viernes, 31 de julio de 2009

recompensa

con la despedida del mes llega mitad del billete al cielo. con dos jornadas entregando neuronas y manos la recompensa se espera. y con el 31 de julio me llega mitad de mi prometido trozo.

al comienzo de muchas tareas necesitamos de empujes. alguien que nos dé el impulso al columpio y nos alce. que nos espere mientras descendemos para de nuevo volar. en avance con todo atrás. en retroceso tomando el plano completo. en un viene y va. en un swing que se para cuando no hay impulso. y éste desaparece si los brazos que nos ayudan se esfuman antes de que aprendamos a darnos fuerza por nosotros mismos.

cerré la puerta por todo un mes sosteniendo aún el mac despierto. no todo descansa. sigue el madrugar por cuatro días. pero ya estoy subida al asiento que mezo en prudente movimiento. con los ojos en las mañanas pasando revista mis pies comienzan a clavar puntillas sobre el suelo estrenado de agosto. ahí va mi premio. se acerca el esperado viaje.

cuando el control es todo tuyo. cuando el balanceo es dominado por ti. entonces pierdes el miedo a que algo falle, a que no estén cuando todo baje. es tu energía y tu intención la que ordena la subida de la espalda y la punta de los pies. así puedes disfrutar de lo que hasta entonces asomaba a ratos. no en todas los ascensos. con el panel de control bajo tu mando, y el rol aprendido, dedicas la atención a las vistas. y allí aparece el horizonte siguiente.

entrevelado agosto. se intuye el calor y la piel en reposo.
acariciando mi desconexión laboral me columpio ante el premio que veo. como en a_cup_of_jo, la línea azul del mar sobremarcando la blanca arena. la paz por treinta días. la recompensa. la mía.

tortura

ves a shirley macLaine con su hija como las capturó leo fuch y no puedes más que disfrutar. así es. tan pronto penetra en tus ojos la imagen entras en escena. detienes tus retinas sobre las bocas llenas de vida sosteniendo con una mano el cinturón del asiento del copiloto. y es que ahí te sientas. para contemplar el regalo. para husmear la alegría bien de cerca. para saborear del bocado voyeur que se te presenta y quizá en tiempo no se repita. no tanta vitamina.

pues yo sé _como vosotros sabréis_y por desgracia_ de quien no aplaude lo que sucede en la trasera del coche. quien se gira para pedir silencio y compostura. quien por el retrovisor taladra con su mirada quemada. quien no sabe convivir con lo más libre y rico de la vida.

imaginemos a la madre desgranando cada segundo del día junto a su niña. de un lado a otro. han subido al cielo. han bajado al barro y chapoteado sin reservas. han asido globos gaseados. escogido entre los mil sabores de helado. corrido. saltado. estrenado zapatos. y deshecho los lazos por tantos abrazos.
los ojos de la pequeña empiezan a escocer. se sube la falda de continuo y sus risas comienzan a arrastrarse como su bolsito paseado cual can.
la madre lo nota. sabe que ya toca diana. y antes de que la queja abra los labios lanza la propuesta. seguirán en casa la fiesta. en pijama. con galletas y colacao tras el baño y la cena.
pero en la gran manzana los amarillos libres hoy escasean. y las merceditas de la niña taconean ya sin fuerza. el cuello periscopio de la responsable grita auxilio porque su día redondo comienza a pulir aristas. y cabe que todo caiga por el acantilado de los niños cansados. y lo tan divertido pase al olvido. y sólo los llantos queden para lo escrito. a pesar de tanto reído...
entonces, de la nada aparece un coche con chófer engalanado. detiene el motor y activa la oferta. súbanse señoritas. yo les haré terminar bien su día. pierdan cuidado. les llevaré donde digan. a la niña. a la madre. a los bártulos. y a todas y cada una de sus risas.
la pareja invitada acomoda los retazos de su ilusión en lo encuerado. aún con el rouge en los labios sonríen a su regalo que les abre la puerta. un caballero uniformado. caído del cielo directo a la quinta y dispuesto a todo.
y la madre de la niña _que sabía del filo que casi les taja_ quiere a este hombre como la salvación de su día.

dónde está la trampa _pensaréis_ dónde se tuerce el trayecto. dónde se pierden las carcajadas de la foto. en qué instante se va todo al traste...

los tres disfrutan. la niña de lo rico del final del cucurucho y la mano pringosa de mantecado. la artista por ver prolongado el tiovivo planeado gracias al conductor inesperado. y el del volante, allí delante, de la energía derrochada por lo infantil y el amor de una madre. por la vida plena justo en su nuca.
las ruedas giran. las cuatro. los discos cambian a rojo. y van seis. las calles les cortan. son ya cuarenta. y las canciones se multiplican entre las cómplices ganas de la maternofilial estampa.
un semáforo más. con su espera...
y basta ya! el chófer se desespera sin decir palabra.
lo divertido de las chicas se le atraganta. quién sabe por qué... pero pasa. cuenta las manzanas y mira las bocas de metro ralentizando el paso junto a ellas. la fiesta de sus viajeras se le hace china. y quiere detener su paso. parar el coche y sacársela del calzado.

conozco conductores gratuitos como éste. venidos de la nada. nacidos de la fortuna no pedida y sí deseada. conozco sus puertas abiertas. el brillo de su capó. lo encerado de su guantera. lo impecable de los guantes. su dorada botonadura. y su sincera _en comienzo_dentadura.
caraduras. que quién sabe por qué no se permiten el lujo de degustar la vida. pues que pasen de largo con su conducción amable y no paren. que no se detengan a invitar a princesas devorando vida. los conozco. sabéis quienes son los que con su amargura no disfrutan y desde el asiento delantero nos miran repartiendo tortura. mientras bailamos...
mejor nos bajamos. pare! aquí nos quedamos. muy amable. o no tanto...

jueves, 30 de julio de 2009

detrás

era como una marioneta con cruceta. sí, eso era. no era de las que introduces la mano para dar vida y sacudir sus brazos. no. su cuerpo vibraba articulado por lo tirante de los invisibles hilos que de arriba le indicaban el camino. y eso era lindo.

quien no tiene gato tiene perro. pero algo tiene para interponer cuando el ambiente se le torna feo. aunque sea tan sólo su percepción. es la defensa. y quizá en ataque. pero planeada como escudo.

cada ciertos pasos de su caminar sacudía el esqueleto como si escupiera un salero. la suma de roles intentando darse hueco se removían y la dermis los contenía como podía. ni más ni menos.

hay días _épocas_eras_ en los que no paras de escuchar ladridos. los oyes dentro. tu lado más salvaje en grito. en protesta. se queja. y son esos días cuando la calma que vestías comienza a ceder los puntos para que se muevan los canes. sus patas agitadas en batalla. sus torsiones agitadas sin poder darles mordaza. cuando te ocurre _y eres consciente_ tus poros duelen y quieres correr de tus dentros. salir de ese cuerpo que se aleja del equilibrio sin que nadie lo sepa. porque sólo lo nota tu traje. no es fácil desde fuera entenderlo. un cambio en silencio para los de fuera. audible _y en estéreo_ desde tu interno.

una de las órdenes de las guías del títere movía un b_razo breaker. y luego el otro seguido de una pierna justo antes de la última. la convulsión era un aprendido baile. décadas de danza practicada por no haber domado a los mandones que deberían decidir quién queda vivo y quién más que moribundo. sí. lo determinante y duro de la muerte no ejercía en aquel cuerpo con tantos personajes buscando sustento. el que es protagonista, luego marcha a empujones fuera de la pista. y el que porta a los actores queriendo hablar por su boca se descoloca y recoloca. un tembleque para sostener a los que le definen de tan dispares modos según sus codos.

como una careta tu gesto se hace perro enfadado. o quizá antifaz _como sostienen en ffffound_ con forma de negro gato. o dragón o un búfalo gordo. da igual el animal. el hecho es que tras tu gesto antes en balsa ahora se ha impuesto tu lado más indispuesto. el que, a pesar de no ver nadie al comienzo, dejas que diga y ladre. vocee y encienda fuegos. maldiga y reparta cabezazos.

ver tantos lados del mismo humano bailando sus huesos en saco le devolvía a mis brazos. en mi cabeza les dibujaba entre acuarelas moviendo brazos. imaginaba lo que ocurría. me lo inventaba, sí. pero encajaba. y para cuando seguía marcando su marcha de siempre, en sosegado paseo, yo sonreía esperando cuál de los personajes saldría vivo. sería el felino o el más niño?

el miércoles tarde escuché ladridos. se agitó de pronto la jauría que dormía dentro. y se quejó el reverso porque aquella bulla acabaría por salir. salpicaría. y al ver claro que fue por encontrarme a su oscuro minino partí de su lado. no está bien el juego del perro y al gato. las máscaras para las fiestas y no para los desplantes.

lunes, 27 de julio de 2009

cofres

a lo largo de la invisible línea telefónica que les unía habían prendido ya muchos deseos. lo hacían desde que dejaron de colgarlos del cielo que les cubría. ya no era el mismo y de alguna manera debían tenderlos.

me gustan las semillas. para tocar. para comer. para estudiar. destripar. pulir. abrillantar. agrupar y separar. no recuerdo haberlas enterrado para que se alcen. soy más pájaro que jardinera. debe ser eso.

algo similar al tan trillado _ten cuidado con lo que deseas_ es lo que decía una a la otra. parecido pero con el líquido de la botella marcando lo lleno y no el vacío. _no te das cuenta que acabas por lograr lo que tus tripas desean?_ insistía _analicemos lo ocurrido. unas palabras servidas al aire sin mayor intención que la de escucharse y al tiempo _zas_ hecho por dicho.

me miman a diario con detalles que podrían alistarse. muchos mediodías me espera el pan. mi pan. con todas sus semillas. y cuando deslizo la sierra sonrío por saber que vendrá la caza de mi juego avícola. pitas pitas. mis pepitas. pero no todos las llevan por fuera. es más, son los menos.

asumido _por diáfano encaje_ la verdad de su sentencia acordó optimizar los sueños y focalizar lo deseado. sin pedir imposibles _a pesar de parecerlo_ se trataba de precisar. habría que ser más directa y vagar menos por lo incierto. entendido que puede llegar a darse el trazado del sueño, ha de ser bien diseñado.

caímos prendidos de un dos por dos de lienzo pintado y cosido. y entre todas las superpuestas capas de ideas e intenciones están las granas. que no todos lo ven. no es lo buscado por la autora de la obra _creo_ pero es lo que según qué ojos se destripa del cuadro.

en una de las últimas charlas dejaron el reciente deseo que _por tan nuevo_ aún sigue en balanceo. y tendido entre aquellos teléfonos fijos quedó a la espera. no hay que buscarlos. lo repitieron. no somos piratas atracando a pintas, niñas o santamarías. la petición pendía bien envuelta en ilusión creyente de que lo que desea llega. sin lupas. sin empujes. sin llamadas pisando talones. la estrella soñada quedó prendida en lo alto como queda el muérdago en el quicio de las puertas de los que aún sueñan con besos que no se dan por vergüenza. con los que se regalan disfrazados de forzados por tener lo navideño sobre las cabezas.

un día aparece sin buscarlo. se presenta. y al abrirlo te das cuenta de que en sus adentros porta semillas. como las que pedías. justamente. y el fruto por fuera no lo decía.
perlitas rojas. granas. con su brillo que juegas a reventar entre dientes. con la explosión que eso lleva. ese baño refrescante. piezas atesoradas que desde su cáscara no anunciaba. monedas de un cofre que encontraste caminando por la ribera sin mojarte los tobillos siquiera. delicias que te vitaminan. a las que sonríes. con las que juegas y te engalanas. abalorios para tu niña. rubíes para tus dedos, lóbulos, pecho.
pasado el deleite de la sorpresa y su descubrimiento se instala lo cierto. el recuento del dinero. las finitas monedas. las semillas envejeciendo. y tus dedos pintados de lo que prometió ser piedra preciosa y noble.

los deseos se harán _al menos entre las que los tienden en sus cielos_ sin miedo a inalcanzables. pedir a nadie pero decir. y desear sin detalles. sin especificar para no hacer molde de lo que se espera. porque _repitamos_ no se busca, no se busca. sin detallar demasiado para poder abrir la puerta cuando venga.
saldrán al jardín a pasear entre tantos frutales tan sólo con la herramienta. igual que en darling_dexter hace la chica. sin prediseño de la forma del continente de las granas.
para dar con el tesoro _pedido_ escondido asirán tan sólo la cesta cargada de ganas.
y vendrán las granadas. y penderán otro querido.

sábado, 25 de julio de 2009

caleidoscopio

lo más enigmático que se me antoja de lo diario es la visión personal de los colores. lo de las formas es tallable. lo del color y los tonos no sé cómo se atrapa.

el rojo es rojo para todos. incluso para el daltónico es algo más que un fallo o la duda entre las dos corbatas. el verde es para la hierba. y el mar suele pintarse de azul. con blanco. pero azul. siempre.

la percepción de los hechos es aplicable a lo sensible de los pantones. cada rincón de los días. todas y cada una de nuestras esquinas son vistas por cada par y su entendimiento. y cuál es la jarra medidora, cuál es la regla... el modulor aplicado es variable. depende del giro de las muñecas sosteniendo cada aparato donde los prismas acristalados solapan gamas y aristas.

señalaban el collar verde agua que pendía de mi cuello de viernes. es mi color preferido _dije mientras me preguntaba_ cómo lo verán?
y durante ese rato es lo único que sostuve sin cambio. mientras las cuentas seguían siendo exquisitas a mi vista, mi entorno rotaba dentro del caleidoscopio. lo lindo viró a frío. lo desconocido se vino conmigo. lo apetecible se acantiló al abismo. y se hizo grande lo chico.
al separar mi pupila de la lente lo engarzado seguía siendo de un agua verde. inalterado. a mis ojos, claro.

cada conjunto de arterias y venas, cada esqueleto y su red musculada tienen su escuela. la educación. los años. las circunstancias. lo testarudo de cada uno. todo apilando vidrios coloreados para decidir por nosotros. por nuestras retinas.

lo que entiendo por tierno no es visible para el de al lado. si buceo bajo un andamio entre decenas de buzos rojos debo asumir que sólo lo hacen mis ojos. si no me acompañan cual dama es cuestión de mis gafas _aunque otros conmigo lo vean_ y del hipermétrope astigmatismo.

así que ahí sigo. viendo los gestos, estudiando palabras, percibiendo matices... pero sin entender cómo lo harán las demás pupilas. cómo será que su historia hará el giro. cómo su carácter, sus necesidades, sus hambres, sus luces y oscuridades conforman las siluetas paletadas de cada mirada.

ahí estoy. con mi caleidoscopio _como en la imagen de nessak_photography_ procurando enfocar mi vista a través de la de tantos. porque si comprendí que pretender que se acerquen a mi anteojo es utópico, quizá sí logre asomarme a sus colores girando. y es entonces, cuando lo intento cuando lo entiendo. yo me planto tras sus lentes pero mis ojos siguen siendo los mismos. así que lo que veo poco cambia al fin y al cabo.
ahí está. al tiempo que estoy. ahí la razón y el motivo de que no demos con ninguna otra visión que la nuestra. las manos esculpirán y el contorno será uno para todos. pero las pupilas dependen de más que de los caleidoscopios. y esto, como lo de los colores, es lo que no se atrapa.

conil

siendo de los de panadería propia _al menos del obrador_ determinó la noche del viernes detener la amasadora y los hornos hasta el lunes. hay que saber parar. y ambos recorrimos la alameda que alfombraba estío pero sólo a unos pocos. y no a nosotros. los playeros del panadero y de la peona que ahora teclea colgaron sus sueños de sol y descanso de cada rama de aquella acera izquierda.

esta mañana el dueño de una perra confesó que desde el accidente de ésta los pitidos, timbres y bocinas se multiplican en su vida. era su sensibilidad más bien. eso apuntilló. lo que antes no se oía ahora les pisaba de cerca. les rodeaba igual que al temor de su can. como un imán.
algo parecido me ocurrió con una capital que quiso situarse en mi mapa. asediándome por todos lados. para ocio, noticias o trabajo. pues va a ser que no, guapa. ni tú para mi. ni yo para vos.

anoche me situaron en la costa gaditana. sí. con la vertebral geográfica completa que nos separaba y me abrieron los brazos: si estuvieras aquí.
y mis pies que se desnudaron sólo en casa porque no se saben en verano volaron al chiringuito playero a bailar una rumbita frente a los ramones. piensa en verde decían los de la cerveza.

agoniza el mes siete. cuando era estudiante era terrible este tiempo. lo rico se derramaba llegando deprisa a los créditos con el forrar de libros.
hoy mi maleta es otra. supongo que como la del que detiene su panificadora con la intención de paladear de algún modo que los días son largos y el aire se balancea mimando con su soplo.
ahora el veintitantos de julio rebusca mi traje de baño en el fondo del segundo cajón. combina tirantes con las sandalias más finas. y yo hincho el balón.

los destinos se cruzan cuando se encaprichan. y cuando el ordenado invierno regresa con la obligación cada uno a su rincón.
pero los 365 giran tres sesenta y de nuevo brilla el calor llamando lo rico a las puertas. y como pudo ser... quizá se de. o no. en mi cabeza _y en nuestros sueños, por mucho que hagamos por obviarlo_ sucede así.

desde hace días _varios contactos y por todos lados_ me anuncian que están en el mar de conil. y yo que suspiro con la ansiedad del otro lado me visto como se ve en la foto de heart_in_a_cage. digámoslo bien, me desvisto. y sólo mantengo mis lentes protectoras de lo cegador del verano con todo lo que me trae bajo su brazo. los dedos enarenados. la piel bañada en crema. y la propuesta vagando en las dos mentes recordando lo inolvidable del verano. qué le vamos a hacer!

martes, 21 de julio de 2009

guillotina

teníamos que tener tiento al descender al viajero del coche. muchas puntas que arañar o lanzar a urgencias a nuestros cuerpos en veraneo. el donante por un lado. la receptora por la otra puerta y atravesando por el interior toda la parte trasera. listo. el marco con ventana llegó a su destino.

cuando se dice que no es para tanto estamos anudando en triple nuestros zapatos. no tanto para el que lo dice o incluso para todo humano menos para uno. y es a ese uno al que lo poco o nada se le hace un bulto por el que no atraviesa el aire dejando los bronquios hambrientos.

debíamos manipular con mimo lo rescatado de la reforma. el madero aún conservaba sus garras abiertas preguntándonos por qué le habíamos desclavado de su cobijo. de una cara, pequeños clavos erizando el roble de su cuerpo. de la otra, vello más grueso convirtiendo al ventanal de la portería en un puerco espín alertando en peligro.

es la vida en suma de historias concatenadas o en relevo la que dicta lo que es o no es. lo que da para poco, para más o para tanto. el termómetro no es igual para todos. eso está claro.

la hija del rescatador coleccionaba reliquias de sus días. las puertas acristaladas. el aplique floreado. la empapelada de un armario. un servilletero. una postal en marco. una silla que sentó a su madre aún niña. un plato tallado. y ahora esto. la gran mirilla de los porteros de su día a día tras el colegio. durante tantos años a un lado y desde hoy a su vera.

las lágrimas. las pataletas. los aullidos. los agujeros. todos ellos como la sangre han de ser socorridos sin pararse a análisis. y tras el torrente sí. entonces, tras la fuente herida sí puede pasar el otro médico, el del coco. incluso puede entrar el policía con interrogatorio y todo.
pero no cuando el alma _por la gravedad o tontería que sea_ se desangra sobre la alfombra. será por algo por lo que brota lo rojo. aunque para el resto no sea para tanto...

donde había escalones pondrían también rampa. y con ello despedirían a la garita. adiós al cubículo en desuso desde hace lustros. pero no a la ventana. no. para eso está la sensibilidad de un padre que imagina la sonrisa satisfecha de su coleccionista pasando revista a su vida desde la infancia.

quedarse con la palabra en los labios porque los oídos marcharon de un portazo no hiere igual a todos. depende del marco. no cabe duda. hay quien sigue hablando a la nada porque la boca ordena. hay quien pasa a la siguiente escena sin agitar de más los párpados. y los hay que se sitúan _está bien, ellos solitos_ en la cuneta.

en la entrada de mi casa reposan aún empolvadas del desescombro las dos hojas de guillotina del regalo que logró traer mi padre de mi pasado. gracias.

y sobre el suelo de mi sala una cabeza que intento de nuevo coser al cuello del que lo separó la cuchilla de esta revolución francesa. porque a veces _para unos pocos_con historias recogidas_y para su desgracia y sufrir gratuito_ sí que es para tanto.

domingo, 19 de julio de 2009

presente

decidiste masticar más despacio y más veces antes de despedir bocados en tu tragado. optaste por borrar los mañanas. arrancaste del diccionario el plan y el coordinar futuros.
desde entonces los momentos vienen empaquetados en sorpresa y los aceptas en el fluir de lo que quiera que venga. de lo que toque. de lo que sea.

a punto estuviste _eso dijiste_ de dejarle solo en el río. en su nado asesino. en su disfraz aprendido de dragón de cuatro fuegos. lo habrías hecho. como en otros tiempos...
pero detuviste la prisa del galopado desaire y atravesaste al maldito hasta encontrar en su tripa al agazapado. asustado y pequeño. con el amor esposado. con lo bonito en mordaza. con su magia de chistera en trincheras.
tus ganas lo vieron y expulsaste tu orgullo junto a sus monstruosos bufidos. guardaste distancia sin abandonar tu sitio.
te quedaste por saberle allí engullido.
y en la calma llegó el rescate. se hizo el encuentro para regalaros.

tu elección fue la de avanzar sin castigos. ni a ti ni a otros. ser más flexible. sumar generosidad. y diste. y das. darás.

la luz en sol envolvió el abrazo. bañó el escenario. sin espectadores. sin papel estudiado. y lo viste nítido y anudaste el doblado de loabster_and_swan.

no quiero más bombo ni platillo _confesaste a su niño_ pero sí tengo un regalo. llevo el amor más sentido troquelado en un papel tan blanco como el destino. quiero darte lo que me late justo ahora y no más tarde. hacerte entrega de mis ganas sostenidas por el cordel más sencillo. sin nada a cambio. sin compromisos.

la mirada empañada de su yo más dulce sostuvo lo cedido paladeando lo especial de los sumandos. teníais entre manos lo que no se dio y no planteabais se diera. instantes de fragilidad. sin pensar en más. sin delante ni detrás.
pero lo ansioso del hambriento sacudió el voltaje y acortó el viaje. el papel del regalo acabó desgarrado con la cuerda sin apenas soltar el nudo. con lo encerrado destapado. rebañado. en improvisados pasos bailasteis.

y tu plan no preparado. tu deseo de dar no estudiado _escapado desde tu centro más almado_ no resultó como imaginaste al enlazar el cáñamo sobre la blonda amorosa.
y qué...
sucedió. diferente. por algún motivo. con sus porqués. las razones no las sabéis.
y poco importa porque aceptaron tu oferta e hiciste la entrega.
conseguiste hacer de tu sentir un presente y no un futuro. lo abrieron. y ese ya no es tuyo. fue dado. es pasado y _de ahí lo tan rico del presente_ que os quiten lo bailado. tengámoslo presente.

viernes, 10 de julio de 2009

dispares

estaba felizmente emparejado y empadrado. y en la sobremesa bancada al aire libre sostuvo su idea de renovación de contrato más que de votos. por ley. eso decía. debería haber un máximo para los matrimonios. tope de tiempo. y luego por separado examinar los deseos y el estado.

durante cuentos recorres las sendas de adoquines dorados. si tienes fortuna _mientras dure ese tiempo_ claro_ sientes la dicha entre tan laberíntica gente. siendo tan particular diste a parar con tu ficha. pero los cuentos son letras adornando papeles prendados. son tan bonitos como finitos _por muy gruesos que sean_ y tarde o temprano acabas por leer el fin. desengañémonos _sí, a los enamorados decimos_ siempre llega.

buscar pareja no debería embarrarse con dar con parejos. adaptarse a los días a la vez que a los trajes se logra jugando al acople con los dispares. que son todos. que no hay iguales.
así el continuo tensa y afloja. así el ceder con el recibo. así la escultura tallada con lo que aparece en el camino. moldeándose todos, no de un lado, quede claro.
los amigos. los compañeros. amantes. acompañantes. son trajes de modisto. mil pruebas sosteniendo los posibles entre alfileres. bailando los márgenes de lo silueteado al principio como válido y que va cambiando. varía el talle, el patrón, el sentido del hilo, el tejido. varías tú. y mejor así. preferible esta metamorfosis ajustable que no la muñeca hinchable. sempiterna pero inerte. indómita. no permeable.

quizá la propuesta sea sensata. pero no a los años. porque ¿cuántos? y ¿si hay dependientes que no escogieron? los votos, la elección, la confirmación... mejor cada breves e irregulares intervalos. cada anochecer, cada café con tostas, cada viaje a la arena, cada previa de reyes.

y junto al acople del ropaje, el fluir. y justo a la vera del fluyente, la opción escogida por pertinente.
con los pros y los contras _de ahí los hilvanes_ y con la manga más ancha si cabe... cubriremos nuestros fríos de amor. sí señor.

jueves, 9 de julio de 2009

confianza

un acto de fe. la entrega a una certeza por atravesarte un pálpito. la apuesta por lo que te recorre las venas. aunque no lo veas.
eso es la mano en el fuego. en la llama que Mert Alas y Marcus Piggott fotografiaron. en el dolor que barruntas como imposible. nunca te llegará. no a ti. y extiendes el brazo.

el potro, el bambi más niño y mis sobrinos. a caminar comienzan retando equilibrios.
la cerveza, las de bruselas y los tacones más altos. a disfrutarlos se llega gestando rechazos.
pasan los años labrando grietas, tintando canas y quemando.
cada asignatura aprobada una ampolla. tropezones de tercer grado dejando irremediablemente huella. para que no olvides. para eso te graban a sangre el suspenso. que es fallando cuando te esfuerzas por entender lo errado y cazar el aprobado.

si detuvieran tu vida en un instante cualquiera y extrajeran de ti las convicciones serían unas y no otras. otro corte en otro tiempo y el listado ha variado. para cada momento una religión. y con cada veneración una prendida hoguera con la mano que tienta.

el último traspiés fue todo un trastazo. ya estaba en el suelo creyendo que no corría más peligro pero el lamento se hizo. tendida seguía acercando mi diestra a la flama por los posos de mi sangre. convencida escuchaba la ruleta sin temor a más caída. pero llegó la realidad maestra levantando vara y atizando mi apuesta. no llegué al cinco y el fuego marcó mi cuerpo. en grado tercero.

a día de hoy hay más aprehendido. tantos temas mamados como cicatrizadas quemaduras. pero sigue habiendo apuestas. nuevos altares. otros aires llenando tus pulmones hasta firmar convicciones. porque necesitamos cabos. creencias. columnas vertebrales.

lo de la palma sobre el calor abrasador es parte de esa certeza. a pesar de las llagas _siempre_ estará la confianza. a pesar de beber del fuego _inocentes_ nacerás otras confianzas.

jueves, 2 de julio de 2009

chaparro

se hace por interés. propio o ajeno. pero por interés.
cuando se hace _pide_ prometer algo es un seguro lo que se está firmando. se apuntala un techo.

cuando un buque se sumerge en submarino arrastra mucho con su hundimiento. con mi casco completamente inmerso coincidió el naufragio de otro. y entonces apareció un tan caprichoso como inesperado atrezo que obró el resto.
dispuso una isla en el fondo. un lugar para el encuentro. esparció horas de luz y tiempo donde desbaratar rutinas y obligaciones. nombró nuevos roles. uniformó los dos cuerpos. y mi navío en desvarío puso timón a su norte.

apenas dos horas. se desayunaba el día estrenando julio. una cama hervía. máquinas chivando males. el calor ahogando los gritos. las manos en lazo. y los zapatos. rojos. mágicos.
afirmé que no acudiría cuando ocurriera. pero no hubo promesa. fueron espuelas para encontrar camino. colocarse en el sitio. eso fue.
así que, cuando avisaron, volé de noche buscando acallar mi soga. y para desenjaular mis entrañas _frente a atónitas miradas_ apenas palabras en dos horas enmarcadas.

éramos crusoe con jueves. quién era quién. no lo sé. según para qué. en aquel reducto reservado a los náufragos remamos como pudimos. rozamos fondo y entonces firmamos acuerdo. lo recuerdo. saldremos de ésta y bailaremos. me debes un baile. te parece? debemos hacerlo.
tendidos en su lecho lo rubricamos. hace años.

por interés se hace y se hizo. propio y ajeno. pero interés.
la promesa se hizo meta y salvamento.

asía mi zurda cual tablón en flote. el miedo tatuó en mi dorso su uña. la marea febril nos calaba lo hablado desde mi boca hasta sus agrietados labios.
mis caricias sedaron su zozobra. por dos veces asomó sus pupilas en mi busca. y nos miramos en aquella nueva tempestad con el casco encallado y azotado.
dame más besos _pidieron sus gestos_ y me arrancó la risa del cementerio. el más valiente y su enfermera besando lo que no regalan las de oficio.
mi deseo girado en el carrusel dos tardes antes. y lo prometido de nuevo en voz acompañado del chasquido de mis rojos chapines.

cuando pase todo bailaremos. tranquilo. así será, chaparro. lo prometimos.