martes, 14 de septiembre de 2010

invernadero

la principal función del invernadero es la de proteger el proceso de crecimiento y cultivo de las semillas y especies más débiles. él lo sabía y en cuanto dio con aquella singular semilla supo que debía construir de nuevo uno. tal vez sería el único. hasta entonces todos habrían sido erigidos en vano.

aprendió a solas. se hizo profesor sentado en la silla de alumno. asumió los dos roles e hizo sus conocimientos mayores a base de esquejes y brotes. rodeado de botes fue como creció. en cada frasco un proyecto. en cada vidrio un sueño. entre algodones.

los invernaderos suelen ser de utilidad en jardines y huertos. y él que no era ni jardinero ni hortelano decidió hacerse con una casita de muñecas vidriada para su simiente encontrada.

si esperaba el tiempo que el reloj no cantaba en aquella casa veía crecer la hierba. y si aguardaba aún más tiempo presenciaba su cambio de verde a amarillo. con esa eternidad por manillas dibujó en su maduro elevados cuentos de imposibles reinados donde una princesa con él bailaría sonetos ajustados a sus cuerpos.

de estos recintos, los aislados tienen menos capacidad de proteger a las plantas de las malas condiciones atmosféricas o de temperaturas extremas pero tienen la ventaja de recibir gran cantidad de luz por todos los lados. la flora obtiene en estos espacios los beneficiosos rayos ultravioletas durante todas las horas de sol de la jornada. el invernadero aprovecha el efecto producido por la radiación solar que al atravesar un vidrio o el plástico calienta lo que vive en su interior. y con ellos a la flor que nació de la maceta donde sembró lo que halló aquel día de refilón.

tan feliz corría alzando las yemas por creer que algún día se darían sus sueños como años más tarde radiante visitaría cada nada la burbuja donde vería tomar forma a su cuento. cada día un pétalo virado. el color más rosado. el verde aterciopelado. los infrarrojos con más onda que el sol regresando del vidrio. y el calor atrapado.
era su reina y princesa. era la que esbozó y sumó formando. con sus maneras y tallos. con sus pistilos y talles. era una dama tan frágil como lo son los sueños. tan volátil como el castillo con las olas lamiendo. tan mágica como la purpurina en el rincón inesperado. y para ella levantó el invernadero. a cambio ella lució para él su corola por corona.

dónde está el límite arriesgado donde la realeza puede pasear su capa sin hacerse harapo. cuál es el dentro y el extrarradio. a cuánto de su aposento podrá asomar su sueño sin exponerse a perderlo. a cuántos grados. a cuántos menos.

entre las paredes vidriadas los días ralentizaban las horas en un ritmo victoriano. la humedad era la idónea. las notas pendían de las hojas resbalando como caricias. pero fuera de aquel microclima corrían dragones, surgían ventiscas, crecían las trampas... o eso decían.
cuando niño escuchó de las leyendas de las tierras frías donde apenas algo verde crecía. entre los riscos y cuevas halló vida con la que borrar lo que oía. cuando años después tenía a su regina creciendo quiso dar voces al mundo mostrando la flor a la que nadie logró dar cultivo. le tentó la emoción. su felicidad se la jugó. y con la ceguera que da la dicha expuso a la diferencia térmica a su niña. su orquídea. su dama. su amaranto. su clavelina. su coronada. la de karin_mathilda. su diente de león. su peonía. sus pétalos de porcelana. su único tallo. su siempreviva.
la sequedad, la lluvia, la nieve, el viento, el sol sin filtro, el granizo y todas aquellas manos asustaron a su pieza. fuera de tiesto encogió su cuerpo.
en algún pliegue de sus archivos diseñó en su día un salvamento. un rescate escalando alto. un caballero hecho jinete. entre todos sus relatados _en silencio_ cuentos preparó un por si acaso. la reina lloraba savia. sabía que se le iba. agonizaba.
encontró el plan hace años descrito. algunos pájaros, las abejas y otros insectos polinizadores transportan el polen de una flor fuerte a otra débil. portan las auxinas de la planta más sana asegurando la polinización de la necesitada. así que se hizo volador y cargó de polen sus manos. las atenciones y cuidados que procuró a su flor construyeron un capítulo del cuento por sí mismas. y fue tal la mejoría de aquel brote que amplió su reinado pudiendo vivir al otro lado. cantó lo inventado. y contra todo pronóstico _salvo el del nuevo alado_ la flor que languideció logró hacerse con lo venidero. y dentro y fuera de la vitrina invernadero se hizo piropo _valiente requiebro_ para el soñador jardinero.

2 comentarios:

Sendoa dijo...

un cuento hecho de carne y hueso, tan real como se para el tiempo, como veo en tus ojos caritas de viejos y niños con nombres y manos cogidas corriendo, jugando contigo en un camping de niños, viviendo de siempre, conociendo de siempre, limpiando la hojas del pelo, los pelos del jarsey, cuidando los bordes y las esquinas, saltando los baches , toda la vida y después en el último segundo, estando juntos como siempre de la mano.

larraitz con pompa dijo...

sendoa_ esculpir con cada gesto el cuento es lo que hace al inventor tan grande y grande...