lunes, 13 de diciembre de 2010

derretidos

cerraron la empresa.

cuando una bombilla se funde insistimos con el interruptor confiando que ha sido tan sólo un error. pero no. los filamentos se sueltan y generalmente sin dar aviso previo. las que alumbraban la oscuridad que aterra y hacían de la noche fiesta sirven apenas de improvisado absurdo sonajero. su vida ni siquiera al recuerdo. con la celeridad que marcan las prioridades las inservibles son sustituídas por las nuevas parturientas.

años atrás había habido un barbecho entre techo y pecho, allí donde se dejaban librar una vez al año los sueños. pero tras el periodo volvieron a sumar sillas y el bullicio ocupó una vez más sus oídos.
de pronto una circular en tono antifaz puso en alerta a dos pupilas que no daban crédito. desde las oficinas de recursos advertían que aquella gestión se haría por el bien del afectado. sería un cambio de sitio. la función sustituyendo a la obra. la vanguardia devorando la tradición de la leña. figuras de plástico para el nacimiento trotado tras tanto. y de todas las voces del coro las bajas enmudecieron. el resto siguió cantando con oídos más fríos que sordos.

el circo encendía los sueños. las letras prendidas activaban el brillo de las miradas de la escalera de color. del nieto pequeño al abuelo más longevo, todos, lucían bengalas centelleantes en sus ojos uniéndose en lo infantil de la ilusión primitiva. la familia al completo era un grupo de niños. y esa magia ocurría tan sólo a veces. cuando el hechizo circense hacía de un día un irrepetible cuento, cuando el deseo encantado de cada uno se fundía con el de los otros para ser uno y alar las horas en sueños.

cerraron la empresa. los que siguieron con la neofactura en otras tierras no dieron nunca más señal de vida. y los que quedaron varados con el monitor colgado aún miran si el móvil sigue activo.
el bloque de mantecado se fue descongelando como la esperanza de la adolescente soñando con la cita de su príncipe sin reinado. el globo de helio poco a poco fue cediendo y las partículas que pesaban menos murieron. el cardado para la fiesta quedó ahogado con tantas vueltas que dio la testa en espera.

cuando la luz dice que no es más todo son carreras a tientas. si no quedan repuestos y si no hay tienda alguna abierta serán salvación linternas o velas. la luz se sostiene por un tiempo. limitada despensa, que las pilas y las mechas también se agotan y con ellas llega la ceguera.

en algún lugar seguían haciendo algo parecido a lo que fluyó durante años. en otra parte la nieve fue perdiendo cuerpo y el silencio vistió el escenario.
quién levanta el telón más pesado porque acumuló desuso. quién lo eleva con dos manos para hacer que tres sonrisas logren borrar el pasado. quién puede engañar al puñal del teatro impostor a falta de la opera prima. quién mata al cuervo plomizo bajo un muérdago apolillado sin pretendientes besados.

faltando letras del alfabeto que en quelle_quaintrelle retratan sabemos que las habidas no darán mensajes iluminados. con su muerte llegó el cierre. con su inutilidad de encendido se hizo más noche el juego de la estratagema en cordero de los compañeros que corrieron a otros circos.

sin fuerza ni ganas. con el niño perdido entre villancicos. con las doce más cenicientas. sin vista. sin pistas. sin coronas magas ni birlibirloques trapecistas. con hambre en las noches y oscuro en los días vieron los que hasta entonces siguieron los pasos del baile que su ilusión se fue vestida de grupo con la música a otra parte.

la unión de las mentes era la que alumbraba letreros. sin comensales con los que cantar bondades van fundiéndose los sueños. no tendrán veinticinco los niños de cucuruchos derretidos.

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