

que tan distintos continentes tengan similares contenidos no es muy sencillo de asumir. en principio. que quien te mira posea lo que asegura no se sabrá nunca hasta _si es que llega_ la prueba. en el diario ves si la tecla del intro funciona, si da aire, si resoluciona. trabajándolo de continuo es como se aprecia si el comando ordenado es activo o se atasca en un no_responde irritante. si sus palabras hablan de lo que hizo y busca ser a partir del nuevo diseño no podrás más que creer en que serán sus poderes los que den vida a tus intenciones. en equipo. el escogido y el elector. que son lo otro en interactuado ciclo de ida y regreso.

murió la máquina. con ella nosotros. nuestros retazos en mil formatos se pusieron a nado para la pesca _lenta de caña de palo_ de quien los sacó de ese abismo donde nuestros esfuerzos _ignorantes ellos_ no llegan.

es fuerte. pisa segura y convence con sólo moverse. es la persona sobre la que dejarías caer tu osamenta si en el juego del padre gitano te lo pidieran. a pesar del ni_de_tu_padre. a pesar de las infinitas posibilidades por ser inexplorada era te echas. tus kilos mueren sin ojos esperando ser recogidos por los brazos del otro. lo harías. eso decías.

han sido meses. así como suena. tantos días sin ser instrumento que pasó a ser el aparato un sinsentido aburrido. no podíamos crear con sus tripas y desde que abortamos tareas cada botón quedó enmudecido. pulsar en vacío. teclear para no dictar.
de dos manos pendía el cofre encapsulado al otro lado del pantallazo en bucle. de aquella inesperada muerte nació a fuerza de lo obligado lo que no cabía antes del dardo. lo que marchaba se había parado. frenó en seco aquello en lo que confiamos con un recorrido asumido. con el cuerpo cada vez más frío la historia tuvo que aprender a ser otra. el ordenador nos mostró su lado tarado, su agotamiento o su ausencia de más recursos. sea como viera el monitor enlutado cambiamos de bando. si en un principio la falta nos cegó hasta obviar la ausencia del cuerpo, más tarde alargamos los plazos, dilatamos los tiempos, encontramos momentáneos suplentes y descubrimos que el fallo puede vivir _una vez por error_no más por favor_ en el nido.

las piezas encajan mientras giran en baile los tornillos. en armonía pareja parecen hacer de la tarea fiesta. déjate llevar. fíate de mis vetas. soy un árbol. somos las ramas abiertas. soy las puertas en par sin miedo al vacío, el martillo engomado silenciando lo malo, los cajones más capaces. soy erguido, soy tus piernas para cuando no alcances. soy un árbol. los cajones. soy tus piernas. soy un árbol _me repito_ con ramas para tu calma. soy cajones _esto me suena_ soy un árbol... árbol... cajones... ramas... árbol... árb... el pie se acelera y... ¡¡¡salta por los aires el líquido haciendo rodar cada tuerca!!!

astillas por todas las esquinas. silencio del motor que rumiaba bajo el parlante teclado. lo que creímos nos sorprendió a todos. con las manos en la masa, con las ramas de cama, con los tornillos haciendo salto de página, con el archivo iniciado más que en camino.
maderas y martillo sobre el suelo empapado.

en dos_family nos enseñan la imagen. lo que parece inservible tiene más días. parecía no ser útil y aprendió otra vida. había un botón que le convertía en limpio lienzo. donde posar ideas y planes de colores con garabatos. tan sencillo _basta descubrirlo_ como pulsar reinicio.

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